Pésima gestión

Cualquier actividad en el área médica no puede funcionar si no se cuenta con el suficiente abasto de agua, ya que podría generar repercusión en todos los niveles de atención. Lo que sucedió hace unos días en el hospital del ISSSTE como en el Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, debe obligar a las autoridades a redoblar esfuerzos para atender sus carencias y necesidades en equipo e infraestructura, pues actualmente se enfrenta al reto de garantizar un servicio eficiente y eficaz.

Las denuncias públicas que se han dado a conocer confirmaron que la falta de agua en hospitales es una situación omisa y negligente de quienes deben garantizar este recurso. Es una pésima gestión de los responsables de atender y garantizar el abasto del líquido en estos y otros hospitales de los Servicios de Salud en Oaxaca, ante el riesgo de alcanzar serias repercusiones.

Un sistema de salud se considera eficiente cuando es capaz de brindar un producto sanitario aceptable para la sociedad con un uso mínimo de recursos. Lograr eficiencia en salud significa también alcanzar los mejores resultados con los recursos disponibles.

De modo que, cuando se persiguen determinados resultados también deben quedar claras cuáles son las formas más eficientes de alcanzarlos y qué procesos técnicos se deben abordar para llegar a ellos con eficiencia. De ahí que para que una organización sea eficiente debe operar sobre la frontera de costos o de producción.

Es el grado en que el sistema de salud efectúa la máxima contribución a las metas sociales definidas dados los recursos disponibles. Si se obtienen mejores resultados con menor gasto de recursos o menores esfuerzos, se habrá incrementado la eficiencia. Eficacia quiere decir que el propósito a que se aspira puede lograrse bajo condiciones ideales, es decir, que favorezcan al máximo su consecución.

Apoyo a artesanías

A pesar de la esmerada labor que realizan, uno de los sectores más vulnerables del país como son los productores de artesanías poco o nulo apoyo reciben para potenciar sus actividades. Los más afectados, en términos de ingresos económicos, demandan el auxilio de los gobiernos federal, estatal y municipal con la intención de enfrentar esta situación y empoderarlas para el futuro.

Desde hace mucho se ha denunciado que nuestro país carece de políticas públicas enfocadas a impulsar el desarrollo de los artesanos, y como consecuencia la inexistencia de acciones que garanticen la subsistencia de este gremio. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los artesanos en el país, pero en especial en Oaxaca, es encontrar canales de comercialización que les permitan vender sus productos.

Esto ha ocasionado que intermediarios comerciales adquieran artículos artesanales, por los que llegan a pagar hasta 20% más de su valor real. La inexistencia de una instancia de gobierno que apoye al gremio artesanal ha ocasionado que este sector de la población se encuentre desamparado. Se necesitan acciones serias y responsables para brindar al artesano la posibilidad de superarse.

En una entidad como Oaxaca donde las artesanías son fundamentales para la economía de las comunidades, la desaparición del Instituto para el Fomento y la Protección de las Artesanías, y del Instituto Oaxaqueño del Emprendedor y de la Competitividad, repercute seriamente de forma negativa. A pesar de que se argumenta que el cambio fue para tener una visión más empresarial e industrial en esta actividad económica del estado, la falta de apoyos los está condenando a sufrir.

Actualmente, padecen la falta de programas de promoción y fomento que tengan como propósito incrementar la productividad y la competitividad de los productos oaxaqueños, impulsando el comercio exterior. Nuestros artesanos merecen apoyos y respaldos para su impulso.