Presupuesto: Un duro revés
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Editorial

Presupuesto: Un duro revés

 


Con argumentos banales y torpes, el diputado federal Carol Antonio Altamirano, secretario de la Comisión de Hacienda en la Cámara de Diputados federal, quiso maquillar una realidad irrebatible. La realidad es que Oaxaca dejará de recibir, como cada año, un presupuesto histórico de la Federación. Para 2021, con la votación de nuestros legisladores federales, tuvo una reducción de más de 26 mil millones de pesos, lo que implica que habrá falta de obras, escaso presupuesto federado para salud, educación, etc. El golpe, sin duda alguna, será demoledor, pues nadie ignora que nuestro estado no puede sobrevivir por sí mismo o fuera del Pacto Federal, sino gracias al apoyo de la Federación. Esto muestra, una vez más, la insensibilidad, la docilidad política y el nulo compromiso de nuestros (as) legisladores (as) federales con las causas y necesidades del pueblo oaxaqueño.

Es más que evidente que para el partido que hoy mismo mantiene el predominio en el poder legislativo, tanto a nivel federal como local, hay que seguir golpeando a los más pobres, a ésos que dicen defender y sus causas abanderar, aunque sólo sea en el discurso. Jamás en la historia política de Oaxaca la ciudadanía tuvo que tolerar estos golpes y puñaladas traperas de parte de aquellos que, con eufemismo, se llaman a sí mismos, representantes populares. En tiempos pasados, había reclamos cuando aprobaban aumento de impuestos o niveles de inflación, pero jamás hubo reclamos por haber levantado la mano para darnos en algo tan sensible como es la reducción del presupuesto federal destinado al estado y a los municipios. Más aún, de querer justificar lo que a la vista de todos es una traición, como es la desaparición del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden) o el golpe a las más de 900 escuelas de tiempo completo que operan en la entidad.

Ojalá que los oaxaqueños tengamos memoria y cuando nos pidan el voto, tengamos los suficientes argumentos para valorarlo. No es posible que haya tal cinismo de ofrecer, prometer mejoras y actuar con toda mala fe, al tenor de los caprichos presidenciales y las consignas futuristas, de las que los más pobres del estado son totalmente ajenos. Es inconcebible que por un lado se esgrimen argumentos de austeridad republicana, pero por otra –como es el caso del Congreso del Estado- se dilapidan recursos de nuestros impuestos, para satisfacer a una clase ociosa e inútil, pero muy onerosa e improductiva. 

Castigar el maltrato

Pese a la existencia en nuestro marco jurídico de leyes y reglamentos que protegen a los animales y castigan el maltrato, dicho mal social prevalece ante la falta de denuncias ciudadanas y la impunidad de quienes solapan este flagelo. Esta situación se da también en la zona urbana. Hace poco más de un año fue detenido por voluntarios el operador de un taxi foráneo que arrastraba a una perrita. La presunta propietaria viajaba en el interior. Afirmó que le había causado daño. La canina fue rescatada lastimada, pero curada con éxito por médicos veterinarios que de manera voluntaria se sumaron a la causa. Meses después, una mujer fue detenida y consignada ante el Ministerio Público por una situación similar, cuando llevaba un perro a rastras, atado con una cuerda a su automóvil.

Investigar los casos de personas enfermas que maltratan a los animales, perros, gatos y hasta aves de corral, sería una labor titánica. Pero vale la pena subrayar que en los años recientes ha crecido la conciencia ciudadana. Y así como automovilistas solidarios enfrentaron a las personas que arrastraban a los perros que mencionamos líneas arriba, de la misma manera en las redes sociales abundan las denuncias ciudadanas. Se sabe que el gobierno de la ciudad ha intervenido en varios casos, con animales que son abandonados, encerrados, torturados o hasta incinerados por personas enfermas y cobardes que dan rienda suelta a sus frustraciones de esta manera cruel. Uno de los ejes más relevantes es alentar la denuncia ciudadana. Crear conciencia entre la ciudadanía que parte de la dignidad humana se cifra en la convivencia con otros seres que también tienen derecho a vivir.

En la Colonia Reforma de la capital oaxaqueña, una zona densamente poblada y de alta plusvalía también existen casos de maltrato, abandono o abulia para el trato hacia los perros. Denuncias ciudadanas han externado su preocupación por los ladridos de un perro, seguramente maltratado, encerrado, amarrado, sin comida, sin agua o dejado a la intemperie, que durante horas manifiesta su dolor, sea por la mañana o por la tarde. Los llamados a las autoridades en medios de comunicación radiofónica han sido constantes. Nada se ha podido hacer, justamente porque la autoridad, para proceder, requiere de una denuncia suscrita por quien manifieste dicha situación. Sin embargo, el mal ahí sigue. La inconsciencia de quienes tienen animales sólo para maltratarlos, ya es un mal difícil de erradicar.