Vacunación: Saldo lamentable
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Editorial

Vacunación: Saldo lamentable

 


Hasta ayer concluyó relativamente la jornada de vacunación en la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados. Los resultados son positivos en cuanto el universo de oaxaqueños (as) mayores de 60 años, pero negativos en lo que se refiere a la estrategia fallida y torpe, que motivó el trato humillante y el grave riesgo de exponer a personas en situación de vulnerabilidad al frío y al calor. Nos queda claro que los lineamientos del gobierno federal para este programa nacional son un fiasco, habida cuenta que se está echando por tierra la experiencia de muchos años cuando la responsabilidad recaía en los Servicios de Salud y no en una dependencia que nada, absolutamente nada tiene que ver con el tema de la vacunación, como es el caso de Bienestar. Para los oaxaqueños, la jornada citada fue un fracaso, pues se careció de una estrategia para atender, sin tratos humillantes y riesgos, a los miles y miles de personas mayores. Además de la suspensión de la jornada por falta del biológico.

Los medios de comunicación impresos y electrónicos, sin excepción, dieron cuenta de las protestas, la inconformidad, la bajeza de los llamados servidores de la Nación, en la atención a miles de personas en sillas de ruedas, con andaderas, enfermos de diversos males, etc. A ello hubo que añadir la falta de información, publicidad, difusión de las medidas instrumentadas para agilizar el proceso de registro y aplicación. Una falta total de sensibilidad en el reparto de fichas, de ignorancia de la inscripción en la plataforma respectiva y de soslayo a quienes, a pleno sol y frío nocturno, tuvieron que pasar hasta 24 horas o más, para recibir la vacuna que, perversamente, se ha pretendido acreditar cual si fuera una gratuita concesión o beneficio de la 4T y no su responsabilidad institucional. Porque de algo estamos ciertos: se ha querido darle al multicitado programa, un avieso perfil electorero.

Esperamos que la delegación de Bienestar tenga la ética necesaria para reconocer que existe un saldo lamentable; que es urgente cambiar la estrategia y que, de ser necesario, coordinarse con los Servicios de Salud, para evitar aglomeraciones, tratos humillantes, riesgos y violaciones sistemáticas a los derechos humanos de quienes, por razones de vida o muerte, han tenido que acudir a recibir la vacuna. Es de sabios reconocer los errores y enmendarlos. Ante la opinión pública los hechos de días pasados han quedado como una huella indeleble de incapacidad, inexperiencia y torpeza.

Y todavía amenazas

La suspensión de la jornada de vacunación generó inconformidad y repudio ciudadano, más aún porque miles de personas habían pernoctado desde un día antes, es decir llevaban más de 24 horas, cuando la delegación estatal de la Secretaría de Bienestar anunció la suspensión por falta del biológico. Aunque mucho lo hemos criticado había que valorar el papel que asumió el presidente del municipio conurbado de Santa Lucía del Camino, quien de inmediato encabezó la protesta de la ciudadanía de dicha demarcación. Desde el miércoles por la noche informó en su cuenta de Twitter la suspensión, condenándola de manera enérgica. El pasado jueves, en algunos bloqueos carreteros en la vía 190, justamente frente al citado municipio, megáfono en mano dio cuenta de esta anomalía y hasta se comunicó vía telefónica con Nancy Ortiz Cabrera, la llamada súper delegada de Bienestar.

Obviamente, la protesta subió de tono. Hasta las oficinas de la delegación se presentó el edil, acompañado de una centena de ciudadanos para pedir una explicación, sólo para que la referida funcionaria federal enviara al menos tres de sus guardias personales para cortar cartucho y amenazar al edil, Dante Montaño. Se presume que, según el discurso del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la protesta es un derecho constitucional que él respeta, pero tal parece que su subordinada que, por lo que se sabe, jamás ha tenido un cargo público de tal envergadura, no lo concibe así. Los guardias violentos fueron desarmados y detenidos por la policía municipal. El hecho se vio como un exceso, algo nunca visto en Oaxaca. Dicha acción motivó la intervención del Secretario General de Gobierno, Francisco García López, para mediar la situación y evitar mayores problemas.

Esta situación, convertida en un peligroso sainete, pone en evidencia no sólo la incapacidad sino la intolerancia que prevalece en los niveles inferiores del llamado gobierno de la Cuarta Transformación, en donde siguen existiendo vicios, tráfico de influencias y conflicto de intereses, como es el caso de la subdelegada regional de Bienestar, Aída Valencia Ramírez, a quien se señala de haber desviado vacunas para un grupo de servidores de la Nación, familiares y amigos de la zona de los Loxicha. Y esto es vil corrupción, pero como sabemos, cualquier denuncia no habrá de progresar. Así la lamentable jornada de vacunación.