Reprobable agresión
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Opinión

Editorial

Reprobable agresión

 


Desde hace tiempo hemos abordado en este espacio editorial, el clima de linchamiento, descalificación y ninguneo al trabajo de los medios de comunicación del país. Ese encono, propiciado desde el podio mañanero, por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, ha generado un entorno nocivo. Cualquier baba de perico busca descargar su frustración y enojo, en contra de quienes sólo cumplimos con nuestra tarea de informar con oportunidad.

En Oaxaca, las agresiones en contra de los periodistas han sido algo común. Las acciones de violencia han provenido lo mismo de sindicatos mafiosos que de organizaciones sociales parasitarias, maestros pseudo radicales o pobladores de ciertas comunidades que, como en el caso de que hablaremos más adelante, en donde pretender hacer justicia por propia mano, haciendo caso omiso del marco legal que prevalece en un Estado de Derecho, generó indignación entre los violentos.

El pasado domingo, una turba de San Juan Guelavía agredió físicamente a nuestro compañero reportero, Javier Santiago, “El Trucha”, terminando por destruir su equipo fotográfico, cuando cubría la nota del frustrado linchamiento de una persona a la que ya la habían bañado de gasolina. La víctima había sido acusada, presuntamente, de haber cometido un ilícito. Cuando los incitadores de tal bajeza se dieron cuenta de que el comunicador documentaba los hechos, la emprendieron contra él.

El reportero de EL IMPARCIAL. El mejor diario de Oaxaca, fue auxiliado por elementos de la Cruz Roja Mexicana, quienes lo valoraron e ingresaron a un conocido nosocomio de la capital. Por fortuna fueron lesiones menores, pero no por ello justificables. Los diversos medios locales, impresos, electrónicos y digitales dieron cuenta puntual de estos hechos abominable.

Desde este espacio exigimos a las autoridades federales y estatales, realizar las investigaciones prudentes para castigar a los instigadores de la violencia en contra de medios y periodistas. El ambiente de censura y descalificación no nos doblegarán para realizar nuestro trabajo con profesionalismo y en apego a nuestro Código de Ética. Reprobamos el clima de linchamiento que ha generado que cualquier hijo de vecino pretenda conculcar con acciones de violencia la libertad de expresión y el derecho a la información. Nuestra fortaleza está en el apego a la verdad y la oportunidad de dar a conocer a la sociedad los hechos que ocurren.

 

Basura: Sin solución

 

El pasado domingo 8 de enero se cumplieron tres meses del cierre del relleno sanitario ubicado en jurisdicción de la Villa de Zaachila, propiedad del gobierno municipal de Oaxaca de Juárez. Desde esa fecha, la ciudadanía ha estado sometida a un bombardeo de verdades a medias e información tendenciosa, plagada de dobleces y mentiras. Los desechos sólidos que se han generado han sido enviados a diversos destinos, con un elevado costo por el traslado y, ciertos sitios ubicados como parte del entorno ecológico de la capital, como son las riberas del Río Atoyac, se han convertido en los nuevos rellenos sanitarios. Todo ello, amén de que otros municipios como Santa María Atzompa y parajes alejados de los centros urbanos, han sido ocupados para depositar los desechos sólidos. Lo anterior, en franco reto a las normas ambientales.

Se sabe que el gobierno municipal capitalino ha invertido sumas millonarias para el traslado de la basura. Ya mencionamos hace un par de semanas que, de espaldas a la ciudadanía que gobierna y luego de dar negativas, el presidente municipal de San Pedro Tapanatepec, Humberto López Parrazales, en la zona limítrofe con Chiapas, es decir a 400 kilómetros de la capital, tuvo que aceptar que recibió miles de toneladas de desechos generados en la capital. Se supo, asimismo, que cientos de góndolas depositaron su carga en un relleno sanitario certificado de Cholula, Puebla, hasta que el desaparecido gobernador Miguel Barbosa, lanzó reclamos. Esto es, el gobierno de Francisco Martínez Neri, edil de la capital, ha estado dando palos de ciego durante más de tres meses, sin dar una solución definitiva a dicho tema.

En los últimos días se ha escuchado con insistencia la posibilidad de ampliar el basurero cerrado en octubre e invertir recursos para ampliar su período de vida. Todo ello, claro, previo consentimiento de agencia municipal y colonias que, desde el inicio se han opuesto a cualquier mecanismo de ampliación o de seguir recibiendo los desechos. Atrás han quedado pues, los argumentos de “que ya tenemos un predio” o de que el problema sanitario está en vías de quedar resuelto, quedando en entredicho los recursos que el gobierno anterior le otorgó al ayuntamiento capitalino para atender el tema. Sin embargo, para el ciudadano de a pie el problema está latente, hasta en tanto gobierno local y estatal no encuentren un sitio exclusivamente para relleno sanitario, el cual debe estar debidamente certificado.

 

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