Enérgico llamado
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Editorial

Enérgico llamado

 


Desde el inicio de la contingencia sanitaria, el presidente Andrés Manuel López Obrador la asumió como algo superficial. Afirmó que era como una gripe, un invento de los neoliberales y, cuando se pusieron en operación las medidas sanitarias, los medios difundieron una declaración pronunciada en una de sus visitas a Oaxaca, en la que dijo: “hay que salir y abrazarnos”, lo que se interpretó como una forma equivocada y hasta absurda frente a la gravedad del mal. No pasó mucho tiempo en el que de manera errónea volvió a la carga con “la curva ya está aplanada”, “la pandemia ya está domada”. Algunos medios impresos de la capital del país hicieron un recuento de las declaraciones, la mayoría de ellas en desapego a la realidad que hemos vivido, sobre todo en los primeros cuatro meses del inicio de la pandemia en México.

La crítica ha sido minimizada desde el púlpito mañanero. Una y otra vez el presidente y el vocero y Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal, Hugo López-Gatell, han dicho de manera reiterada que las cosas caminan bien, aunque los expertos afirman lo contrario. Es más, el último ha subestimado los llamados y sugerencias de los especialistas en el tema. La soberbia les ha ganado. El pasado lunes se difundió en redes sociales el llamado del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, al gobierno mexicano a actuar con seriedad ante esta emergencia sanitaria, al considerar que nuestro país registra cifras preocupantes de contagios y muertes. No lo dice cualquier hijo de vecino, sino una de las máximas autoridades a nivel mundial. 

La semana anterior –como ya hemos comentado en días pasados- se realizó una encuesta entre 53 países para ubicar al mejor y el peor para vivir en estos tiempos. México obtuvo la peor calificación. Lejos de entender que no se trata de cuestiones personales, el presidente cuestiona todo aquello que ponga en tela de juicio el manejo errático de su gobierno, en torno a la pandemia. Esta situación ha llevado a crear entre la ciudadanía un sentimiento de aversión hacia el llamado gobierno de la 4T, al señalar que se ha actuado con omisión criminal. Hemos sido calificados aún por debajo de países sudamericanos, aunque ello tiene sin cuidado a los López: Obrador y Gatell. No han sido pocos los llamados a actuar con cordura. Lamentablemente, todos ellos se han topado con pared y oídos sordos. 

Fuera de la realidad

Desde el momento en que al menos tres de sus correligionarios del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), le cuestionaron su propuesta de Ley de Ingresos, 2021, justamente por su intención de incrementar impuestos, significa que el edil de la capital oaxaqueña, Oswaldo García Jarquín está fuera de la realidad y del contexto que ha dejado la pandemia en este año aciago de 2020. Aunque rechazó el aumento de impuestos, es evidente que el edil capitalino camina también en sentido contrario a la disposición del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de no aumentar cargas económicas, precisamente por la compleja situación económica que vivimos actualmente, que no ha tenido visos de normalidad. Entonces, ¿de dónde ha salido la idea de seguir afectando el magro bolsillo de los citadinos por parte del gobierno de la ciudad, cuando la tendencia es, justamente, reducir al máximo las cargas impositivas?

Sólo quien ignore la realidad que viven actualmente miles y miles de empleados despedidos de tiendas, restaurantes, hoteles y otros servicios turísticos; de locatarios que han sido obligados a cerrar mercados y negocios para contener la pandemia; los trabajadores del transporte que tienen que trabajar por turnos, ante la falta de pasaje, etc., piensa en seguirlos afectando más. No es un secreto que desde el mes de marzo la industria turística está perviviendo ante el cierre de museos y medidas de contingencia. Hay que recordar que en lo que va del año y salvo el puente largo de principios de febrero, no ha habido nada que sirva como bocanada de aire fresco. ¿Cómo pues, pretender incrementar impuestos ante una sociedad que vive de milagro? ¿Es insensibilidad o ignorancia?

Esperamos una labor responsable de la LXIV Legislatura en la revisión de la citada Ley de Ingresos, 2021, aprobada en Sesión Extraordinaria de Cabildo el pasado viernes 27 de noviembre, con el voto de once concejales. No puede seguir afectando a la ciudadanía más de lo que ha traído consigo el mal que hoy lacera al mundo, a México y a Oaxaca. Más allá de la conveniencia personal de quienes integran el Cabildo, hay algo que no pueden pasar por alto y es la responsabilidad de gobernar con justicia, equidad y solidaridad. Y aquí, por supuesto, no vemos nada de ello, más que la infame insensibilidad del gobierno de la capital. Le apostamos pues a una posición crítica de los legisladores (as) locales, en torno a este espinoso asunto.