Fin de año inédito
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Editorial

Fin de año inédito

 


Este fi n de año como la Navidad no será lo mismo. Adiós a los abrazos, a las reuniones familiares, el jolgorio o las francachelas tradicionales. Hoy, como hace una semana, los llamados de las autoridades insisten en quedarse en casa y aplicarse las medidas sanitarias. Se recomienda que cada familia pase el fi n de año en casa. La situación en el país y el mundo, como ya lo hemos comentado, es compleja. La pandemia de Covid-19 ha dejado en nuestro país más de 120 mil muertos. En Oaxaca rebasamos los 2 mil fallecidos. No es una tarea fácil cuando en la Ciudad de México los hospitales están casi al tope y el personal sanitario exhausto, de tal suerte que brigadas solidarias de otros estados del país, incluyendo el nuestro, han acudido en auxilio de sus compañeros trabajadores de la salud, en la llamada “Operación Chapultepec”.

Desde hace al menos un par de semanas, médicos y enfermeras del Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca (HRAEO), anunciaron que su capacidad para recibir pacientes estaba al tope. El pasado 24 de diciembre, bien avituallados con mascarillas, googles y trajes sanitarios enviaron un saludo navideño a los oaxaqueños, como una señal de que pese a todo el peligro que corren y las vidas que han entregado, están en su labor heroica sin descanso. Algunos mensajes se han subido a redes sociales en los cuales llaman hacer consciencia de la situación por la que atravesamos y de la urgente responsabilidad de la ciudadanía. No les hace falta razón. Están en la primera línea de batalla contra el mal y el riesgo de contraerlo es muy alto.

En este fi n de año, sus amigos de EL IMPARCIAL. El mejor diario de Oaxaca, hacemos votos porque haya salud, paz y fe en los hogares oaxaqueños, pero sobre todo la esperanza de que este mal que nos tomó por sorpresa transite hacia su ocaso. No hay duda que vendrán tiempos mejores y que, como dicen los viejos abuelos, después de la tormenta viene la calma. Sabemos que el tema de las vacunas es algo que tardará meses o tal vez un año. No hay que derrotarse, tampoco desafi ar al mal. Debemos tener la fortaleza de esperar a que vengan tiempos mejores y no retar al destino. No tenemos la menor duda que una nueva luz estará con nosotros en breve. Por ahora, esperemos que el Año Nuevo traiga consigo una carga más positiva, luego de tanto dolor y sufrimiento. Que en los hogares en donde hay enfermos o hubo dolor por la partida de un ser querido, que Dios les conceda fortaleza y esperanza.