Promesas incumplidas
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Editorial

Promesas incumplidas

 


Durante la pasada comparecencia del titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable (Semaedeso), Samuel Gurrión Matías, ante el Congreso del Estado, quedó claro que, a más de la mitad de esta administración, no existe una política en favor del medio ambiente. Lo más grave es que se ha ofrecido echar andar grandes proyectos que al final han resultado un fiasco. Un ejemplo es la cancelación de la construcción del relleno sanitario en terrenos de San Andrés Zautla, a cuya comunidad –se sabe- jamás se consultó. Para compensar dicho proyecto fracasado, se dijo que habrá una nueva inversión para el predio en donde ya existe el citado tiradero municipal, que es en donde depositan sus residuos sólidos el municipio de Oaxaca de Juárez, además de una veintena de municipios conurbados y de otros lados de los Valles Centrales.
Tiene al menos una década que se dijo que dicho relleno ya era insuficiente para los miles de toneladas que se generan en los Valles Centrales. Además de que, el actual relleno sanitario arrastra temas sociales, como es el hecho de que en sus inmediaciones están asentadas una decena de colonias, que en sus orígenes fueron de paracaidistas, pero que en los últimos tiempos son cuevas del narcomenudeo y la delincuencia organizada. Muchos hechos de sangre se han dado en sus alrededores. Pero también es guarida de dirigentes sociales que cada en cuando cierran los accesos a los camiones recolectores a cambio de prebendas y dádivas. De no acceder, evitan el depósito de los residuos e inundan la ciudad capital de basura. Es decir, invertir en este nudo de intereses políticos y extorsión no es rentable. Eso parece no haberse entendido en el gobierno de Alejandro Murat.
Lo cierto es que nada hay más urgente para evitar la contaminación de la capital y de los ríos y afluentes que rodean a la ciudad con residuos sólidos, que privatizar el manejo de la basura y construir un depósito que, a futuro, permita industrializarla. Porque en ese sentido estamos a la zaga de muchas ciudades del país, incluso de capitales menores que la oaxaqueña y con un área conurbada menor en lo que se refiere a magnitud. La dependencia responsable debe dejar de manejar en sus informes proyectos ya concretados o en vías de hacerlo, como es el caso de las empresas que generan energía limpia. Hay que emprender una verdadera política ambiental no ficciones.

Inseguridad citadina

Ya son comunes en nuestra capital, el asalto, el robo a transeúntes, el acoso en camiones y un rosario de delitos que para las autoridades parecen imperceptibles. Éstos y otros ilícitos se han hecho comunes en inmediaciones de escuelas secundarias y de enseñanza media superior. Con justa razón jóvenes que se han visto afectados marcharon la semana anterior para exigir a las autoridades acciones enérgicas para acotar este tipo de ilícitos. En efecto, las corporaciones policiales, confiadas de que dichas instituciones pondrán en marcha mecanismos de seguridad por sus propios medios –que nos los tienen- han dejado de cumplir con la obligación de vigilar entradas y salidas de clase. Han circulado en la red videos de jóvenes que son asaltadas por maleantes que merodean dichas escuelas, para despojarlos de dinero, celulares, mochilas, etc. Decenas de sujetos malvivientes acosan a las jovencitas o jóvenes, para obligarlos a vender drogas.
A raíz del penoso caso de un alumno que disparó en contra de su maestra y de sus compañeros en una escuela de nivel medio superior en Torreón, para quitarse luego la vida, en algunas escuelas de la capital y el interior del estado se puso en marcha la “operación mochila”. La revisión de dichos instrumentos ocasiona molestias a los y las alumnas, pues lo ven como invasión a su intimidad. Sin embargo, ha sido algo necesario. Ha inhibido que los y las chicas lleven armas de fuego, cuchillos, navajas o droga. Pero eso es sólo una parte. Las autoridades deben atender los llamados de auxilio de maestros y alumnos. Afuera de las escuelas, sobre todo en el turno vespertino se dan las peores bajezas. Adultos aprovechando la oscuridad para acosar y perseguir a las jovencitas y no pocas veces abusando de ellas.
Por lo pronto, ya se vio que esta situación no será tolerada más. Los jóvenes levantaron la voz y las autoridades tienen que tomar acciones al respecto, que no son más que medidas de disuasión y prevención. Tenemos la certeza de que reforzar la vigilancia, como ha solido hacerse desde antaño, podría desalentar a viciosos y abusadores a seguir con su labor perniciosa. Inclusive podría desactivar a esa red de delincuentes que coludidos con los operadores del transporte urbano cometen bajezas y diversos delitos. Hasta los que venden droga no se someterán a la vigilancia permanente de las corporaciones policiales.