No más largas
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

No más largas

 


Hace al menos dos semanas, en una declaración ante los medios de comunicación, el secretario general de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Eloy López Hernández, afirmó que del calendario escolar que emite la Secretaría de Educación Pública (SEP), ellos tendrían sus propias celebraciones, lo que implicaría restarle al referido calendario oficial, al menos 20 días. Sin embargo, lo que llama la atención es que no haya una declaración respecto al obligado regreso a clases presenciales. Si bien es cierto que hay al menos una tercera parte de los centros escolares que, luego del inicio de las campañas de vacunación contra la Covid-19, retornaron a clases presenciales, cumpliendo con todos los protocolos sanitarios, hay al menos otras dos terceras partes que, así literal, sus maestros continúan de vacaciones, con el pretexto de la pandemia.

Se trata de casi dos años y medio de receso en virtud de la contingencia. Y por lo visto, hay un propósito insano de miles de maestros de continuar sin presentarse ante el grupo. Tampoco existe por parte de su gremial, el menor interés para obligarlos a cumplir con su tarea educadora. Menos de la parte institucional: el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) que, por el temor de que no se le alborote la base, siguen solapando estas conductas perniciosas e irresponsables. Al atraso que los educandos oaxaqueños venían arrastrando desde los años ochenta, con tanto paro, marchas, plantones y demás, se añadieron más de dos años de pandemia, por lo que, según especialistas en el tema educativo, no hay forma de resarcir ese brutal rezago. Alumnos de quinto y sexto año de nivel básico que no saben leer o las operaciones matemáticas básicas.

Hay razón que algunos organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nos sigan ubicando a la cola a nivel mundial. Eso parece no entenderse ni en las altas esferas del gobierno federal ni en el estatal. Hay maestros que aún teniendo al grupo esperando, dan uno y mil pretextos para no cumplir con su responsabilidad. ¿Por qué? Por la protección irracional que les ha otorgado su gremio, responsable directo del rezago educativo. La politización, la movilización, la participación en marchas y bloqueos, es lo que se califica entre el magisterio y no la capacidad y experiencia de sus maestros.

 

¿Complicidad o negligencia?

 

Ya son muchas voces las que se han elevado para exigirle al presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri, no sólo poner orden en el gobierno que encabeza sino, además, iniciar las denuncias correspondientes en contra de su antecesor y correligionario, Oswaldo García Jarquín, por el boquete financiero que dejó para la actual administración y de cuya gestión siguen apareciendo anomalías e irregularidades. Como lo publicamos en El Mejor diario de Oaxaca hace poco más de una semana, habría cuatro auditorías en curso por parte de organismos fiscalizadores tanto federales como estatales, aparte, claro, del descubrimiento de los 386 millones de desfalco que habría dejado el ex edil. Pese a ello, han ido apareciendo más y más anomalías, cuestión preocupante, habida cuenta de que la ciudad no tuvo obras, programas o proyectos ejecutados, que ameriten desembolsos tan onerosos.

Desde un principio se observó una actitud demasiado suave del actual edil y hasta temor de hablar de las malversaciones o desvíos de su antecesor. Muchas de sus declaraciones han sido evasivas, marcadas por un evidente interés de no afectar ni manchar la imagen del primer gobierno municipal en la capital, emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). La muestra está a la vista: a ocho meses en el cargo no se sabe de acciones concretas en torno a una explicación en torno hacia dónde fueron los recursos faltantes, con su cauda de adeudos y carencia de obras. Mucho menos se sabe de denuncias ante las instancias que hoy practican las auditorías, si se parte del principio de que fueron tanto la Auditoría Superior de la Federación (ASE), como del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO), que conocen seguramente la situación de pobreza financiera en la que hoy despacha el actual gobierno municipal.

El edil Martínez Neri se ha observado temeroso de actuar conforme lo dispone la ley y con los elementos que la misma le pone en sus manos. Ha actuado pues, hasta hoy, como si hubiera negligencia o complicidad con García Jarquín. Incluso con aquellos concejales que repitieron en el cargo y que, seguramente conocieron de la corrupción o el peculado campante que fue el sino de la anterior administración: nos referimos al Síndico, Jorge Castro y al regidor, Pavel López Gómez. Si bien éste ha hecho señalamientos, el primero ha guardado un silencio de complicidad.