Sentar un precedente
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Editorial

Sentar un precedente

 


Diversos sectores sociales han exigido al presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri, que vaya a fondo en contra de su antecesor, Oswaldo García Jarquín, por el quebranto millonario en que incurrió de más de 386 millones de pesos. Que, si ha dado vista tanto a los órganos de procuración de justicia, así como a los organismos de fiscalización, que ello no sea solamente una cortina de humo para lavarse las manos, sino que su equipo jurídico verifique la integración de las carpetas de investigación y siente un precedente no sólo de autoridad responsable y congruente con sus principios, sino ante la sociedad. Resulta una aberración coincidir con un gobierno federal y estatal que ha hecho de la lucha contra la corrupción su bandera ideológica y electoral, y no actuar cuando dicho quebranto financiero echa por tierra su proyecto de gestión ante la ciudadanía.

Por su parte, estamos seguros de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), actuará conforme a sus criterios y transparencia, además de que, habrá de cuidar el buen uso de los fondos federales que, a través de participaciones y ministraciones se otorgan a los municipios oaxaqueños. Sin embargo, habrá que tener en la mira las actuaciones del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO), en donde, a través de los años se han observado irregularidades como los arreglos en lo oscurito con ediles corruptos y acusados de peculado, para que los mismos acudan a despachos que trabajan en paralelo y así limpiar las trapacerías de que son señalados. Durante la operación de la OSFEO, como antes fue las de la Auditoría Superior del Estado (ASE), se han denunciado un sinfín de corruptelas, tráfico de influencias y conflicto de intereses.

El edil Martínez Neri, contador y fiscalista, no debe permitir que traten de sorprenderlo con arreglos subrepticios y de conveniencia. Es necesario, insistimos, sentar un precedente que devuelva la confianza de los oaxaqueños a sus autoridades y se castiguen desvíos o corruptelas. La semana pasada, como lo publicamos en nuestras páginas, dimos a conocer la versión del mismo edil en torno a las 26 obras inconclusas que dejó García Jarquín. Es decir, nada, absolutamente nada justifica el dispendio, el manejo irresponsable y el uso discrecional de las finanzas municipales, para dejar un boquete de tal tamaño y envergadura, como son los 386.6 millones faltantes.

 

Dengue, otro fantasma

 

Cada año, durante la época de lluvias se disparan los casos de dengue en todo el estado. No es nada nuevo. En tanto no haya campañas de fumigación de parte de los Servicios de Salud en el Estado (SSO) y de destrucción de cacharros en hogares y comunidades, el mosco aedes aegypt seguirá haciendo de las suyas, generando muchas muertes, cuando deviene hemorrágico. Los casos siguen al alza, cuando tenemos encima la quinta ola de Covid-19 que, según datos aportados por las autoridades sanitarias federales ha traído arriba de 20 mil contagios diarios en todo el país, en los cuales, Oaxaca no se queda atrás. Lo grave, como ya lo hemos comentado en este espacio editorial, es que ha sido el mismo gobierno el que ha permitido que se relajen las medidas de prevención.

Hay que recordar que en años anteriores hemos padecido también otros males producidos por vectores como ha sido el sika o chikungunya, aparte, por supuesto del dengue clásico y dengue hemorrágico. Lo que sorprende es que hasta este momento no se hayan desplegado campañas de prevención del mal, sobre todo en las comunidades rurales y en los cinturones de pobreza de las ciudades. Es importante subrayar que anteriormente eran las zonas tropicales o cálido húmedas las más propicias para el mal. Sin embargo, en los últimos años, la proliferación del mosco transmisor se da en todas partes, incluso, frecuentemente en la capital del estado. Y uno de los problemas es que cuando las personas, incluyendo menores de edad, tienen los síntomas, es necesario acudir al laboratorio para validar la existencia del mal.

Si bien es cierto que no se trata de hacer comparaciones ociosas, es prudente reconocer que, en regímenes anteriores, a estas alturas, las brigadas de combate al mosco ya estaban a todo vapor, al igual que las campañas publicitarias de los SSO para evitar que la ciudadanía tuviera agua estancada en sus hogares, cacharros, llantas o trastes viejos con humedad, que es donde se incuba el mosco. Todos podemos constatar hoy en día la proliferación de moscos perniciosos, que no son precisamente los que producen el mal, pero que también es difícil identificarlos, están por todos lados e incomodándonos. Existe pues un peligro en ciernes, en tanto no tengamos a mano y aplicando las medidas de prevención para evitar este mal que, de no cuidarse, puede convertirse en algo letal.