La incapacidad también es corrupción
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La incapacidad también es corrupción

 


El nuevo gobernador de Oaxaca va a tener una doble responsabilidad. Por una parte, administrar un estado lleno de complicaciones sociales y políticas y por otra, hacerse acompañar por una serie de nuevos funcionarios que conozcan y estén dispuestos a aplicar las normas del partido Morena y de la cuarta transformación que ha emprendido el presidente de la República, que constituyen la antítesis de los que han sido los gobiernos neoliberales. En estos momentos las personas que van a ocupar un puesto a nivel de Secretaría de Estado o de direcciones importantes ya lo saben, lo que yo creo que no saben totalmente es cuáles son las normas a las que tienen que sujetarse teniendo en cuenta que este gobierno es el primero que llega a Oaxaca por parte del partido Morena y como una extensión de esta Cuarta Transformación que ha emprendido el presidente de la República, que tiene como lema: No robar, no mentir, no traicionar al pueblo. 

Creo sinceramente que le impreparación es una forma de corrupción que nos ha acabado como estado, la falta de gente preparada sustituida por personas corruptas, sin principios, tiene a Oaxaca el uno de los últimos lugares del desarrollo, somos los penúltimos, sólo nos gana Chiapas en materia de pobreza y falta de bienestar para los habitantes. Los mejores hombres y mujeres han emigrado del Estado y forman comunidades muy trabajadoras en otras regiones o en el extranjero, los trabajadores oaxaqueños son codiciados en otras regiones porque se aplican en el trabajo y no crean conflictos, todo lo contrario de lo que ocurre en el estado donde en general  en las comunidades existen grupos conflictivos que han tomado a la ciudad por asalto y por cualquier pretexto o motivo obstruyen la circulación, paran las labores y agreden a miles de personas que transita por tu ciudad.

En el sentido de responsabilidad los oaxaqueños somos auténticamente luz de la calle y oscuridad de su casa, todo parece indicar que no nos importa el desarrollo de nuestras ciudades, de nuestros municipios y poblados que se encuentran sumidos en la miseria y que solamente cuando estamos en otro ambiente nos comportamos con gran eficiencia y aplicación en las tareas que no se nos encomiendan. 

Organizar un gobierno es una de las tareas más complicadas que tiene la sociedad no es fácil establecer normas, principios de trabajo, rutinas y transformar los planes y programas en acciones concretas que beneficien a la sociedad. Muchos de las administraciones se quedan en expresiones verbales, discursos magníficos que no son llevados a la práctica por cientos de razones, las comunidades no las aceptan no existe el dinero suficiente, algunos grupos de la comunidad se oponen ya que no serán beneficiados por las obras, por cualquier motivo se suspende y se deja sin efecto aquello que se había planeado. Lamentablemente esto ocurre en un gran porcentaje de los más de 500 municipios que tenemos y un gran número de habitantes se quedan sin los beneficios que el Estado mexicano puede proporcionarles.

El carácter del oaxaqueño, su violencia física y verbal son en muchas ocasiones algunos de los principales enemigos del mismo oaxaqueño, ya que impiden que el Estado tenga un desarrollo más acelerado. Hay ocasiones como afirma la presente administración que se va, que no le da tiempo de hacer alguna obra por estar solucionando los conflictos que se presentan en forma cotidiana en todo el estado, eso han dicho en esta ocasión que han disminuido los conflictos por la negociación cotidiana que se tiene con los habitantes de las distintas regiones.

El gobierno de Diódoro Carrasco trajo a Oaxaca un grupo de economistas muy inteligentes que tuvieron como un propósito esencial establecer un plan de desarrollo económico para el Estado, ¿qué tipo de industrias podrían ponerse? ¿Qué tipo de agricultura debería desarrollarse y en qué regiones?, un plan científicamente elaborado y con las mejores intenciones. Los seis años que estuvo esa administración se vieron avances importantes, pequeños parques industriales para atraer aquellas industrias que aprovecharon la calidad de la mano de obra oaxaqueña, en otros casos, se establecieron grandes zonas de sembradíos de los distintos cereales y frutas que producen las regiones con gran calidad. Aquí en Etla se puso una fábrica de bicicletas. 

Los avances del plan se vieron en todo el estado y en diversas comunidades que servían como centros de desarrollo para las distintas regiones.  Lamentablemente la llegada de una nueva administración y la costumbre de no aceptar nada de lo hecho por el anterior gobierno se olvidaron de ese proyecto y algunas de las pequeñas industrias que ya estaban establecidas fueron abandonadas ante las demandas de las comunidades que extrañamente querían participar en la dirección y ganancias de las pequeñas industrias agrícolas y metal metalmecánicas que se habían establecido. Nuevamente volvimos a nuestras actividades económicas tradicionales qué los han mantenido en este estado de subdesarrollo para llamar de una manera menos violenta nuestro desarrollo económico.

Por esa razón le escribo estas notas, porque creo que el gobernador debe de poner gran atención en la preparación técnica de sus colaboradores, no sólo se trata de satisfacer ambiciones políticas o negociar con los grupos políticos, se trata, además de que el Estado entre en una nueva etapa de crecimiento que nos permita avanzar lo más rápidamente posible para satisfacer las necesidades de los oaxaqueños,  evitar las migraciones masivas y poder ofrecer en el corto y  mediano plazo condiciones de vida favorables para todos los habitantes.

¡Ojalá y nos hagan caso!