Alentar la corresponsabilidad
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Opinión

Editorial

Alentar la corresponsabilidad

 


El sector turismo en Oaxaca debe hacer a un lado el viejo paternalismo estatal que siempre ha existido en dicho rubro y buscar nuevas fórmulas para apuntalar la industria sin chimeneas, ante la política sesgada que ha perfilado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La falta de presupuesto para los llamados “pueblos mágicos”, como Capulálpam de Méndez, la Villa de Mitla, Huautla de Jiménez, Mazunte y San Pedro y San Pablo Teposcolula, no debe influir en la falta de promoción y abandono de las expectativas que ahí se forjaron, sino buscar los mecanismos para seguir manteniendo el encanto de dichas comunidades y hacerlas atractivas al turismo nacional y extranjero.
Es evidente que el abandono del turismo como una alternativa económica a nivel del gobierno federal, afectará duramente las campañas de promoción y difusión, así como la participación en eventos internacionales para alentar la venta de nuestros destinos culturales y de playa. Obviamente Oaxaca es una de las entidades más afectadas. Sin embargo, insistimos, debe buscarse la corresponsabilidad de los prestadores de servicios al turismo: agentes de viajes, propietarios de restaurantes, bares, tiendas de artesanías, hoteles, etc., para que juntos, se lleve a cabo un programa de capitalización e invertir para obtener en el futuro cercano, mayor rentabilidad.
Deben ser las cámaras y asociaciones, como la de hoteles y moteles (AMHyMO) o la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), entre otras, las que empujen a sus asociados con aportaciones nada onerosas a fin de solventar las campañas publicitarias que ubiquen a Oaxaca y sus destinos, en el radar de los mayoristas europeos y norteamericanos. De alguna suerte hay que hacerle frente al soslayo o torpeza con la que la Federación ubica a la industria sin chimeneas.
Nada pues que lamentar. Los ediles de los llamados “pueblos mágicos”, pueden incluir en sus presupuestos anuales recursos para el mantenimiento de la infraestructura y hacer fácil el acceso del turismo a las comunidades. Más aún, ampliar su horizonte de atractivos, que contribuya a mejorar la afluencia y, por tanto, la derrama económica. Nos debemos darnos a la derrota. Oaxaca tiene mucho qué aprovechar de su situación privilegiada enel ámbito turístico. Nada se gana con estar lamentando la torpe visión de quienes tienen hoy el timón del país.

No más chantajes

Circula en redes sociales un video del dirigente de la beligerante organización, Comité para la Defensa de los Derechos Indígenas (Codedi), Abraham Ramírez Vásquez, en los que asume una actitud defensiva, casi asumiéndose reprimido y golpeado por el gobierno. En el fondo de todo es un mea culpa de las atrocidades cometidas por sus seguidores. En la visión de este medio, con más de 67 años de estar en circulación, un ataque multitudinario y ventajoso es cobarde. Nada, en absoluto, podrá atenuar la cobardía con la que el elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones (Aei), Wilbert Méndez, el ex candidato a la presidencia municipal y los dos elementos de la Policía Estatal, fueron secuestrados, vejados, torturados y asesinados.
Ningún dirigente social, así sea falso y farsante, puede equipararse a capos de la delincuencia organizada, aunque en el fondo sea iguales o peores. Que el sujeto a que hacemos referencia haya aceptado que sus “compañeros” hayan detenido al agente ministerial y golpeado en multitud, dizque porque traía armas o demás argumentos, es una acusación tácita de culpabilidad. Ya es tiempo de que esa impunidad termine. No es posible que sujetos que se asumen como dirigentes de tal o cual organización actúen cual si fueran sicarios del crimen organizado, aunque insistimos, operen igual.
Es tan ingenuo el argumento de Ramírez Vásquez, conocido por la ciudadanía de la capital oaxaqueña por su beligerancia y cobardía, de que las personas que perdieron la vida, luego de los ataques multitudinarios y cobardes, llevaban armas de fuego y droga, que no es más que una justificación torpe. Por ello, diversas voces se han elevado para exigirle al gobierno de Alejandro Murat, un trato diferente y radical con las organizaciones sociales, sobre todo con aquellas que asumen un trato violento y agresivo en contra del gobierno y la sociedad.
Nada, absolutamente nada justifica la violencia, la tortura y el asesinato de dos personas, mucho menos, la privación ilegal de la libertad de dos policías que fueron desaparecidos. El tema hoy es la detención del dirigente de Codedi y la consignación de los criminales que atentaron en contra de la vida de dos personas, no sin antes de subrayar que el ataque multitudinario siempre será tipificado como un acto cobarde. Los responsables de estos crímenes deben pagar por ello.