Inseguridad ahuyenta turismo
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Editorial

Inseguridad ahuyenta turismo

 


En la pasada comparecencia del titular de la Secretaría de Turismo, Juan Carlos Rivera Castellanos, ante la comisión respectiva del Congreso del Estado, se puso sobre la mesa la situación de la industria sin chimeneas en la entidad. En efecto, ha mejorado la afluencia de visitantes del país y el extranjero; se ha atendido la situación de la conectividad aérea y las tareas propias de promoción, para lo cual se ha asistido a ferias y eventos internacionales.

Sin embargo, lo puntualizó bien el titular, la inseguridad que prevalece en el país, pero particularmente en el estado, ha inhibido la afluencia turística y consecuentemente, la derrama económica de la que viven miles de familias.

Hay que recordar que el tramo carretero que comunica a Puebla con territorio oaxaqueño, es una tierra de nadie, plagada de delincuentes dedicados al robo de gasolina, vehículos, asaltos, etc. A ello hay que agregar que ya en nuestro territorio local, la región de la Mixteca ha devenido un sitio privilegiado para el robo y asalto, ello sin soslayar la toma permanente de las casetas de cobro de Huitzo, Suchixtlahuaca o Ixtepec.

En fin, amén de la protesta social traducida en bloqueos carreteros, en nada, absolutamente en nada, ayuda a nuestra industria sin chimeneas.

El asunto de la inseguridad preocupante provino de la misma SECTUR, cuyo titular lo expuso ante los legisladores, sin maquillaje. Esto es, más allá de la dedicación y empeño que se le ha puesto para repuntar a nuestra industria turística, existen factores que inciden de manera negativa en su crecimiento y consolidación. Oaxaca –y ello lo sabemos todos- tiene un enorme potencial para explotar.

Y no es por abulia de las autoridades responsables, sino porque existe un sector de oaxaqueños empeñados en torpedear esos buenos propósitos.

Por ejemplo, cómo justificar el bloqueo al aeropuerto de Huatulco en esta temporada o la carretera que conduce a dicho destino. No se han dado hoy, en efecto, pero ello implicaría darle la estocada fatal al turismo.

He ahí el porqué, más allá de esperar acciones de las autoridades, siempre limitadas o acotadas por las comisiones de derechos humanos, debe ser la sociedad civil, los prestadores de servicios, los comerciantes y la gente que vive del turismo, quienes protejan a los destinos de los abusos de organizaciones o grupos.

Igual que hace al menos un par de años lo hicieron en Huatulco contra los maestros que bloqueaban el acceso al aeropuerto.

La cultura turística

Pese a tener grandes atractivos y ser desde el punto de vista turístico, una entidad completa: bellezas naturales, gastronomía, artesanía, monumentos históricos, etc., Oaxaca adolece de la falta de una cultura para atender a los visitantes del país y el extranjero.

Los abusos están a la orden del día al igual que los cobros exorbitantes, como es el caso de los hoteles de gran turismo en Huatulco. Bajo esa premisa, no les faltó razón a algunos diputados (as) que insistieron en que hay mucho por hacer. Es cierto, se ha avanzado en el rubro de conectividad aérea, pero estamos en la lona con la comunicación terrestre.

Miles de visitantes llegan por carretera y no por avión, pero para llegar a la Costa oaxaqueña, viajando tanto en la carretera que pasa por Miahuatlán-Pochutla, como la de Sola de Vega-Puerto Escondido, es un suplicio. Caminos sinuosos, peligrosos e inseguros además. Si bien es cierto que tanto la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) como Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO), en lo que comprende los caminos vecinales, le han puesto empeño para la rehabilitación y mantenimiento carretero, las lluvias y los sismos de 2017 hicieron estragos insuperables, precisamente por falta de recursos para operar.

Por ejemplo, durante la comparecencia la semana anterior, del titular de la Secretaría de las Infraestructuras y Ordenamiento Territorial Sustentable (SINFRA), Fabián Herrera Villagómez, ante la comisión respectiva de la LXIV Legislatura local, cayó como una cubeta de agua helada la noticia de que las obras en la súper carretera a Puerto Escondido estaban suspendidas, hasta nueva orden del gobierno federal. Nada nos ha dolido tanto a los oaxaqueños como el engaño, la mentira institucional o la falsa publicidad.

Muchos creímos que las obras ya estaban encaminadas no como un proyecto sexenal, sino transexenal, y que la obra citada ya no tendría más restricciones, habida cuenta de que ya es añeja y no algo que recién se haya aprobado. Sin embargo, todo apunta a que seguiremos esperando a que se licite de nueva cuenta y que sea una prioridad del gobierno de López Obrador.

En todo este entorno, hace falta la supervisión y vigilancia de la SECTUR para evitar que se cometan abusos en contra de los visitantes. Manejar con los prestadores de servicios afiliados a cámaras y asociaciones, esquemas de capacitación a empleados y trabajadores, de manera que presten el mejor servicio posible para no matar a la gallina de los huevos de oro.