La práctica del amor se deforma cuando el objetivo de esta acción se desvía de su significado, nos dice el psicoanalista Erich Fromm en su libro El arte de amar que existen diferentes tipos de amor, el amor erótico es una de sus expresiones y el amar es una disciplina agradable a quien la práctica. El amor tiene como finalidad provocar bienestar a quien se ama sin provocarle algún tipo de daño.
Hago referencia en específico al tema del amor erótico porque en medio de todas las historias que vive la humanidad, hay un tema que es de los más oscuros y que representa una de las expresiones más decadentes de las personas que lo practican y reivindican como amor, es decir las personas que sienten atracción hacia los niños y las niñas y que además se han pronunciado porque consideran tener el derecho a practicar sus desviaciones sin consecuencias legales.
Utilizando los medios digitales de una manera incorrecta y escondiendo sus rostros, los activistas pedófilos buscan aceptación social y que se eliminen los artículos en los códigos penales que los castigan si ellos incurren en actos sexuales con éste grupo vulnerable, entre sus demandas destacan las que buscan que en los códigos no exista el límite de edad impuesto por los legisladores, y que la Organización Mundial de la Salud desclasifique el termino pedofilia como una filia, además buscan que se les llame “amador de niños” en vez de pedófilos para suavizar el lenguaje que los describe a ellos y a sus prácticas brutales.
Como sociedad debemos defender lo que tenemos ganado en el aspecto jurídico, nuestra legislación establece los 18 años como una edad aceptable y que no genera consecuencias jurídicas para quienes deciden iniciar una vida sexual, fuera de éste rango se podrían estaría cometiendo los delitos de estupro, violación, abuso sexual o corrupción de menores.
Algunas personas pueden considerar que interactuar sexualmente con personas menores de 18 años puede ser algo aceptable, es decir el rango de 14 a 18 años pero la mayoría de las legislaciones en el mundo y en México se basan en estudios realizados por expertos en el desarrollo psicosocial y psicosexual que determinan que de los 18 años en adelante las personas tienen plena facultad y entendimiento de lo que representa el acto sexual y las consecuencias que esto les puede generar en sus vidas.
No olvidemos que el término “grupo vulnerable” se le da a aquellas personas que son más susceptibles de ser agredidos y violentados físicamente, emocionalmente, psicológicamente y moralmente y dentro de éste grupo están los niños y las niñas quienes son susceptibles de ser violentados sexualmente. Protejamos siempre a éste grupo vulnerable aunque no sean nuestros hijos y aunque no los conozcamos, defendamos siempre las leyes que los procuran y busquemos que cada día se hagan efectivos sus derechos humanos.
Defendamos el concepto de amor como lo conocemos hasta hoy, el amor manifestado en las acciones que protegen, que procuran, que cuidan, acciones que causan felicidad, dicha, alegría, buenos recuerdos, acciones que enriquecen nuestro espíritu y tengamos siempre presente que si no dejamos esto en los demás no es amor, tengamos siempre presente que con todas sus letras pedofilia es pedofilia y amor es amor.
