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Editorial

Transporte

 


A pesar de que las rutas del transporte urbano en la ciudad de Oaxaca de Juárez están saturadas, ya que en algunas de ellas la oferta supera hasta en 68 por ciento la demanda de pasajeros, siguen sin definirse los lineamientos que permitan incrementar la calidad y eficiencia del sistema de movilidad urbana.

Los oaxaqueños seguimos padeciendo un pésimo servicio de transporte que desde hace décadas no se transforma, no cumple con una evaluación físico mecánica para levantar un censo y un diagnóstico, antes de determinar su retiro definitivo de la circulación.

Para mejorar el sistema del transporte público se han planteado diversas alternativas de solución, desde mantener las rutas actuales pero racionalizar la oferta, es decir, el número de autobuses y número de kilómetros que recorren de acuerdo a la demanda.

La reorganización de las rutas; un sistema integrado tronco-alimentado con carriles exclusivos, estaciones de integración y estaciones intermedias; y finalmente, un sistema combinado-troncales, alimentadores, directos (sin trasbordo), con carriles exclusivos, estaciones de integración, estaciones intermedias donde se requiera.

Al igual que muchos otros proyectos, se han invertido cantidades industriales de dinero sin que exista algo concreto, lo que sí es una realidad son nuestras calles saturadas y congestionadas por los camiones, ahí están 20 de Noviembre-Porfirio Díaz, la Calzada Niños Héroes de Chapultepec, Crespo, Tinoco y Palacios, carretera Internacional Norte, Heroico Colegio Militar, Prolongación Valerio Trujano, Calzada Francisco I. Madero, Avenida Eduardo Mata, y muchas más.

Ante las crecientes necesidades, es urgente revisar el parque vehicular del transporte público que circula en la capital del estado, pues de acuerdo con cifras exhibidas en su momento, 25 por ciento se encuentra en mal estado y muchas otras más ya no deben brindar el servicio  por encontrarse en pésimo estado físico. Al paso del tiempo, los oaxaqueños se han resignado a tener un servicio pésimo, sin que ninguna autoridad acuda en su auxilio.

 

Inversiones

 

Existe la previsión de que estados como Oaxaca elevarán su crecimiento al 50% en los próximos 20 años, con lo cual se disminuirá la brecha de desarrollo económico con las entidades del norte. Hay gran interés de empresas del sector agroindustrial, acero y diversas manufacturas para invertir en el sur-sureste de México.

Sin embargo, los capitales están condicionados a la definición de los incentivos fiscales y no fiscales que otorgarán los gobiernos a los entes económicos. Al margen de alentar al sector privado con financiamiento en proyectos con créditos, en temas desde gasoductos, eléctricos, autopistas, entre otros.

De ahí que el gran reto sea tener certidumbre jurídica a través del área que se va a delimitar, hacer un proceso de desregulación y simplificación. El paso trascendente para convertir al Istmo de Tehuantepec en un verdadero polo de desarrollo económico es garantizar el Estado de Derecho, brindar seguridad a las inversiones que ayuden a detonar el progreso de la región.

Si bien la Federación se ha comprometido a promover progreso y desarrollo del sur del país, el Gobierno de Oaxaca debe sumar esfuerzos para alcanzar los objetivos trazados a partir de la certeza jurídica en las inversiones.

Junto con ello, el sector empresarial debe comprometerse con las nuevas zonas especiales que detonen el empleo, la infraestructura y mejores salarios, pues de lo contrario esta iniciativa presidencial no alcanzará los objetivos planteados. Es la oportunidad de crear la infraestructura suficiente para detonar este potencial, por lo que esta nueva ley busca cerrar la brecha entre los dos México, el exitoso del norte y el atrasado y olvidado del sur.

La región del Istmo de Tehuantepec tiene un potencial de inversiones cercano a los 50 mil millones de dólares y se estima que podrían generar alrededor de medio millón de nuevos empleos en las siguientes dos décadas. Principalmente en los sectores agroindustrial, metalmecánico, automotriz y de autopartes, eléctrico y electrónico energético, de tecnologías de la información y comunicación entre otros.