Honrado, honrado, sí 
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Debates y Deslindes

Honrado, honrado, sí 

 


Honrado, honrado, sí

—Honrado, honrado, honrado, pus no

Las cifras de millones de dólares, la facilidad de trasladar dinero de una persona a otra, la política armada a base de corrupciones y compras de voluntades. Los secretarios de estado, gobernadores, legisladores, correveidiles involucrados que deberían cuidar la ley y el bien común, disfrutan de los beneficios fabulosos de la corrupción con cifras inimaginables para el ciudadano común y corriente, nos ubican como uno de los estados más corruptos de la América Latina. A 120 millones de mexicanos nos han visto la cara y nos han metido hasta las manitas en un ambiente de corrupción.

Es evidente que Enrique Peña Nieto nació dentro de la cultura de la corrupción. (En Atlacomulco el lema regional es: un político pobre, es un pobre político). Se formó como un corrupto, nació en ella, la cultivó, la ejerció, la provocó en los puestos públicos que estuvo. Inclusive declaró que era una característica de la cultura del mexicano. No le faltaba razón, para él y su gente forma parte de su ser, de su esencia. La corrupción forma parte de su vida, de su cultura, de su propio yo interno, y ese era nuestro presidente. Con absoluta impunidad disponía del dinero del pueblo, de los contribuyentes, de los bienes nacionales que no eran de él, pero que los consideraba propios. Desgraciadamente para el país la corrupción era la esencia en la vida pública, quien no era corrupto era tonto. Afortunadamente, la nueva administración de AMLO ha venido hacer un parteaguas, a recordarnos que han existido gobernantes honrados y patriotas, a señalar y demostrar que la corrupción de una lacra del ser humano, de las sociedades, que es una vergüenza ser corrupto. Los corruptos, sus cómplices, sus familiares no deben de sentirse orgullosos, deben de sentirse avergonzados, La corrupción no es una virtud, es una vergüenza que deben de sentir todos los que participan en estos hechos en todos los niveles. Ser un corrupto no es signo de superioridad, ni es una razón para expresar una sonrisa, de que inteligente soy, es una vergüenza que deben de sentir Peña Nieto, Videgaray y todos aquellos que están siendo exhibidos por sus malos manejos.    

Temo ser moralista, pero creo que es necesaria en el pueblo una reflexión de este tipo. Nunca se había puesto de manifiesto de manera clara y contundente, con cifras y datos la corrupción de una administración pública y de un gobierno. Nunca habíamos pensado y vivido tan claramente que vivíamos una sociedad corrupta empezando por los altos niveles de gobierno.

Desde la llegada de Carlos Salinas de Gortari y del neoliberalismo como modelo de desarrollo, se inició un proceso acelerado de corrupción en el país. El neoliberalismo lleva implícito un alto grado de corrupción. Porque se deja a las fuerzas del mercado el desarrollo de la economía. Con la venta de las empresas públicas que se vendieron, Raúl Salinas de Gortari se encargó de entrevistarse con las personas a las cuales querían beneficiar Carlos, su hermano, vendiéndoles las empresas. El mecanismo era muy sencillo te vendemos tal empresa, pero, nos das el 10,20 o 30 por ciento de las acciones. Nadie se resistió y guardó el secreto, aunque este era público y notorio.

Andrés Manuel López Obrador ha venido a revolver las conciencias de los ciudadanos y, afortunadamente, a dilucidar quién o quiénes son los culpables, se ha iniciado también un juicio público que le permite al ciudadano común y corriente identificar el acto de corrupción, monto y actores, así como el castigo que deberá aplicarse. Es necesario que la sociedad medite en los extremos de corrupción que hemos soportado y toleramos en las administraciones pasadas.

En esta etapa del país se han puesto de manifiesto también, las perversidades del Poder Judicial que tenemos. No existía el delito de corrupción en el Código penal, los corruptos nunca pisarían la cárcel. También extraña que Rosario Robles esté presa por la venganza personal de un juez. (Ella no está indiciada por la Estafa Maestra, aunque sepa todo).  Emilio Lozoya no ha pisado la cárcel. Desde su llegada a México este cómodamente instalado en un hospital y ahora en un departamento de lujo en la zona dorada de la Ciudad de México. Un sistema judicial así que permite la discrecionalidad tan brutal, no es útil al país ni a la ciudadanía, porque está pervertido, denigra y desvía la aplicación de la justicia. En el caso de Rosario Robles está claro que está presa por una venganza personal del juez, sobrino de Raúl Bejarano, a quien hace varios años lo agarraron en complicidad con un novio de Rosario Robles.  El célebre caso del señor de las ligas.

El castigo público ya se cumplió, los principales actores de este saludable episodio del país están pagando con el juicio público, ya fueron parcialmente castigados por la opinión pública, fueron juzgados y condenados. Siempre que salgan o se enfrenten llevarán los estigmas de estos episodios. Habrá que esperar los siguientes capítulos de esta etapa de México, que está a punto de convertirse en una comedia de equivocaciones, por las declaraciones en los compadres que se han metido a culparse unos a otros. Ahora hace falta que el pueblo reflexiones y esté atento al proceso.    

Los países deben razonar, pensar, analizar el tipo de países que quieren heredar a sus hijos. Qué imagen quieren proyectar como sociedad. Qué punto de corrupción puede tolerarse, como mantener y aislar el narcotráfico, cómo dominar y controlar los males sociales y, sobre todo, qué gobierno merecen. Tolerar un gobierno y una sociedad corrupta, sonreír ante las pillerías, pensar que así debe ser, es un crimen contra la sociedad y contra nosotros.   

LA SALVACIÓN 

La vacuna rusa fue presentada con el protocolo de un gran logro científico y tecnológico. La llamaron el Sputnik 5 para recordar el primer satélite que mandaron al espacio el siglo pasado.  El anuncio lo hizo el primer ministro Vladimir Putin y lo festejaron todos los hombres de buena voluntad. Es el principio del fin de esta pandemia que nos trae por la calle de la amargura. La vacuna representa la única alternativa de volver a una vida más o menos normal todos los humanos.