Bloqueos carreteros
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Bloqueos carreteros

 


A pesar de que se insiste en que hay menos bloqueos carreteros en el estado, lo cierto es que cada vez se registran más, por lo que es necesario retomar el diálogo con el fin de terminar con todos ellos, una forma de protesta comprensible en las condiciones presentes, pero que impacta de forma negativa a miles de personas que no tienen ninguna culpa en el asunto.

El bloqueo o corte de vías de comunicación terrestre es una medida de fuerza utilizada por diversos sectores sociales y económicos, para obtener algún beneficio por este medio. Un método de presión y chantaje por parte de organizaciones y grupos políticos que es necesario desterrar debido a las afectaciones económicas y sociales que producen, además de violentar su libertad constitucional.

El año pasado en Oaxaca se cometieron al menos 2 mil 336 delitos federales, de los cuales destacan las que se sancionan mediante la Ley de Vías Generales de Comunicación con 310 denuncias, esto debido a las tomas y bloqueos en las carreteras federales en la entidad oaxaqueña.

Una de las exigencias a los gobiernos federal y estatal ha sido aplicar la ley sin excepción, así como liberar y salvaguardar las vías de comunicación y todos los espacios públicos. Estas ilícitas acciones tienen un impacto directo en la de por sí, precaria actividad económica de las zonas más marginadas del estado, con afectaciones como freno de inversiones, costos elevados de productos básicos, migración a zonas productivas en otros estados, desabastecimiento de mano de obra.

Al margen de que las marchas, plantones y bloqueos realizados por el magisterio, además de otras organizaciones políticas y sociales, crean un ambiente de inquietud e incertidumbre que no deben aparecer ante el riesgo de crear un clima de incertidumbre, hoy el llamado debe ser promover un clima de estabilidad y paz social. Respetar las reglas, evitar la violencia política pues sólo preservando los principios legales se conservará el Estado de derecho y el orden constitucional.

 

Transporte urbano

 

Con la finalidad de regularizar el transporte urbano en nuestro estado, se ha exhortado a los transportistas que enfrentan irregularidades y anomalías disposición y voluntad para solventarlas. La sociedad oaxaqueña demanda terminar con tanta anarquía y desorden que existe, tanto en lo administrativo como en la reordenación de las rutas que permita un mejor servicio a la comunidad.

Las rutas del transporte urbano en la ciudad de Oaxaca están saturadas, en algunas de ellas la oferta supera hasta en 68 por ciento la demanda de pasajeros, sin que hasta ahora se hayan definido lineamientos que permitan incrementar la calidad y eficiencia del sistema de movilidad urbana. Para mejorar el sistema del transporte público se han planteado diversas alternativas de solución, desde mantener las rutas actuales, pero también racionalizar la oferta.

Es decir, el número de autobuses y número de kilómetros que recorren de acuerdo a la demanda; la reorganización de las rutas; un sistema integrado tronco-alimentado con carriles exclusivos, estaciones de integración y estaciones intermedias; y finalmente, un sistema combinado – troncales, alimentadores, directos (sin trasbordo), con carriles exclusivos, estaciones de integración, estaciones intermedias donde se requiera.

Las autoridades de Semovi están emplazadas a revisar el parque vehicular del transporte público que circula en la capital del estado, pues de acuerdo con cifras exhibidas en su momento, 25 por ciento se encuentra en mal estado y muchas otras más ya no deben brindar el servicio por encontrarse en pésimo estado físico. Al paso del tiempo, los oaxaqueños se han resignado a tener un servicio pésimo, sin que ninguna autoridad acuda en su auxilio.

En el caso de los operadores y choferes, jamás se sujetan a un reglamento del transporte, tampoco portan uniformes y mucho menos se someten a exámenes toxicológicos para evitar que sean consumidores de alguna droga, ya sea mariguana, cocaína o alcohol. Situación delicada porque son ellos los responsables de conducir las unidades donde hombres, mujeres y niños buscan transportarse con seguridad.