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Editorial

Acciones irresponsables

 


El municipio conurbado de Santa Lucía del Camino, es uno de los que más contagios ha registrado a lo largo de la pandemia. Incluso un concejal falleció por Covid-19 y el presidente municipal, Dante Montaño Montero, dio positivo y tuvo que aislarse. Pese esas lecciones, dirigentes de partidos políticos, como el que gobierna ahí, el Partido del Trabajo y algunos concejales que se sienten inmunes al mal, han dado rienda suelta a sus bajezas y pasiones, abriendo bares o, simplemente, agarrando parrandas que en poco contribuyen a que la ciudadanía siga aplicándose las medidas sanitarias. Se sabe incluso, que algunos antros y bares de dicho municipio están abiertos en el transcurso del día y la noche. Es más, hasta aniversarios se han celebrado, publicitándose para que los clientes asisten. Aparte de ello, es importante subrayar que no se cuida ni la sana distancia ni, mucho menos se aplican las medidas de prevención.

Podemos afirmar que el llamado del gobernador Alejandro Murat de mantener el uso del cubrebocas por cuarenta días, con el propósito de atenuar los contagios, aquí simplemente no aplican. A todo ello hay que agregar la calentura electoral que ha contagiado a algunos partidos políticos, como el caso del PT. Sin recato alguno han llevado a cabo reuniones, asambleas, juntas de militantes. Hace un mes, actores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), celebraron una asamblea en jurisdicción de Santa María Atzompa que, en ese momento, era uno de los municipios conurbados que mayor número de contagios había registrado. Pero no ha sido el único lugar. Lo han hecho en agencias y colonias de la capital, todo ello con el propósito de ir sacando ventaja a sus mismos correligionarios que ellos asumen, también tienen posibilidades de estar en la boleta electoral. Nada más inoportuno e irresponsable.

No obstante, la autonomía de los municipios, existen formas en las que el gobierno estatal puede incidir en que este tipo de prácticas no sigan en estos momentos, sobre todo porque en Oaxaca no estamos mejor en el manejo de la pandemia. Desde la semana pasada superamos los 12 mil casos positivos y casi nos acercamos a los 1 mil 200 decesos. Cada día se añaden más municipios que hasta hace poco se habían mantenido libres del virus, lo que hace más compleja nuestra situación. En efecto, seguimos en semáforo naranja, pero las estadísticas son preocupantes, más aún con hechos tan lamentables como el que describimos líneas arriba.

Vigilar casas-hogar

Si bien es cierto que el coronavirus o Covid-19 no ha respetado pelos ni tamaños, edades ni estatus social, también es cierto que las personas mayores de sesenta años con enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes mellitus, hipertensión, problemas cardiovasculares o enfermedades respiratorias, han sido las víctimas sobre las cuales la enfermedad se ha volcado. Desde hace días, tal como lo publicamos en nuestras páginas la semana pasada, trascendió que, en el Asilo Municipal, había decenas de personas mayores contagiadas por el letal virus. Es más, se supo que ya se habían dado al menos 5 fallecimientos. Por todo lo que hemos sabido del Covid-19 a lo largo de la contingencia, situaciones que se dieron en algunos países como España o Estados Unidos, y aún en capitales mexicanas como Monterrey o la Ciudad de México, sorprende que las autoridades municipales no hayan tomado las providencias necesarias para poner filtros y evitar que dicho sector vulnerable sufriera este mal.

Uno de los mecanismos que utilizaron aquellos países o ciudades que tuvieron el problema fue cancelar las visitas y restringir de manera enérgica la entrada de personas ajenas a dichos espacios. Llama la atención también que las autoridades sanitarias tanto estatales como municipales no hayan encendido las luces de alerta para paliar dicho mal en los albergues. Los jóvenes tampoco son inmunes, pero por su misma condición pueden resistir mucho más que los ancianos. Hay que recordar que al inicio de la pandemia se trató de poner en marcha la llamada Guía Bioética de Asignación de Recursos Médicos, que fue materialmente rechazada y echada del espectro político, que determinaba que prácticamente los servicios médicos habían de favorecer a las personas jóvenes. 

Obviamente se trató de una trastada, habida cuenta de que el gabinete federal actual, en su mayoría, empezando por el presidente de México, esté compuesto por personas de la tercera edad, es decir, por una verdadera gerontocracia. Pero, fuera de este entorno político, lo que hay que subrayar es la urgencia de poner diques en asilos y casas-hogar, tanto públicas como privadas. Se trata, insistimos, en un sector vulnerable para un mal que ha demostrado que, hasta en tanto no haya vacunas o cura para el mismo, seguirá devastando al mundo. Hoy en día, los rebrotes en España, Italia, Francia y Alemania han puesto en alerta a todos aquellos países que habían transitado ya a una nueva normalidad. 


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