Rezago ambiental
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Opinión

Editorial

Rezago ambiental

 


Si bien a nivel nacional ya se han adoptado medidas para ubicar las variables de adaptación ante el cambio climático y mitigación, en la entidad se tiene que  avanzar en elaborar buenos planes y estar alerta de los riesgos que representa el fenómeno del calentamiento global ya que está generado serios estragos, desde del aumento de temperatura del planeta, el registro de sequías, los golpes de calor, los huracanes, las heladas y hasta las lluvias atípicas, que a su paso además causan desde grandes inundaciones hasta importante número de damnificados.

Oaxaca se encuentra rezagada en materia de protección legal del medio ambiente, pues se deben de actualizar los formatos y las normas, tomar decisiones con el fin de disminuir la emisión de efecto invernadero, principalmente reacciones químicas derivadas del azufre, nitrógeno o bióxido de carbono, que están saturando la atmósfera.

Ante un creciente problema ambiental, es necesario ahondar los esfuerzos para frenar la contaminación atmosférica antes de que sea demasiado tarde, evitar el deterioro del planeta, porque sus efectos no van a esperar que los humanos y sus naciones se pongan de acuerdo para enfrentarlo. Es necesario sumar voluntades en los tres niveles de gobierno y en especial el compromiso del Congreso del Estado de homologar los criterios para actualizar las normas.

Las organizaciones de la sociedad civil, desde hace dos décadas, han hecho recomendaciones para que se lleven a cabo diversas medidas. Hay un rezago en el cumplimiento de las medidas o diferentes acciones que se tienen que hacer para mejorar la calidad del aire. Es indudable que la República Mexicana requiere de más acciones en materia de legislación ambiental ya que aún presenta un atraso de 30 años en la materia.

México se encuentra atrasado en materia legislativa ambiental y como ejemplo están las leyes en esta materia aún se basan en el derecho individual y no en el colectivo, dentro del cual se incluyen los derechos de los ciudadanos como acceso al agua, a un ambiente limpio y al libre tránsito.

 

Recuperar el campo

 

El campo mexicano es desde hace ya varias décadas, el sector social y productivo en mayores condiciones de rezago y vulnerabilidad, pues tan sólo en Oaxaca hay extensas franjas territoriales con pequeños productores, así como tierras dedicadas a la producción para el autoconsumo. En nuestro estado vive la mayor parte de las personas hablantes de lenguas indígenas, hay más tierras de temporal que aquellas que disponen de agua suficiente para ser consideradas como zonas de riego, lo cual ha originado que muchas familias abandonen sus parcelas y vayan a las zonas urbanas en busca de mejores condiciones de bienestar.

Lo anterior ha ocasionado que se deje de producir y las aspiraciones de alimentación y la seguridad alimentaria, se encuentre muy lejos de contar con el presupuesto y los programas necesarios para hacer efectivo este derecho a toda la población. La dramática reducción de gente que labora el campo se debe, entre algunos factores, a la falta de oportunidades, migración hacia la frontera norte en busca de mejores ingresos, malos precios de garantía para sus productos y lo más grave: la presencia del crimen organizado, que los ha obligado a rentarles sus tierras.

Aun cuando en el campo mexicano vive sólo un tercio de la población nacional, en esas áreas vive más de la mitad de la población en condiciones de hambre, así como 8.9 millones de personas en rezago educativo. A estos factores hay que agregar otros más como el cambio climático y el nivel de riesgo que tiene nuestro sistema agropecuario ante el calentamiento global, obliga a rediseñar las políticas para el sector, en orden de reducir nuestra vulnerabilidad ante los fenómenos hidrometeorológicos.

Ante este escenario se debe actuar, tanto por los bruscos desajustes que tienen los precios tanto en el mercado internacional como el nacional, y por nuestra dependencia respecto de las importaciones de los productos de mayor consumo en el país crece año con año. Desde hace mucho el recorte presupuestal al campo ha puesto al país contra la pared y expuesto a una dependencia alimentaria y tecnológica total.