Castigar daños al Patrimonio
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Editorial

Castigar daños al Patrimonio

 


Aunque bajo la premisa de que predicamos en el desierto, no está por demás insistir en la exigencia ciudadana de castigar con penas corporales a todo aquel que por la causa que sea, dañe de manera irreversible el Patrimonio Histórico de los oaxaqueño. No se trata de una petición vaga o sin sustento. Es una demanda ciudadana, de aquellos que aman a su ciudad y están en contra de acciones poco civilizadas, impunes y arbitrarias. Debemos a los porros de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), el incendio del Paraninfo Universitario, hace algunos años y a los maestros de la Sección 22, las afectaciones que sufrieron cientos de edificios y viejas casonas históricas en el 2006. Las escenas del uso de barretas y marros para hacer pedazos las canteras y de ahí obtener proyectiles, subyacen en la memoria colectiva de los oaxaqueños.
El ejemplo más burdo de esta depredación y daño premeditado lo tenemos en las canteras de Catedral o de edificios de los Siglos XVI y XVII, que han sido pintadas con pintura en aerosol. Como lo publicamos en EL IMPARCIAL. El mejor diario de Oaxaca durante el mes de julio, una mujer enfrentó con valentía a vándalos y encapuchados, que con la bandera de la equidad de género, se disponían a pintarrajear las canteras del ex Convento del Carmen Alto. Sin duda fue una acción valiente, como la del sacristán de la Iglesia de San Cosme y San Damián el sábado pasado, cuando mujeres, supuestas feministas, arremetían en contra de puertas y paredes de este edificio histórico.
El pasado dos de octubre, la marcha no se salvó de los infiltrados y vándalos. Sin embargo, con el ardid de la no represión, tan en boga en estos tiempos, no hay duda que los huéspedes del edificio legislativo de San Lázaro, no querrán “manchar su honra”, aprobando iniciativas que coadyuven a proteger y salvaguardar nuestro Patrimonio Edificado, de la mala fe, de la perversidad y del vandalismo. Y decimos lo anterior, pues estas acciones se dan a menudo sin que los autores materiales e intelectuales reciban castigo. Se hacen pues, en absoluta impunidad. Creemos que ya es tiempo de que la sociedad civil presione y se manifieste en contra de estas acciones infames. La manifestación de la llamada “marea u onda verde”, dejó mucho qué desear. Si en realidad no hay estamentos o privilegios, para que alguien esté por encima de la ley y las mujeres insisten en la igualdad, tendrán pues que ser tratadas igual que cualquier ciudadano que vulnere el Estado de Derecho.

 

Los mismos vicios

Ya es común escuchar entre los promotores y cuasi voceros de la Cuarta Transformación, que la lucha anti-corrupción camina. Es mentira, por supuesto. Resulta paradójico que el presidente Andrés Manuel López Obrador haga una defensa a ultranza del actual titular de la Comisión Federal de Electricidad (Cfe), Manuel Bartlett Díaz, cuando ha quedado demostrado que el político poblano ha amasado una gran fortuna que, por supuesto, nunca ha declarado, además de ocultar su situación patrimonial familiar.
Estamos pues ante un doble discurso y lo peor, una doble moral, pues se dice una y otra vez algo que no existe. La corrupción sigue en el país, como en los peores tiempos de los gobiernos neoliberales. La gasolina no ha bajado un solo peso; el robo de combustibles no ha cedido un ápice y la inseguridad sigue a tambor batiente. La excesiva tolerancia con los grupos criminales ha dado como resultado el desánimo en las Fuerzas Armadas que, aunque los jefes militares no lo reconozcan, no están de acuerdo en que cualquier hijo de vecino les dispare y los humille. En este sentido, el gobierno de la 4T, está jugando con fuego.
Lo anterior viene a cuento pues desde las mismas filas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), circula la especie de a que los programas sociales de la Presidencia de la República, se les está dando, como en el pasado reciente, un perfil eminentemente político electoral. La ayuda y los apoyos se están politizando y no han cumplido, a la fecha, con el cometido para el que se distribuyen. Hace poco más de dos meses se documentó y circuló en las redes sociales, la cuota que un grupo de los llamados “servidores de la Nación”, a los beneficiarios de un programa social. Los responsables fueron video-grabados y dicha acción se difundió entre los usuarios de las citadas redes sociales.
¿Vale la pena pues seguir cuestionando al antiguo régimen o los vicios del pasado, cuando a diez meses de iniciar el mal llamado gobierno de la 4T, se están reeditando y mostrando las bajezas de la demagogia? Por supuesto que no. Es necesario exhibir estas acciones que en nada han cambiado –ni lo harán- las condiciones en las que viven más de cincuenta millones de mexicanos, a quienes se les apoya bajo un esquema de clientela política. En nuestra entidad, en donde existe una población que padece el flagelo de la pobreza y la pobreza extrema, aunque ésta se haya reducido según el gobierno estatal, en al menos 4%, esta situación es más patética.