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El Crematorio

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Desde tiempos inmemoriales, quizás en el Porfiriato, la prensa resintió una feroz persecución que coartó totalmente el derecho a la libre expresión. Los periodistas ejercieron su profesión a salto de mata, desafiando la ira de un tirano de piel urticante que no soportaba la menor crítica o el más mínimo señalamiento.

Los panteones se llenaron de libres pensadores, críticos y opositores del sistema. Posteriormente, al caer el déspota dictador, la prensa libre tuvo un respiro y la política “del plomo”, se convirtió en plata y la corrupción pulverizó de forma criminal al periodismo independiente; que hoy, avergonzaría a los hermanos Flores Magón. Que la mayor parte de su vida, la padecieron encarcelados por sostener y mantener firmes sus ideales.

Hoy, lamentablemente, la historia se está repitiendo, la represión contra la prensa libre, crítica e independiente está sufriendo una feroz embestida oficial. En primer lugar, ahorcando su economía a través de la publicidad gubernamental, que por ley le corresponde a toda publicación que cumpla una función social, y, por otra parte, premia pródigamente a la prensa cómplice y aduladora que oculta la serie de errores y equivocaciones del vodevil político en que se ha convertido el quehacer público. También, aplauden las ocurrencias y payasadas, que en forma grotesca y vulgar, profiere el presidente de la República, montando circo cada mañanera, menoscabando la paz social y el orden público.

La agresión a la Revista NEXOS del escritor, historiador y periodista Héctor Aguilar Camín, es ya una declaración de guerra a los medios críticos, que se atreven a denunciar los excesos y errores presidenciales que cada día avergüenzan y empinan a México.

¡Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar!