Traidores a sus electores
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Opinión

Debates y Deslindes

Traidores a sus electores

 


Es una ironía cómo resurge la derecha y el conservadurismo en México. Los partidos que nacieron como defensa de las clases más pobres son ahora los que propician y apoyan a las empresas extranjeras para que en México extraigan recursos y se los lleven en este caso, a España y los Estados Unidos. Se convierten los representantes populares en defensores de las grandes empresas explotadoras que, a nivel mundial, extraen los recursos naturales como petróleo, cobre, electricidad propiedades de la nación y sobre ellos fincan su riqueza.   

Es verdaderamente asombroso cómo lograron las empresas meterse al interior de los partidos políticos y transformar sus principios y objetivos en beneficio del gran capital olvidándose de los electores que los eligieron y a los cuales deberían defender. Este día si no hay ningún movimiento en San Lázaro, las minorías harán valer una serie de privilegios que tienen para traicionar a sus electores.  

El PRI y PRD surgieron como partidos que defendían a las clases populares nacieron para la defensa de los derechos del pueblo la educación, la salud, los salarios mínimos en general propiciar un desarrollo del país que fuera distributivo para todos los mexicanos. Lamentablemente al iniciarse el siglo XXI, los partidos más conservadores que tenemos no son el PAN ni los sinarquistas, sino que es el PRD Y el PRI partidos que representaban antiguamente posiciones socialmente válidas para las grandes mayorías de la población. 

El problema es muy simple. Durante el periodo neoliberal grupos de la oligarquía local e internacional si apropiaron de los bienes nacionales que pertenecían a todos los mexicanos, ahora el gobierno de la República quieres restituir al Estado mexicano los bienes que entregaron los neoliberales a empresas transnacionales a cambio de acciones y espacio de trabajo para ellos.  

La propuesta sobre la reforma energética que ha enviado al congreso el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha tenido en los medios impresos y electrónicos una respuesta brutalmente negativa. Me asombra el número de atracadores de la iniciativa. Lo que más me asombran son los argumentos que esgrimen los detractores entre los cuales se encuentran los enemigos de la cuarta transformación y otros que se han unido al coro. Es verdaderamente asombroso cómo se han quemado las pestañas para encontrar nuevos términos, adjetivos, calificativos, para satanizar el ordenamiento. Ellos que no dijeron nada cuando se aprobó la reforma de Enrique Peña Nieto que enajenaba el destino de la CFE y del país en materia de energía eléctrica ahora se rasgan las vestiduras, para que sean empresas transnacionales los dueños de estos bienes. Traicionan el principio de que la nación debe de ser la dueña de sus recursos energéticos.  

La nueva iniciativa devuelve al estado y a la CFE el destino de la electricidad y del país. Una reforma que estaba anunciada desde la campaña de la cuatro T ha sido cuestionada. Vemos que la gran mayoría de la prensa está a favor de justificar que el patrimonio de la electricidad les fuera entregado a manos de particulares, la mayoría extranjeros. Cuando los gobiernos neoliberales aceptaron y permitieron que se entregaran una serie de recursos, permisos y formas técnicas para saquear a la CFE y terminar con este organismo y entregar este bien a los particulares, como lo han hecho otros países, entre ellos España que sirve hoy de ejemplo a los abusos de las compañías particulares.  

Pensar que la iniciativa privada puede atender las necesidades de la población y atender sus demandas es una posición imposible porque las empresas quieren ganancias, dinero, bienes para una elite. La iniciativa privada quiere dinero público que se privatice y se les entregue para seguir explotando a la población.  

Todos los argumentos que esgrimen han sido debatidos por la realidad, Las empresas que participaron en el proceso de rapiña de la anterior reforma energética son en su mayoría empresas españolas que han quebrado los sistemas eléctricos y aumentado los precios de la energía en forma desorbitada en otros estados. La privatización de los energéticos es un crimen contra la sociedad y el Estado Mexicano. Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón privatizaron la energía para beneficio de un grupo de especuladores internacionales que van de país en país quebrando empresas nacionales y aumentado sus beneficios a costillas de los consumidores. Es una tragedia que los diputados del PRI y del PRD sigan siendo siervos de la iniciativa privada, no se respetan, ni piensan en sus electores. Hoy será un día vergonzoso para esta legislatura federal.    

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