El Crematorio
Presidente bondadoso
La excusa perfecta de la decadencia económica de nuestro país, según el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es que recibió un país endeudado y corroído por la corrupción, la cantaleta de siempre en sus “imperdibles” mañaneras, y con la llegada del COVID-19 agravó con mayor impacto, paralizando la economía y justificando con ello su fracaso económico.
Pues su grandes proyectos de desarrollo como el Aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, la refinería dos Bocas, son demasiado costosos y con grandes afectaciones al medio ambiente, alejándose cada vez más de la sustentabilidad y de los avances tecnológicos. Pues su apuesta, es un gran retroceso a la modernidad sin que podamos tener oportunidad a ser un país de primer mundo.
Estamos frente a un panorama desolador, en un estado de crisis tanto sanitaria, económica y política, pues unos de los ejes del gobierno federal para hacer frente a la pobreza y con una costosa carga económica son los apoyos a personas vulnerables. Que no resuelven para nada el problema, pues solo regalan el dinero, ósea dándoles el pescado, sin enseñarlos a pescar. Deberían de beneficiarse con proyectos productivos sustentables para que puedan producir y cubrir sus necesidades para poder salir adelante.
Ahora con la desaparición de los Fideicomisos y en especial del Fondo de desastres naturales (FONDEN) y con las grandes inundaciones ocasionadas por la tormenta tropical ETA en Tabasco y Chiapas, ¿cómo el gobierno federal ayudará a las personas afectadas? Esperarán las dádivas del Presidente bondadoso que les dará dinero a cambio de votos.