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Opinión

El Crematorio

4 años

 


Parece que fue ayer, pero ya han pasado 4 años del gobierno que inició Alejandro Murat Hinojosa, de los tiempos del más rancio Peñanietismo, llegando rodeado de muchas expectativas después de haber ganado limpiamente las elecciones e inició un proyecto político bajo el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que de haber continuado en la ruta presidencial en este lapso ya estuviera a punto de aterrizar sus promesas de campaña, pero el tren tricolor se descarriló retrasando su proyecto que de haberlo logrado, lo situaría como uno de los gobernadores más productivos en el conjunto tricolor. Con la llegada de las hordas salvajes de MORENA y su redentor, el soberbio, vengativo y cruel Andrés Manuel López Obrador, que retrasó el cúmulo de promesas hechas en campaña del joven gobernador, que hábilmente maniobró con inteligencia, un plan de acercamiento con la nueva presidencia que al parecer ha dado resultados, pues hasta ahora sólo promesas ha cosechado, que ojalá logren cristalizarse en estos dos años que le restan y que son decisivos para definir su futuro político. O se va a su casa o continúa dentro de la función pública.

Alejandro Murat Hinojosa, entra al penúltimo año de gobierno, que en realidad es el último, ya que es el año de las deserciones, deslealtades y traiciones, de las ambiciones personales de sus colaboradores que como humanos y oaxaqueños que son, quieren brincar a nuevas latitudes, no para “sacrificarse” por su pueblo, sino de seguir pegados a la ubre gubernamental, que les asegura las tres comidas diarias y claro sí se puede, que sí se puede, meterle mano al cajón, que les permita vivir con holgura en las zonas residenciales de la ciudad, de seguir en  sus camionetas de lujo rodeados de guaruras, es decir, en lo sano y afortunado estilo de vida, que justifica el dicho: “ vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, pues la mayoría de los colaboradores de Alejandro Murat, solo quieren influir dominar y controlar, ya sea de modo directo o indirecto, pues no están por convicción social, sino para matar el hambre de una crisis económica, que hoy se ha convertido en una crisis sanitaria.

El gobierno de Murat Hinojosa tiene la moneda en el aire y ver si las promesas del presidente López Obrador cuajan durante su sexenio que está por concluir y así inaugurar la súper carretera a la costa, la rehabilitación de la refinería en Salina Cruz y el proyecto del Transístmico o se lo dejará al próximo gobernador que seguramente será de MORENA.