Empleos permanentes
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Opinión

Editorial

Empleos permanentes

 


Nuestro país enfrenta el reto de crear la suficiente cantidad de empleos formales y bien remunerados, pues debido al poco dinamismo de la economía y que el precio de los alimentos ha sido volátil, los datos de pobreza laboral en México son alarmantes, y las nuevas generaciones en edad de incorporarse a las actividades no lo hacen y engrosan las filas del desempleo o subempleo.

En el caso de Oaxaca, derivado de la pandemia de Covid-19, se perdieron empleos en muchos establecimientos y al mismo tiempo se registró la tasa más alta de informalidad laboral durante el año 2020. Desde entonces a la fecha la creación de fuentes de trabajo permanentes y bien remuneradas se ha convertido en una tarea titánica que necesita el apoyo y respaldo de los tres niveles de Gobierno.

El desempleo y la informalidad han sido problemas recurrentes en la economía oaxaqueña en las últimas décadas, sobre todo cuando la mayoría de las personas que se incorporan a la economía informal no lo hacen por elección, sino como consecuencia de la falta de oportunidades en la economía formal y por no contar con medios de subsistencia. Si se destruyen más fuentes de empleo y no se crean nuevos empleos remunerados, el destino de la fuerza laboral será el desempleo, no formar parte de una población económicamente activa y por supuesto la entrada a la economía informal.

Quienes trabajan en este tipo de economía no encuentran la oportunidad de integrarse al mercado formal, pero las actividades informales representan una fuente importante de ingresos para subsistir y cubrir sus necesidades básicas, sobre todo las familias que menos tienen. Por ello es necesario realizar una efectiva campaña de promoción e información respecto de la creación de nuevas micro, pequeñas y medianas empresas, apoyar la inserción exitosa de las micro, pequeñas y medianas empresas a las cadenas de valor de los sectores estratégicos de mayor dinamismo, con más potencial de crecimiento y generación de empleo.

Hoy es indispensable revertir esta situación ya que es en la informalidad en donde justamente la productividad es muy baja y la capacidad que tiene una gran cantidad de negocios para incrementar los salarios también está muy limitada. Por ello se debe poner en consideración los mecanismos de cómo se debe poder generar un incremento salarial, que sea alcanzable para los pequeños negocios que son los que menos pagan y no dan prestaciones.

 

Desorden urbano

 

La falta de control en el crecimiento urbano y de suelo seguro para familias de bajos ingresos ha limitado el desarrollo de las ciudades que en muchos casos ha visto desbordado sus límites municipales, como sucede con la Zona Metropolitana de Oaxaca que abarca 25 municipios. Actualmente el reto obliga la intervención y la participación coordinada de las autoridades federales, estatales y municipales para alcanzar el desarrollo urbano, la adquisición de reservas territoriales y el aprovechamiento del suelo interurbano.

En nuestro estado, las principales ciudades presentan un crecimiento desordenado que ocasiona cambios en el uso de suelo y afectan negativamente el desarrollo local, inciden en los índices de competitividad, debilitan el aparato productivo y lesionan negativamente la calidad de vida de las familias, ya que presentan obstáculos para una urbanización ordenada debido a la accidentada orografía del estado y a la carencia de infraestructura y servicios, lo que se traduce en el aislamiento y dispersión de sus asentamientos.

Los asentamientos son creados por un sector de la población sin los permisos de los organismos competentes, con un reducido ingreso económico que al construir de forma ilegal fomentan la exclusión, por ser zonas sin dotación de servicios básicos, carentes de planificación, en las que se desarrollan construcciones de manera anárquica.

Complican seriamente su situación debido a que se instalan en cerros que tienen acceso limitado a los servicios públicos como drenaje, red de aguas blancas, electricidad, entre otros, factores que ocasionan que la población construya sus viviendas en zonas de alto riesgo, como lo son los espacios cercanos a ríos y los cerros inestables.

Tal situación debe obligar al ordenamiento territorial y ecológico, la identificación de riesgos y el financiamiento para la vivienda, ya que actualmente los municipios no cuentan con la visión y los recursos para poder invertir en la planeación del crecimiento de sus ciudades. Así como realizar estudios y análisis de crecimiento poblacional que permitan planear el crecimiento a corto y mediano plazo de nuestras ciudades y quedar asentados en los Planes de Desarrollo Urbano.