A pagar impuestos
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A pagar impuestos

 


Cuando Andrés López Obrador ganó las elecciones presidenciales, José Luis Porras, uno de mis amigos mejor informado y con mayores relaciones en el sector privado, me comentó que, si bien había ganado las elecciones, no lo iban a dejar gobernar, que la oposición le iba hacer como presidente una campaña y brutal para impedir que gobernara. No se equivocó. En poco tiempo empezamos a ver una brutal resistencia contra las medidas que tomaba y una agresión a su persona y a su familia. Poco a poco fue consolidando el bloque opositor en la misma forma en que se fueron afinando las simpatías que lo habían llevado el poder. El ejercicio de la mañanera como un mecanismo de comunicación empezó a dar resultados y fue ampliando la base electoral que lo apoyaba y dividiendo a los que no querían nada con él, pero recibían todo lo que podía dar.

Es muy curioso que las personas con las cuales entablo alguna relación y pregunto por mi vocación de reportero, si quieren o no al Peje, me responden que no lo quieren, pero que sí perciben los beneficios de becas o el de las personas de más de 60 años, la pensión por mayoría de edad y, o sus hijos o hijas con alguna discapacidad o en estudios y trabajo son apoyados por este Gobierno para que puedan llevar a cabo sus trabajos de superación, estudios, cursos y todo aquello que les permite mejorar sus relaciones laborales y humanas, o sea que lo critican pero aprovechan todos los beneficios que tienen a partir de ellos. Cuando les pregunto cierta dualidad de criticar y recibir no los perjudica o no los meten conflicto, cínicamente contestan que no es el Peje, el que le da los beneficios, sino que es el Estado.

Es evidente que es el Estado, no es el presidente ni de su peculio que le da apoyo y ayuda que le permiten a la gente tener un mejor nivel de vida. Pero por primera vez en la historia del nuevo modelo mexicano, el dinero de nuestros impuestos y los beneficios de un presupuesto son destinados a favorecer a la población. Antes se quedaba en cuando mucho entre 500 o 600 personas, con la llegada de López Obrador se tomaron una serie de medidas para ampliar estos beneficios y que llegar al mayor número de personas. Más de 25 millones de hogares reciben algún beneficio en efectivo y directo. Ya sea el de los ancianos que nos permiten negociar dentro de la familia parte de los beneficios que tenemos como ver los programas de televisión que queremos, poder quedarnos con una lámpara prendida en las noches, comprar algún alimento que nos gusta, todos los pequeños detalles que se convierten en grandes en grandes problemas se convierten en beneficios para el beneficiario.

Conozco gente que me criticaba feroz mente cuando comentaba que iba a recoger este beneficio y ahora muchos reciben y disfrutan las pensiones.  Aunque siguen las críticas. Ante tantos frentes ásperos, contra el Peje y críticas, ¿qué hacer? Hago una serie de encuestas preguntando cuál de los procesos del programa de desarrollo que había anunciado el presidente les molesta y por qué. No hay ninguna argumentación seria. Recuerdo que en una ocasión salieron distintos personeros de la iniciativa privada después de una junta con él y al preguntarles que habían tratado comentaron que estaban de acuerdo con los objetivos del presidente, que con lo que no estaban de acuerdo,  era con los medios para lograrlos,  entre ellos era pagar impuestos como lo acabo de hacer el grupo del canal 13 que después de un intenso alegato de más de cuatro años tuvo que aceptar el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que los condenó a pagar más de 2000 millones de pesos a la recaudación fiscal. 

Es sin duda un logro importantísimo de esta administración el haber modificado la ley que permitía condonar impuestos, que autorizaba a las autoridades a condonarlos o a disminuirlos  El  presidente de la República saneó el sistema jurídico del país para poder obligar a las oligarquías económicas a que, por lo menos pagaran impuestos, gran logro que se obtuvo con esas medidas y gran logro que estamos teniendo con las inversiones que se están haciendo, sin aumentar desde ningún punto de vista la deuda pública del país. Este gobierno puede decir con orgullo que no ha aumentado la deuda y se están pagando los intereses de otros años, de otros momentos en los cuales los gobiernos neoliberales veían el endeudamiento como una forma más de enriquecer.

Como se condonaban los impuestos no existía presupuesto, se programaba deuda pública y el que tramitaba el crédito recibían grandes beneficios de las instituciones a las cuales les pedían prestados, nuestro país quedaba empeñado. Otro aspecto de sacar leña del préstamo era participar en las obras a las cuales estaba destinado el dinero del préstamo o atender los mecanismos financieros. López Obrador ha demostrado que, en los primeros niveles de secretarios de Estado, subsecretarios, oficiales mayores y directores generales se puede evitar la corrupción manteniendo una estricta vigilancia de los recursos. Algunos funcionarios renunciaron a los puestos cuando vieron que no podían meter la mano en el presupuesto de las dependencias que le dieron, como fue el caso el caso del ahora crítico senador panista quien renunció en los primeros meses al darse cuenta de qué los capitales con que pensaba quedarse no iban a hacer posibles. 

Esta nueva política de no corrupción en el gobierno va a permanecer aún después de que termine la administración del actual presidente. El pueblo de México va a elegir a una persona que mantenga como uno de sus principios de gobierno la lucha contra la corrupción, el ahorro en las inversiones y el cuidado ante gastos superfluos en la administración de México. Ya no será lo que fue en la época de Felipe Calderón, hemos visto que hay distintas formas de administrar un país cuidando sus recursos y respetando el dinero del pueblo, por ahí tendrá que irse el nuevo gobierno empezando por el de Oaxaca que dentro de un mes y fracción tomará posesión con la bandera de Morena, Oaxaca es el estado que más requiere de un gobierno y de una administración honrada y trabajadora ahí es donde yo veo el problema serio para el nuevo gobierno. La impreparación también es corrupción. Fin.