Oaxaca en indefensión
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Opinión

Editorial

Oaxaca en indefensión

 


En la memoria colectiva de los oaxaqueños debe quedar grabada la traición de la bancada oaxaqueña del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en San Lázaro, cuyo bloque votó a favor de desaparecer los 109 fideicomisos. Uno de ellos fue el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), a quien recurría el gobierno oaxaqueño a menudo para solicitar recursos y rehabilitar edificios y viviendas dañadas no sólo por nuestra intensa actividad sísmica, sino también por los latigazos de las tormentas y ciclones. Sólo un ignorante o torpe no entiende la importancia que tiene para una entidad como la nuestra, el fondo referido que, de acuerdo con la abominable aprobación de la mayoría legislativa, dejará de operar, al igual que fondos destinados al campo, a la investigación científica, al cine o al deporte de alto rendimiento. Se trata de un golpe demoledor que el llamado gobierno de la Cuarta Transformación ha asestado a millones de mexicanos.

Un balance del apoyo que han buscado los diputados (as) federales oaxaqueños a nuestra entidad, mostrará un resultado preocupante: sólo se han dedicado a la politiquería barata, al futurismo y nada en apoyo ni a sus distritos ni, mucho menos, a los grupos más necesitados del estado. Nuestra bancada de Morena da pena ajena. Hay que verlos como borregos al ritmo de la campana que les tocan, sin criterio propio, sin ideología y sin moral. Qué pena tener como representantes populares en la más alta tribuna del país a personas sin iniciativa y sin compromiso con sus representados. Ya hemos publicado en nuestras páginas la nula participación de la mayoría en iniciativa o propuestas de ley. Vamos, hay quienes jamás han abordado tribuna o hecho alguna propuesta.

Serviles y sometidos a los dictados de su Mesías, han olvidado que se deben a la ciudadanía que les apostó el voto no a otros. Sin embargo, hay que reconocer que hay todavía quienes tienen dignidad y esos son aquellos (as) legisladores que no validaron esa infamia. Sólo un torpe e indigno desconoce que cada año o cada tragedia natural, los oaxaqueños siempre esperan el apoyo del Fonden. Pero por lo visto, poco le importó a nuestra indigna representación popular. Ya mañana vendrán por el voto para el proceso electoral del año que viene, en el que querrán reelegirse o lograr otro cargo de elección popular. Que se los otorguen los oaxaqueños que no tienen memoria.

Disciplina y responsabilidad

Son dos factores que se requieren para que, como sociedad, vayamos superando los estragos que está teniendo la pandemia de Covid-19 entre los oaxaqueños. La emergencia sanitaria ha estado en fases de mayor riesgo. Estimaciones preocupantes de las autoridades advierten un crecimiento potencial y hasta un posible rebrote de contagios y, por tanto, de las personas que eventualmente deban ser internadas en el sistema hospitalario, no sólo oficial sino privado. Es evidente que aquello que se ha querido evitar con medidas como “Quédate en casa” o “La sana distancia” es, justamente, la saturación de dichas instituciones, porque como se ven las cosas, ello rebasaría la capacidad de las mismas, sobre todo en Oaxaca. El antídoto, que no la panacea para curar este mal letal y en extremo peligroso, es aplicarse las medidas sanitarias y recomendaciones de las autoridades sanitarias. 

Es asimismo evidente que si bien el Covid-19 no respeta edades y clases sociales, también es una realidad que ataca con mayor fuerza a las personas de la tercera edad, sobre todo a aquellas que padecen enfermedades crónico-degenerativas como diabetes mellitus, hipertensión, obesidad, cáncer u otras como VIH. Los jóvenes tampoco son inmunes, pero por su misma condición pueden resistir mucho más que los ancianos. Sin embargo, la forma tan superficial como el gobierno federal ha visto las cosas se puede resumir con una de las frases más recientes del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, al afirmar que los muertos, muertos están, teniendo como telón de fondo más de 83 mil decesos desde que inició la pandemia en el país. No es aventurado decir que México ha sido uno de los países con un mayor índice de mortalidad y en donde el Covid-19 ha tenido un manejo deficiente e inadecuado.

La irresponsabilidad con la que se ha visto el tema sanitario puede constatarse en que, no obstante, que la campaña contra la influenza arrancó desde el primero de octubre con una alta prioridad, dado que quien contrae la enfermedad puede confundirse con Covid-19, hay instituciones como el ISSSTE o el IMSS a las que apenas les está llegando el suministro. Es decir, en Oaxaca, salvo el Sector Salud que la ha aplicado de manera oportuna, el resto de instituciones apenas han empezado a aplicarlas con sus derecho-habientes. Y así, con esa apatía e irresponsabilidad, difícilmente saldremos de esta crisis.