Mayor prevención
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Editorial

Mayor prevención

 


Para asegurar el correcto funcionamiento del Sistema Nacional de Protección Civil ante la llegada de la temporada de lluvias y ciclones tropicales, fue presentado el Protocolo de Actuación ante la Amenaza de Huracanes en el Territorio Nacional. Con esta actividad, las instituciones y autoridades correspondientes conducirán la participación de los diferentes sectores y grupos de la sociedad en el marco de la gestión integral de riesgos. Debido a los fenómenos meteorológicos que se presentan, los oaxaqueños se deben de adaptar a cualquier tipo de emergencia y a las necesidades específicas.

El objetivo es actuar con oportunidad y salvaguardar la integridad física y bienes patrimoniales de las personas en caso de emergencia, por ello las capacitaciones constantes tanto a las autoridades municipales, empresas como a instituciones públicas para que con este tipo de cursos adquieran conocimientos, elementos y destrezas para que puedan desarrollar sus programas internos de protección civil, a fin de que sean los primeros respondientes en la contingencia.

Tales acciones deben tener como propósito hacer conciencia en los tres niveles de gobierno, y sociedad en general para que tomen medidas encaminadas a minimizar estos riesgos, como su prevención y mitigación, e incluyan actividades de preparación.

Esto representa un gran desafío que solo se puede superar a través de la coordinación, la cooperación y la colaboración entre los diversos grupos implicados. Si bien no todas las amenazas naturales generan consecuencias devastadoras, una combinación de factores naturales, culturales, sociales y políticos contribuyen a que se originen desastres.

Durante los últimos 20 años, en el mundo más de 1.35 millones de personas han perdido la vida como resultado de la vulnerabilidad y la exposición a amenazas naturales, en especial mujeres y niñas. La mayoría de muertes a causa de desastres naturales se deben a eventos meteorológicos, en especial, inundaciones, tormentas y olas de calor, y se han duplicado sus cifras durante los últimos 40 años.

 

Cambiar métodos

 

En las comunidades de nuestro estado la agricultura de tala y quema se sigue practicando y constituye un modo de subsistencia que prevalece para la producción de alimentos básicos como el maíz, frijol y calabaza. La roza, tumba y quema es un método actualmente asociado a la deforestación, a la pérdida de biodiversidad y a los incendios forestales.

También es un método que se ha transformado profundamente con el tiempo, de manera que los periodos de descanso para que los suelos se regeneren y las medidas cautelares para evitar que el fuego se salga de control que estaban asociados originalmente a la práctica han quedado, muchas veces, en el olvido.

Aunque se cree que es una técnica obsoleta, persiste como práctica común en muchas comunidades, pues está arraigada en su cultura. Y hoy se ha convertido en el mayor origen de los incendios forestales en territorio oaxaqueño que ya suma miles de hectáreas consumidas por el fuego.

Por eso urge buscar nuevas opciones para uso y manejo, para identificar puntos claves en la secuencia de las prácticas agrícolas, las formas de conservación del germoplasma in situ y las de organización para la producción. Una opción a la roza, tumba y quema es la roza, tumba y pica, la cual consiste en incorporar materia orgánica al suelo en lugar de quemarla, evitando así los incendios forestales que arrasan vastas extensiones de bosque en la región.

La roza, tumba y pica se realiza un año antes de la siembra para lograr la descomposición de la mayor cantidad de hojas y tallos. Se extraen los tallos gruesos o troncos para aprovecharlo como combustible en los hogares de las familias para la preparación de alimentos.

Una vez hecha la apertura de nuevos campos de cultivo, es importante aprovechar el suelo bajo un enfoque integral para evitar el abandono de estas áreas, aspecto fundamental porque actualmente no es posible recurrir a más zonas con vegetación virgen, ya que en la zona la fragmentación de las tierras es cada vez mayor con superficies de un cuarto de hectárea en promedio.