Dos por cuatro
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Opinión

El Crematorio

Dos por cuatro

 


En el calendario político nacional a veces las cifras acaban por convertirse en estadísticas, y las estadísticas son números fríos, pero el coronavirus en el 2020, nos ha demostrado que existen dos clases de estadísticas: las oficiales y las reales. Las primeras son para mentir y engañar a quienes no quieren ver la realidad; las reales sirven para alertar e informar a la gente pensante, que puede —en dado caso— enmendar o corregir rumbos.

Pero en esta ocasión no nos referiremos a frías estadísticas, sino aritméticamente hablando a dos años al frente del destino de México el presidente López Obrador, quien a duras penas ha podido sortear cerca de 730 días ante las adulaciones de sus seguidores y el reproche de la gente pensante de este país que ve con pena que no es el rumbo que deseábamos seguir para la tranquilidad y progreso de nuestras vidas.

Vemos con tristeza que un hombre, a lo mejor bien intencionado, se aparta de la realidad y del ánimo de aquellos que un día pensaron que todos los males emanados del neoliberalismo serían resueltos.  Estos fueron propiciados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), fuente de abundante corrupción, que empobreció a la mayoría de los mexicanos y enriqueció a la camarilla al frente del poder (llámese presidentes, gobernadores y presidentes municipales) que se enriqueció a costa de un pueblo noble y generoso, pero muy ignorante.

Y cuatro son los años que lleva Alejandro Murat Hinojosa al frente del destino del pueblo oaxaqueño. Que a pesar de sus buenas intenciones y esfuerzos, ha tenido que luchar contra corriente y agachar la servís, ante un presidente que no comulga con su ideología partidista. Sin embargo, ha tenido que convivir y cogobernar con el presidente López Obrador, quien ha prometido mucho a Oaxaca, pero que ha cumplido poco. Es demostrado que los gobernadores se convierten en “limosneros de la federación”, pues sin su apoyo no podrán avanzar en su gobierno. 

Como sea, Alejandro Murat tiene el gran reto de concluir su sexenio con éxito. Y que el presidente de México cumpla su palabra e impulse el progreso de Oaxaca con las súper carreteras, la refinería y el transístmico. Pues el prometer no empobrece, el dar es el que aniquila.