Programas sociales: pero, ¿cuáles?
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Editorial

Programas sociales: pero, ¿cuáles?

 


En el actual gobierno se respira una especie de orfandad respecto a los programas sociales. La Secretaría de Desarrollo Social y Humano (SEDESOH), ahora llamada Secretaría de Bienestar, según lo informó su titular en la comparecencia ante la LXIV Legislatura, está atendiendo cuestiones marginales a la responsabilidad que le compete, como es el caso de los defraudados en cajas de ahorro. Se trata de un tema que tiene al menos siete u ocho años, cuando el gobierno absorbió la responsabilidad de una relación que resultó fraudulenta entre particulares. Ello, sin embargo, poco o nada tiene que ver con la puesta en marcha de programas de apoyo a personas en condiciones de pobreza o pobreza extrema; de grupos indígenas, discapacitados u organizaciones comunitarias que urgen del apoyo del gobierno estatal.
Si existen, se desconoce si en la actual administración hay algunos programas de vivienda, de otorgamiento de materiales para construcción, de becas –que no sean las que otorga el gobierno federal- o apoyos que provengan estrictamente de esta administración. Si bien es cierto que las comparaciones pueden ser desafortunadas, hay que recordar programas como “Piso firme” o “Techo seguro” que, desafortunadamente dejaron de aplicarse en el gobierno anterior. Por ello llamó la atención la protesta que realizaron decenas de organizaciones sociales y membretes ligados al Partido de la Revolución Democrática (PRD), el lunes 27 de enero, para exigir al gobierno estatal, “liberar recursos de los programas sociales”, que motivó la pregunta en las redes sociales: pero, ¿cuáles?
En el espectro estatal, lo que trasciende a diario son las llamadas Caravanas Sociales, que encabeza la Presidenta Honoraria del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Ivette Morán de Murat, por las diversas regiones del estado. Nada extraordinario. Se hace acompañar de decenas de directores de ciertas áreas: Registro Civil, Monte de Piedad, Educación de Adultos e Instituto de Capacitación, y llevar sus beneficios a las diversas comunidades marginadas del estado. Empero, no existen de manera integral los programas que tengan como objetivo abatir la pobreza, cambiar el estatus de comunidades marginadas, darle un plus a los oaxaqueños que viven en condiciones de marginación y abandono. Atender problemas de salud, vivienda, educación o desarrollo humano.

La eterna protesta

Por una u otra razones; por uno u otros motivos, Oaxaca sigue siendo la ciudad de la protesta perpetua. Es impresionante el nivel de inconformidad que existe. O son los sindicatos de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) o son organizaciones campesinas o moto-taxistas, el caso es que en nuestra capital y, en general, en todo el estado, la ciudadanía que ningún pito toca en los problemas, es la principal afectada. Y es que como ya hemos dicho, la protesta, la exigencia de cumplimiento en las demandas, genera bloqueos carreteros, de oficinas públicas, de casetas de cobro, etc. Ya es un hábito, un uso y una costumbre. La semana que terminó estuvimos acotados por protestas, desde el lunes que una decena de membretes ligados al Partido de la Revolución Democrática (PRD), se movilizaron para pedirle al gobierno de Alejandro Murat, “liberar los recursos de programas sociales”.
Hay dos factores que inciden en este mapa de permanente agitación: por un lado, la falta de recursos de los que adolece esta administración desde el inicio, que inhibe la solución que buscan todos: dinero a dirigentes y una pizca a miembros de las organizaciones. Por otro lado, se ha perdido la capacidad de atender con prontitud las inconformidades. Se les promete y no se les cumple o, simplemente, no se atiende a quienes manifiestan alguna petición. En un tercer plano están los funcionarios deshonestos. Se trata de aquellos que tras bambalinas dan cuerda a grupos y dirigentes para cerrar carreteras o cruceros, apalabrándose para que, en caso de que el gobierno les otorgue alguna cantidad, ellos llevan su tajada. Se saben nombres y cargos de algunos funcionarios acreditados en la Secretaría General de Gobierno, que operan de esta forma.
A todo lo anterior hay que agregar a los detractores del actual gobierno, que buscarán por todos los medios agitar la vida política y crear escenarios de ingobernabilidad. Y no podrán faltar los operadores del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que en su locura para ser tomados en cuenta en la elección que se avecina, primero en 2021 y luego la gubernatura, no dejan de seguir alborotando a las comunidades para acreditarlo a su capital político. Nada en estos momentos es fortuito. Todo conlleva una carga política que tiende a posicionar a algunos personajes en el escenario de los procesos en puerta.