Visita presidencial
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Visita presidencial

 


De manera oficial ha trascendido que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, estará en Oaxaca durante los días 21, 22 y 23 de diciembre, para cumplir con una apretada agenda de trabajo. Hay dos eventos particularmente importantes. El primero es la entrega de recursos para la construcción de caminos en zonas marginadas de la Sierra Norte y, la segunda, la puesta en marcha de los trabajos del Proyecto Transístmico, en la región del Istmo de Tehuantepec. Según fuentes oficiales, se trata de entregar recursos directamente a las comunidades involucradas, sin intermediarios. El gobierno de la “Cuarta Transformación” tiene claro que las licitaciones y el manejo del dinero por parte de otros órdenes de gobierno ha dado lugar a corruptelas, pero además, se trata de que los municipios asuman la construcción de sus caminos y carreteras, como una corresponsabilidad y sin el clásico paternalismo oficial. Si bien es cierto que los famosos “Módulos de Maquinaria”, que se pusieron en marcha desde el gobierno de Heladio Ramírez, siguen operando en lo que se refiere a caminos rurales, también es cierto que unidades pesadas de maquinaria están ya obsoletas o inservibles.
Lo que ha alentado el optimismo de los oaxaqueños y, particularmente de los istmeños, es la puesta en marcha del Proyecto Transístmico y la autorización de recursos en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019. Se advierte pues como un sueño que será realidad. Ya lo hemos dicho: la construcción de un tren que una a los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos es un viejo anhelo de los oaxaqueños, lamentablemente se ha visto entrampado en promesas falsas y discursos demagógicos. Hay que recordar que hace al menos dos años, en esas visitas furtivas que hizo el ex presidente de la República, Enrique Peña Nieto a la zona istmeña, prometió la construcción de un gasoducto que iría de Salina Cruz, Oaxaca a Jaltipan, Veracruz, además de una suma millonaria para la reconversión de la Refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Petróleos Mexicanos. Nada de ello ocurrió. Fueron promesas y sólo promesas. Sin embargo, la visita presidencial a pocos días de haber iniciado su gestión, crea una expectativa favorable entre la población, que anhela –ahora sí- que dicho proyecto se haga realidad y sirva para mejorar la calidad de vida de los istmeños y los oaxaqueños.

Protagonismo enfermizo

Como ya hemos comentado en el transcurso de la semana pasada, las comparecencias de los funcionarios del Poder Ejecutivo, han sido –con sus contadas excepciones- un desfogue de las más bajas pasiones de los y las diputadas. Desde el Presidente de la Mesa Directiva de la LXIV Legislatura, que con palabras soeces mandó al carajo –la palabra es otra- al Secretario de Finanzas, como otra legisladora que juzgó al titular de la Secretaría de Economía por su apariencia física. Lo anterior es una muestra clara de que en lo que se refiere a formación política y capacitación legislativa, nuestros representantes populares andan perdidos. Sin ofender a nadie, pero salvo excepciones, el nivel discursivo y propositivo está muy por debajo de legislaturas anteriores. Lo que no han entendido los huéspedes del edificio de San Raymundo Jalpan es que ya no están en el papel de activistas o prosélitos de un partido político u organización, sino como depositarios del voto popular que implica, ése sí, un compromiso con los ciudadanos. Se ha malentendido pues el papel que representan. La mayoría se quedó anclada en el pasado reciente, el de la campaña político-electoral.
Como parte de esta sociedad fracturada y enconada como es la oaxaqueña, esperamos que en el futuro, los y las representantes populares maduren y actúen en consecuencia. No podemos arriesgarnos a que quienes aprueban iniciativas y leyes actúen como protagonistas irresponsables y sigan viendo el quehacer legislativo desde la perspectiva de la ideología, del fanatismo y la cerrazón. Se entiende que recién cumplieron un mes al frente de dicha responsabilidad, aún así, se percibe que por parte del partido político del que provienen no les otorgó una capacitación legislativa ni formación para el debate, sino que llegaron tapados (as) en estas tareas. En efecto, nadie nace sabiendo. Es un proceso que, seguramente les llevará algún tiempo. Por hoy, han demostrado con creces que les ha ganado el protagonismo enfermizo de los primerizos. En las comparecencias no se trata sólo de cuestionar en comisiones como tal, sino de entender el tema e irse al meollo del mismo: buscar más información y datos adicionales a los que aportó el ejecutivo estatal en su II Informe de Gobierno. Apelar a cuestiones personales, de imagen particular o cuestionar sólo para usar el fuero y la potestad legislativa, es un acto de inmadurez y veleidad.