Botín
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Opinión

El Crematorio

Botín

 


Estamos enfrentando un desastre catastrófico con una economía colapsada, la delincuencia desbordada y un desempleo interminable; con un gobierno indolente, insensible y cruel que nos está llevando al precipicio, ante la indiferencia de un pueblo ciego e ignorante que no avizora su fin, y que disfruta del populismo al que lo someten y que no produce nada, más que confrontación, división, resentimiento, rencor y más tarde venganza. 

La ira presidencial va en aumento y la oposición privada, crece a través de la clase media pensante, a la cual le ha costado mucho esfuerzo llegar a donde está, y ven que las locuras presidenciales abatirán su posición y los dejará en la calle, pues la oposición oficial está postrada y subordinada “al que paga, manda”, a través de las  millonarias entregas que el gobierno les da. Ya no existen ideologías ni plataforma política con principios, toda vez que las instituciones están en crisis, pero los partidos están en una mayor crisis, por ello, las reglas se tienen que cambiar, siendo urgente una reforma político-electoral eficaz, necesitamos una democracia real y que esta sea la única regla del juego.

Se observa un panorama triste, gris, deplorable, ante el  desprestigio que se ganaron los partidos muy rápidamente, desde que en 1990, se autorizó financiarlos con demasiado dinero. Lo que convirtió a la política en un “Gran Botín” y abrió paso a la corrupción, que creció de una forma desmedida, ante la nula fiscalización. 

La política es un botín, más que una idea de transformación y de impulsar políticas basadas en la justicia social. Los partidos políticos existentes, sólo son paleros de un gobierno dictatorial que juega a la democracia.