¿Modernizar transporte? Una ficción
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

¿Modernizar transporte? Una ficción

 


Uno de los principales síntomas que reflejan el atraso de un pueblo es su sistema de transporte. Sólo hay que ver el que tenemos en Oaxaca para darnos cuenta que aquí, la modernidad no ha llegado. Desde los dos últimos años del gobierno de Gabino Cué se puso en marcha el proyecto del llamado Sistema Integrado de Transporte, CITYBUS, pero es la hora en que aún no opera. Las paradas que en su momento fueron construidas para dicho servicio fueron vandalizadas. Hoy se construyen nuevas. Mientras en algunas ciudades intermedias operan camionetas, microbuses u otras de mayor capacidad, para el servicio urbano y foráneo, aquí seguimos con pequeñas unidades, que entran y salen de la capital por cientos cada hora. Pese a las restricciones que las autoridades han impuesto para evitar contagios de Covid-19, cada operador hace lo que le place. 

No es extraño ver en los periódicos fotografìas constantes de atropellamientos, volcaduras o alcances. De diez que ocurren, más de la mitad son protagonizadas por taxis foráneos. Más aún: muchas de ellas son utilizadas para cometer asaltos, robos, secuestros express. Hace poco más de una semana una cámara video-grabó el asalto a una dama que repartía mercancía en una camioneta. Por fortuna, no fue impune. Detectaron nombre del sitio y número económico. Y los responsables fueron detenidos. Esas pequeñas unidades que asemejan hormigas cuando se desplazan por las carreteras federales, sin control alguno, se han convertido en un serio asunto de seguridad. A pesar de que la Secretaría de Movilidad asegura haber sancionado al menos a 27 unidades, dicha cantidad es mínima a la serie de anomalías que se cometen en este tipo de transporte público. Hay centenas de unidades pirata o taxis usados para delinquir.

La pregunta es: ¿qué impide el gobierno estatal, que es quien otorga concesiones y permisos, cambiar de modalidad y usar unidades de mayor capacidad, para otorgar a los pasajeros más seguridad? ¿No es tiempo ya de acotar esta contaminación vial, sobre todo en zonas como el Mercado de Abasto, a donde llegan a bajar y subir pasaje, en plena calle, cientos o tal vez miles de estas unidades? Se trata de una realidad apremiante, todavía más, con la infeliz ocurrencia de algunos diputados locales que traen entre manos la peregrina idea de meter al Centro Histórico, moto-taxis, porque según ellos, se convertirán en un atractivo turístico. Pero, en el fondo, lo conciben como un importante negocio que les aporte grandes ganancias.

Legisladores voraces

Oaxaca, por esas extrañas paradojas que le hacen ser única en el país, cuenta con una de las estructura legislativas más obesas del país, junto con el Estado de México y Nuevo León. Son 42 diputados y diputadas que asisten al edificio legislativo de San Raymundo Jalpan, al parecer, sólo a calentar la curul; a traficar influencias y exigir al Poder Ejecutivo cada vez más canonjías y prebendas. El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), ha calificado a la LXIV Legislatura del Estado, como una de las más onerosas e improductivas del país. Nosotros le hemos acuñado un calificativo más: voraz. Como hemos dicho en espacios anteriores, nada explica el gasto de más de dos mil millones de pesos en los tres años que llevan de gestión. Y es que cada año se han autorizado a sí mismos un presupuesto mayor a los 480 millones de pesos, los cuales, a lo largo del año van incrementando a placer.

Hace un par de semanas, durante la comparecencia del titular de la Secretaría de Finanzas, llevado al Congreso no para que informara de los gastos o adeudos que arrastra el ejecutivo sino para presionarlo para que les autorice recursos adicionales, sobre todo para aquellos (as), que ya concluyen su ciclo legislativo y se van a la fría banca del desempleo, el aludido los puso en evidencia. Dijo, palabras más, palabras menos, que era penoso que fueran a pedir para ellos (as) y, ante sus colegas legisladores fingieran una realidad diferente. Es decir, cada uno (a) acude a solicitar recursos para su persona no para los distritos o comunidades que, por desgracia representan. Luego de esta declaración salieron a flote los nombres de representantes populares que se han dado baños de pureza, denunciando la corrupción, cuando son de los principales corruptos. Es el caso del diputado César Enrique Morales Niño.

En breve entrará en funciones la LXV Legislatura. En la misma habrá al menos la mitad de legisladores (as) del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que se reelegieron. Es necesario insistir en la urgencia de crear en Oaxaca un organismo de la sociedad civil que verifique no sólo la productividad legislativa sino además, los abusos y atropellos de los y las legisladoras. Es una cruel paradoja que siendo nuestro estado uno de los que más rezagos y municipios en pobreza extrema tienen, es en donde hay más voracidad de sus representantes populares. Es urgente una iniciativa de ley que contribuya adelgazar el aparato legislativo; que ajuste el presupuesto a la realidad que vive Oaxaca y no al dispendio, un crimen de lesa humanidad para tanta pobreza y necesidad.