Una visita más
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Editorial

Una visita más

 


El pasado fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo en Oaxaca y, de acuerdo a su agenda de trabajo, visitó las comunidades de San Mateo Tlapiltepec, en la inauguración de un camino rural y en San Mateo Etlatongo, a un acto del programa “Sembrando vida”. Ambos, en la Mixteca oaxaqueña. El domingo estuvo en Cuilapam de Guerrero, en la celebración del aniversario luctuoso de Vicente Guerrero. Sin embargo, las visitas presidenciales no dejan de ser más que reiterados ofrecimientos de que su gobierno cumplirá o de que la Cuarta Transformación camina. Nada más. Contrario a lo que ocurría antaño, el arribo de un presidente de la República era sinónimo de apoyos adicionales; de recursos frescos para obras sociales; un catalizador de la necesidad del pueblo, pues si no había recursos, al menos había esperanzas. Ahora no. Sólo mensajes.

Para el gobierno de Alejandro Murat, el presidente López Obrador es un aliado de Oaxaca. Es posible que tenga razón, pues en tanto nos siga apoyando con la conclusión de las súper carreteras a la Costa y al Istmo –en ese orden- no podemos menos que ponderar sus visitas. Sin embargo, ello no representa una gratuita concesión del gobierno de la República sino su responsabilidad y el cumplimiento de sus promesas de campaña. AMLO ha tenido casi el apoyo incondicional del pueblo oaxaqueño. Y ello se vio en el proceso electoral de julio de 2018 que lo llevó al triunfo. Pero ello no implica que la ciudadanía tenga que cerrar los ojos ante el fiasco que ha sido su administración y de que existen factores que conllevan a pensar que, detrás de ese amor por Oaxaca, hay situaciones en las que se aplica con toda claridad el viejo adagio de que “no todo lo que relumbra es oro”.

Muchos oaxaqueños que no comulgan con la llamada 4T y aún otros que votaron a favor están desencantados. Uno de esos factores ha sido el doble discurso respecto a la trillada campaña de vacunación. Los claroscuros y la simulación han dado lugar al escarnio público, a la guasa, a los memes. Ello implica poca seriedad, al igual que el tratamiento de temas tan delicados como la inseguridad, el uso del cubre-bocas, el circo de la inauguración del Aeropuerto de Santa Lucía y otros, que hacen presumir que López Obrador ha perdido la dimensión de la realidad del país y que vive en un mundo ideal. Y ello es muy grave, pues estamos a poco de haber iniciado el tercer año de gobierno.

UABJO: Secuestrada por sindicatos

Cada vez hay más voces en Oaxaca que se inclinan por una refundación de nuestra Alma Mater, la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) que, durante las tres últimas décadas, ha vivido en franco deterioro académico y financiero, la mayor parte de ello atribuible a la sangría permanente de al menos siete sindicatos, el porrismo y los cacicazgos políticos enquistados ahí, desde los años 70. El cinismo de los dirigentes sindicales ha rayado en el absurdo, pues sin reparar en los tiempos tan complejos que vivimos y haciendo caso omiso del alto número de contagios por Covid-19, dos sindicatos se unieron para generar caos y más crisis, a pesar de que no hay clases ni labores administrativas presenciales. El STEUABJO reanudó, la semana pasada, sus bloqueos viales y la toma de Ciudad Universitaria, pese a que el mismo gremio acordó prorrogar su estallamiento de huelga hasta el 23 de febrero.

Lo más grave de todo es que el porrismo que sirve al STEUABJO se hizo presente. Personas estigmatizadas como violentas como Julio Mora, alias “El Mora”, pivote para incitar a las movilizaciones, y un eterno líder que aparece en todas las marchas y protestas, Rosendo Ramírez Sánchez, se hicieron presentes para azuzar a los trabajadores universitarios a más agitación. Obviamente, todo ello se inscribe en el proceso electoral que estamos viviendo. Nada es fortuito. Existe en la UABJO una vertiente inconfundible y es la liga de las protestas y presión con el entorno político. Para nadie es un secreto que nuestra Máxima Casa de Estudios es un enclave de grupos y partidos políticos. Y esta protesta irracional y absurda hay que verla bajo ese prisma. Es aberrante que el rector Eduardo Martínez Bautista siga tocando puertas para sanear las devastadas finanzas universitarias y salgan los oportunistas a presionar.

El STAUO, con Enrique Martínez Martínez a la cabeza, también promovió un paro de labores y un bloqueo a la avenida Universidad, con severas afectaciones a los capitalinos. Exige revisión salarial y amenaza con estallar la huelga el 22 de febrero. En medio de todo ello surgió una pugna en el Sindicato Único de Maestros (SUMA) y una parte de los integrantes del comité ejecutivo exigen la renuncia de Reynel Vásquez Zárate, como secretario general, por considerar que las movilizaciones que prepara son con fines políticos. Las peticiones sindicales “no deben ser instrumentos políticos para generar ataques, difamaciones o condiciones propiciatorias que lesionen la autonomía de la UABJO”, dijeron en un comunicado.