UABJO: ¿Otra vez?
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Opinión

Editorial

UABJO: ¿Otra vez?

 


Todo apunta a que nuestra Alma Mater, la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), vuelve a entrar en un laberinto de conflictos y violencia. Los grupos de presión, sindicatos y los cotos familiares de poder siguen en su perversa labor de desestabilización. Desde hace al menos un mes se definió el relevo en la rectoría, cargo que sigue ocupando el maestro Eduardo Bautista Martínez y cuyo período terminó en mayo de 2020. Sin embargo, por las condiciones sanitarias que se vivieron en esos tiempos, siguió desempeñando el cargo, prolongando su período dos años más. El Consejo Universitario, máxima autoridad en la UABJO definió la elección de nuevo rector para el mes de mayo de 2022. Es importante subrayar que este proceso ha dado lugar a muchas especulaciones e inclusive, la propuesta de que personas ajenas a la institución pudieran apuntarse para tan importante cargo universitario.

La presión de dirigentes sindicales y la premura para que se designara un nuevo rector reventó la semana pasada. Desde el jueves se dijo que Bautista Martínez solicitaría licencia al cargo para agilizar la designación de su sustituto. E iniciaron las especulaciones y jaloneos. Transcendió que quien ocuparía el cargo de manera interina sería la maestra Leticia Mendoza Toro, actual Secretaria General. Esta posibilidad creó inconformidades entre los líderes de algunos sindicatos y viejos caciques que llevan más de medio siglo medrando del presupuesto universitario. Se unieron y convocaron una reunión del Consejo Universitario, con la certeza de que juntos podrían hacer mayoría de votos. Sin embargo, descuidaron las formas protocolarias que exige la Ley Orgánica de la institución. No obstante, decidieron nombrar a Cristian Eder Carreño López como rector interino, situación que generó la inconformidad tanto del rector que pediría licencia como de sus cercanos.

De nueva cuenta, grupos de porros y golpeadores penetraron al campus de Ciudad Universitaria, prendiendo fuego a llantas y muebles, en un abierto desafío al Estado de Derecho y a dirimir las controversias en un ambiente de civilidad. Con autobuses montaron bloqueos sobre Avenida Universidad, poniendo en entredicho una vez más, que la institución no cambia; que siguen las inercias y vicios y que los intereses de grupos, predominan sobre la necesidad de encausar las diferencias a través del diálogo y el acuerdo.

 

Más carestía, menos obras

 

Al legado de nulas obras relevantes de la actual administración, hay que añadir que una de las que destacan pese a su menor importancia, es la que se lleva a cabo en Avenida Símbolos Patrios. Luego de una serie de controversias, amparos, protestas y demás, de grupos de vecinos y pseudo ambientalistas, dicha obra avanza con una lentitud impresionante. Para muchos ciudadanos, difícilmente se logrará concluir en tiempo y forma antes de que concluya esta administración, como otras que anunció el gobierno de Alejandro Murat, se habrían de llevar a cabo, con los recursos del préstamo por 3 mil 500 millones de pesos que solicitó ante la banca privada, con la autorización de la LXIV Legislatura, en octubre de 2019. La realidad es que nada se sabe de las mismas, como es el caso del llamado Libramiento Sur que, como a tiempo comentamos, había cambiado por una obra menor.

Lo que sí es cierto es que la cadena inflacionaria que vivimos en el país hoy en día, que rebasa el 7 %, como nunca lo habíamos visto desde hace 22 años, contribuye a encarecer todo. De esta suerte, en tanto más tarden las obras que pretende llevar a cabo en los poco más de siete meses que le quedan al gobierno de Murat Hinojosa, los costos se elevarán. En el caso de la obra de Símbolos Patrios, tal como lo publicamos en nuestras páginas hace unos días, está generando un verdadero colapso económico y comercial, pues los negocios que se encuentran establecidos en dicha avenida, han perdido ventas e ingresos. La maquinaria, los montones de tierra y material distribuido a lo largo de la misma, ha generado problemas adicionales para comerciantes y empresarios, entre grandes y medianos, que han visto mermadas sus ganancias. Y la obra ahí sigue sin que sepamos hasta cuándo será concluida.

Es un hecho que el actual gobierno pasará a la historia como un régimen que no deja obra emblemática por la cual se le recuerde. El tiempo se le ha venido encima sin que haya podido concretar proyectos que se propuso desde el inicio, allá a fines de 2016. El ejecutivo les apostó a las obras carreteras al Istmo y a la Costa y confió en el apoyo del gobierno federal, primero en el de Enrique Peña Nieto y después en el de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, ninguno de los dos cumplió con las expectativas ni del gobierno estatal ni de los oaxaqueños. Todo fue engaño y promesas fallidas.