III Informe de Gobierno
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Opinión

Editorial

III Informe de Gobierno

 


Hoy, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rendirá ante el pueblo mexicano, su tercer informe de labores sobre la situación que guarda la administración pública federal a su cargo. En julio de 2018, el voto mayoritario de poco más de 30 millones de ciudadanos le otorgaron el triunfo e instauró un estilo propio de gobernar que, hasta el momento, ha tenido tanto aceptación como el rechazo de una parte de los mexicanos. Parte de su política ha estado orientada a desacreditar a sus adversarios que él llama “neoliberales” o “conservadores”. Lejos han quedado los llamados a la unidad de todos los mexicanos; la lucha frontal contra la pobreza, la cual se ha querido confundir con programas clientelares de orden político-electoral o el combate a la corrupción, que ha sido sustraído de los constantes discursos, luego de los escándalos que involucran a familiares.

Si bien es cierto que su simpatía está fuera de duda, también lo es que las políticas erráticas de obsesiones, ocurrencias, mentiras reiteradas y los “otros datos”, han creado suspicacias respecto a la conducción de la administración pública federal. El soslayo a la dotación de medicamentos para menores enfermos de cáncer, su insensibilidad en casos de tragedia, como el accidente de la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México o la atención diferida de estados y municipios afectados por fenómenos naturales, ante la desaparición del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), ubican a López Obrador como un presidente falto de sensibilidad. En esa misma tesitura hay que añadir su errática política exterior; su tirante relación con el gobierno de los Estados Unidos; la constante agresión verbal en contra de España; la propuesta de desaparecer a la OEA, entre otros, han creado dudas sobre nuestra tradición en política multi y bilateral.

Estamos ya a mitad del camino, cuyos magros logros y demasiados pendientes, no se pueden solventar con la obsesiva consulta de revocación de mandato, que juristas y expertos han calificado como una violación a la Constitución. Muchos negativos se han volcado sobre el presidente, como es la errática política de “abrazos no balazos”, para combatir al crimen organizado, que ha dejado una estela de muerte por todo el país; sus obsesiones sobre la Refinería de Dos Bocas; el Tren Maya y otros. Sin embargo, entre los oaxaqueños y el gobierno de Alejandro Murat existen resabios de esperanza, de que las promesas presidenciales en torno a las carreteras a la Costa y al Istmo sean concluidas, así como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).

Oficio en riesgo

Organismos nacionales e internacionales, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), han mostrado su preocupación por el clima de inseguridad e impunidad que prevalece en México para el ejercicio periodístico. La semana pasada, este organismo y otros, condenaron el asesinato de Jacinto Romero Flores y el secuestro de María Teresa Montaño, sumándose a la exigencia de justicia e investigación inmediata de los hechos de violencia contra los dos periodistas. Jacinto Romero Flores, locutor de Ori Stéreo y del programa Radio Ixtac Online, fue asesinado el 19 de agosto en el municipio de Ixtaczoquitlán, Estado de Veracruz. Sujetos armados le dispararon varias veces cuando circulaba en su vehículo. El periodista, que cubría información política, social y policíaca, había recibido amenazas vinculadas a su trabajo periodístico, confirmó su hijo.

“La supuesta normalidad de la violencia en México no es aceptable” -dijeron los directivos del organismo continental-. “El nivel de violencia que enfrentan muchos periodistas, especialmente del interior del país, es una aberración y ello debe ser atendido con urgencia por el gobierno”. En ese sentido, señalaron: “Estaremos atentos a que el gobierno, tal como anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, presente los resultados de la revisión del mecanismo de protección de periodistas y cumpla su compromiso de garantizar que estos delitos no queden impunes”. También exigieron al gobierno de México investigar el caso de la periodista María Teresa Montaño, coordinadora general del portal de noticias The Observer, secuestrada durante tres horas el 13 de agosto en Toluca, Estado de México. Los delincuentes la amenazaron si denunciaba la agresión y le robaron su equipo de trabajo, dinero y efectos personales.

Este año también han sido asesinados en México los siguientes periodistas: Ricardo Domínguez López, propietario y director del portal InfoGuaymas, en Guaymas, Sonora, el 22 de julio; Abraham Mendoza, conductor del programa informativo Observatorio en la emisora de la Universidad Vasco de Quiroga, Uve Radio, en Morelia, Michoacán, el 19 de julio; Saúl Tijerina Rentería, periodista y fotoperiodista independiente, colaborador de Noticias en la Web, La Voz y Policíaca Acuña, en Ciudad Acuña, Coahuila, el 22 de junio; Gustavo Sánchez Cabrera, director del medio digital Noticias Minuto a Minuto, en Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca, el 16 de junio, y Benjamín Morales Hernández, fundador del sitio Noticias Xonoidag, en Sonoyta, Sonora, el 3 de mayo.