¿Seguridad sin recursos?
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Opinión

Editorial

¿Seguridad sin recursos?

 


Hace unos días circuló en redes sociales la denuncia de elementos de la Policía Estatal Preventiva afirmando que, durante un período considerable, no se les había surtido gasolina a las patrullas con las que ellos hacen su labor. Unidades de 6 y 8 cilindros reciben al día 15 litros reglamentarios, cifra que es insuficiente para realizar los rondines y recorridos de supervisión. Y eso sólo se refiere a las patrullas que circulan en los Valles Centrales. Ya podremos imaginar las carencias que padecen los foráneos. Suena paradójico que por un lado se siga con el viejo mito de que nuestra entidad es de las más seguras del país y, por otro, se deje entrever la miseria y restricciones presupuestarias. Así las cosas, ¿cómo exigirle a nuestros jenízaros que cumplan con su responsabilidad? Si bien es cierto que en el pasado se dieron vicios como es el robo del combustible de las patrullas o el de auto partes, también es cierto que las áreas administrativas deben contar con mecanismos de supervisión y control para evitar dichos ilícitos.

Durante la temporada de lluvias del año pasado, ya en plena emergencia sanitaria por la pandemia, elementos policiales acantonados en Tuxtepec subieron fotos de las condiciones tan lamentables en que vivían. Techos de lámina, mantas y plástico, en medio de verdaderos lagos de agua pestilente. Ahí viven o vivían los policías estatales, en condiciones no sólo insalubres sino inhumanas. No estamos ciertos de que dichas condiciones hayan mejorado. De lo que sí no tenemos duda es que son de las corporaciones peor pagadas del país; las que no tienen seguro de vida y tampoco las familias cuentan con la protección y el apoyo en caso de que alguno de los elementos pierda la vida. Lo vimos en la pasada protesta en contra del titular de la SSPO y de los mandos policiales. Las viudas de los elementos que perdieron la vida en el ataque cobarde de parte de narcotraficantes de San Vicente Coatlán, estaban en la más burda indefensión.

Pese a programas federales y más programas para dignificar la vida de quienes tienen la nada fácil responsabilidad de salvaguardar la seguridad ciudadana, todo indica que dichas mejoras no llegan a Oaxaca. Está demostrado con la pobreza para abastecer combustible a sus patrullas y en las condiciones en que viven en las regiones. ¿Cómo exigirles pues el cumplimiento de su misión cuando ni siquiera se las otorgan las condiciones mínimas para ello?

Un futuro oscuro

Muchos se preguntan, sobre todo desde el sector empresarial, el mismo que genera fuentes de empleo y riqueza, ¿qué pasará en el futuro inmediato, cuando desde la perspectiva del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tal parece que el sector empresarial es enemigo del llamado gobierno de la Cuarta Transformación? Y es que algunos sectores que han levantado la voz como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) o algunos organismos vinculados con el sector empresarial, como es el caso de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que han sido fustigados desde la tribuna mañanera, están en la mira de quien gobierna, y rehenes permanentes de inquisiciones o acoso de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (UIF), caracterizada como un órgano de venganza y sojuzgamiento en contra los adversarios e imaginarios de la 4T.

En efecto, el sector productivo está en serio riesgo ante la censura velada y la amenaza de verse ubicada como adversaria del gobierno federal. Los hechos están a la vista. Invitados ex officio a las mañaneras del presidente son los organismos empresariales, presuntamente adversarios del gobierno o los medios de comunicación que “trabajan” para la mafia del poder. Es decir, se ven moros con tranchete por doquier, enemigos reales o imaginarios, que confabulan, tenebrean o atentan en contra de López Obrador. Estamos ante un mapa de sospechas, de fijaciones o enemigos virtuales, que han creado en el país un escenario de riesgo pero que, lamentablemente, muchos mexicanos –y oaxaqueños, por supuesto- se niegan a ver, pero no levantan la voz, ante el temor de auditorías y acoso fiscal que, por supuesto, sólo provocan temor y zozobra.

Muchos nos preguntamos: ¿qué pasará en el proceso electoral en puerta, si el presidente pierden la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, luego de estar metido a fondo como promotor de su partido, Morena, y abierto flagelo de los partidos opositores, como es el caso de Nuevo León? No hay duda que reventará, pues ya cuenta de que cualquier iniciativa que envíe, así sea contraria al espíritu de la Constitución, pasará sin “quitarle una coma”. Es decir, vivimos tiempos de grave riesgo de que México devenga una vulgar dictadura y que no le falten tres años, como marcan nuestras leyes, sino –ya lo dijo- “todavía le faltan seis”.