Tradición que sobrevive
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Opinión

Editorial

Tradición que sobrevive

 


No obstante ser considerado patrono de las mujeres embarazadas, justamente porque su madre murió en el parto y él fue extraído del útero para sobrevivir, hoy se celebra en Oaxaca el día de San Ramón Nonato –de no nacido-. Su imagen se venera en la Iglesia de Nuestra Señora de La Merced y su día es dedicado a la bendición de los animales. San Ramón perteneció a la Orden de los Mercedarios y como redentor de cautivos viajó al norte de África, pagó rescate por varios prisioneros y, siguiendo el cuarto voto de estos religiosos, cuando se agotó el dinero que llevaba, se quedó como rehén a cambio de la liberación de otro cristiano. Estando cautivo, sus carceleros musulmanes lo martirizaron perforando sus labios con hierro candente para colocarle un cerrojo en su boca e impedir su prédica. Fue rescatado por su orden y en 1239 regresó a España. El nombre del Santo vino a cuento, pues como decimos líneas arriba, una de las tradiciones arraigadas en la capital oaxaqueña en la visita hoy al templo de La Merced, a donde se llevan los perros, gatos, mascotas de diversa índole, pericos, loros, pájaros, etc., para recibir la bendición del sacerdote.
Sin embargo, como ha ocurrido en los últimos años, el citado templo religioso se encuentra en restauración, sin que los fieles que acuden al mismo tengan una idea remota de su terminación. Se sabe que desde hace algunos años había mostrado fisuras en ciertas partes, cuestión que se agudizó con los sismos de septiembre de 2017. Dicho templo, al igual que decenas más, esperan ser motivo de atención por parte del gobierno de la Cuarta Transformación para poder recuperar su magnificencia de antaño. El mejor ejemplo es la celebración de hoy. En este diario hemos abordado en reportajes especiales la situación que guardan varios centros de culto católico tanto en la capital del estado como en el interior. El Instituto del Patrimonio Cultural (Inpac), desde la pasada administración, ha llevado a cabo una importante labor, aunque también la tarea le compete al Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah). Con los sismos de septiembre de hace dos años, varios templos de arquitectura novohispana quedaron afectados. La Defensa, El Patrocinio, La Merced y otros. Pero ahí siguen esperando que haya recursos para poder rehabilitarlos.

Semovi: Poner orden

El zafarrancho que provocaron el pasado lunes 26 de agosto, transportistas y operadores de la empresa “Paraíso Juquileño”, quienes penetraron a las oficinas de la Secretaría de Movilidad (Semovi), en exigencia de una mesa de diálogo, pero causando destrozos, intimidando a los trabajadores y saqueando, debe servir para aplicar la ley sin mayor dilación. Según informó la titular, Mariana NassarPiñeyro, en recientes operativos fueron retenidas al menos siete unidades, justamente porque sus operadores no cumplen con el reglamento y las condiciones en las cuales les fueron otorgadas las concesiones. Simplemente evaden cumplir la ley vigente y levantan pasaje por donde les place. La situación fue de tal gravedad que tuvo que intervenir la Policía Estatal y dispersar a los agresores con gases lacrimógenos. Este tipo de acciones definitivamente no deben pasar. No hay que olvidar que en el caso de dicho transporte concesionado, es el Estado quien mantiene la propiedad de las concesiones y es quien las otorga en usufructo. Sin embargo, tanto sindicatos como confederaciones, organizaciones sociales y grupos de poder, han hecho de las mismas su propio peculio, haciendo caso omiso de las disposiciones que emite el gobierno estatal.
No es la primera vez que una situación así ocurre. De repente llegan moto-taxistas de tal o cual organización y generan molestias, retienen a los empleados o simplemente cierran las oficinas. No se han visto acciones de parte de las autoridades competentes que conlleven a fortalecer el respeto que se requiere de los beneficiarios con las concesiones. Ya lo vimos el pasado 25 de junio, a raíz del enfrentamiento que se registró en la agencia municipal de Viguera. Hubo dos muertos, pero ningún detenido o responsable de los crímenes. Es decir, sindicatos y particulares; organizaciones y caciques del transporte simplemente se pasan por alto cualquier disposición oficial. He ahí el por qué se ha disparado tanto el pirataje en el transporte de pasajeros: no hay mecanismos de regulación ni reglas claras para la operación. En pocas palabras: el transporte en Oaxaca es una completa anarquía. No hay ciudad capital en el país, en donde penetren a diario, como hormigas, miles de pequeñas unidades que carecen de paraderos, de seguros, de placas de circulación, etc. Pero eso sí, cada cuando se les quiere aplicar la ley dan de brincos.