Tormentas y afectaciones
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Editorial

Tormentas y afectaciones

 


El pasado lunes, la capital oaxaqueña y los municipios conurbados padecieron los efectos brutales de la Onda Tropical número 27. Esto vino a ser el corolario de las intensas lluvias que se han registrado en las dos o tres últimas semanas y han afectado duramente calles, avenidas y puentes en los Valles Centrales. Las precipitaciones pluviales han estado acompañadas con actividad eléctrica, además han originado escurrimientos hacia las partes bajas principalmente de la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados, provocando encharcamientos severos en la zona norte, centro y sur. Los efectos de las lluvias torrenciales del lunes pasado, fueron severos en Pueblo Nuevo, Periférico, zona norte de la Ciudad de Oaxaca, Santa Rosa, Santiago Suchilquitongo, colonia Azteca, Santa Lucía del Camino, colonias en las partes bajas del Cerro del Fortín, Ejido Guadalupe Victoria y Central de Abasto. Sin embargo, los daños son mayores para la ciudadanía, habida cuenta del estado desastroso que presenta la infraestructura urbana capitalina.

Vecinos de diversas colonias de la capital han exigido al gobierno municipal atender con prontitud el tema de los baches que, inclusive, han sido objeto de escarnio público. Representantes de colonias populares y otras de mayor plusvalía, como la Reforma o en el entorno de San Felipe del Agua, han denunciado la existencia de calles convertidas en verdaderos lagos, como es la Avenida Manuel Ruiz. Los municipios conurbados no se han salvado de protestas, como la que montaron el martes, vecinos de algunas colonias de los rumbos de El Rosario que, desde hace tiempo padecen los efectos de las lluvias en sus calles, además de las promesas incumplidas para reparar su red de drenaje y alcantarillado.

Hoy que las redes sociales se han convertido en una especie de escaparate de los sucesos relevantes en el entorno social, pudimos observar que las lluvias torrenciales del lunes arrastraron vehículos, tiraron bardas y árboles. Por fortuna no hubo desgracias personales qué lamentar. Los daños ahí están. Desniveles anegados, avenidas total o parcialmente colapsadas; hoyancos y socavones que no pueden justificarse con el banal argumento de que no hay recursos. Ni siquiera los elementos de la Policía Municipal se hacen presentes en los sitios en donde la tragedia aflora. Hay pues, una total apatía e irresponsabilidad para dar a la ciudadanía al menos la confianza cuando la fuerza de la naturaleza arrecia.

Crisis migratoria

México vive, sin duda alguna, una dolorosa crisis migratoria. Del discurso del inicio de gestión, del presidente López Obrador, de bienvenidos nuestros hermanos centroamericanos que buscan el sueño americano, ofreciendo visas humanitarias y hasta fuentes de trabajo, a lo que vemos hoy, hay una diferencia abismal. El trato de funcionarios y elementos del Instituto Nacional de Migración a migrantes haitianos, venezolanos, hondureños, nicaragüenses y otros, que han estado durante meses varados en Tapachula, refleja un esquema violatorio en todos los sentidos, a los derechos humanos. Las imágenes que se han visto, de verdaderas cacerías humanas de haitianos; tundidos a golpes en el piso, en las caravanas que en breve podrían estar en territorio oaxaqueño, dejan entrever una política migratoria contradictoria y torpe. 

Al principio complaciente y humanitaria; hoy represiva y autoritaria. Jamás vimos escenas tan deplorables como las de estos días. De aquel país de tránsito, vía llana para los Estados Unidos de América, devino pronto un infierno, gracias a la sumisión gubernamental a las políticas racistas y discriminatorias. Y el gobierno del vecino país sigue apretando, frente a una política exterior bilateral errática y, a la vez, en constante jaloneo con los vecinos del Norte. ¿Qué hará el gobierno federal con una frontera sur porosa, en donde penetran miles de migrantes ilegales y una frontera norte, saturada por aquellos que esperan asilo, pero que ya no caben en los albergues oficiales y humanitarios? ¿Seguirá impidiendo que las caravanas continúen su camino a golpes y catorrazos o se aplicarán los protocolos de la Organización de las Naciones Unidas o de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos?

En Oaxaca, históricamente, los derechos de los migrantes han sido violentados de manera sistemática. Hay sospechas de que las estaciones migratorias de Novillero y La Ventosa, por ejemplo, no son ajenas al tráfico humano. El hacinamiento en los centros de detención y los tratos inhumanos, contrastan con las exigencias diplomáticas de nuestro país, al pedir para los mexicanos que son detenidos en la frontera norte, antes de deportarlos a territorio nacional, un trato digno. Hay razón, afirman investigadores del fenómeno migratorio, que los mexicanos sean considerados enemigos mortales de los centroamericanos y otros que llegan a los Estados Unidos. Más aún, si escapan de algunos grupos criminales que los asedian, igual que los de Migración, en su paso por Veracruz, Tamaulipas, el centro o norte del país.