Oaxaca y el corchola-fest
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Oaxaca y el corchola-fest

 


 

1).- El sofocante dejá vù

Jodidos, marginados, con algunos municipios en el top de la pobreza en el país, pero para la grilla y la politiquería nadie nos gana a los oaxaqueños. Hasta el menos letrado habla de Claudia, Marcelo, Adán Augusto o Monreal. Prestos para la calenda, las matracas, los gritos. Para usar los trajes regionales, los collares de flores, las limpias y demás santería, disfrazada de usos y costumbres o rituales ancestrales. Los cuetes y las ruedas catarinas. Cada presidente municipal lleva su propia cargada. Y la etiqueta con playeras, pancartas o hasta despensas. Como Antonino Morales etiqueta a FUCO. Que quede constancia, pues. Que nuestra candidata vea quién es quién para mover gente. Hace poco aprendieron los rudimentos de la movilización político-electoral. Pero siguen muy silvestres. No han superado al PRI. Le siguen copiando. El acarreo, las tortas, los frikos.

¿Por qué Oaxaca ha sido al arranque de la precampaña interna de al menos 4 corcholatas? Es simple. Ávidos de guías morales y espirituales, aquí le rendimos pleitesía a López Obrador. Es tlatoani, tatamandón, Mesías. Cada rato viene a Oaxaca. A supervisar obras interminables que tienen 15 o más de 20 años, como las carreteras a la Costa o el Istmo o a verificar el acotado Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). En el fondo, viene a constatar su feudo de fanáticos. La demagogia electoral es bien recibida. Apenas vino a inaugurar una obra, a quemarle incienso a sus corcholatas y a engatusar con la continuación de los programas sociales, no como jefe de Estado sino dirigente de partido.

Somos carne de cañón electoral. Nos usan a placer. Morena —ya lo dijo AMLO— cifra su triunfo en la ignorancia y la pobreza. Oaxaca es, pues, el Edén para obtener votos. Además, toda la maquinaria política, aceitada con el reciente triunfo de Salomón Jara en 2022, está a punto. A los matraqueros y animadores no se les ha secado la garganta. Y todos (as) aquellos (as) que quieren la bendición para cargos de elección popular; que le venden su alma al Diablo, ya urgen del palomeo. Por eso no fallan en las calendas y mitines de Claudia Sheinbaum. Así les hablen —con todo respeto para el pueblo judío— en yidish, se vuelvan fanáticos de la comida Kosher o ayunen en el Yom Kippur

2).- Debilidad innegable

En general, somos un pueblo fiel servidor a la ideología dominante. Ya estamos vacunados contra la crítica y el exceso de pudor. Este pandemonium electorero desnuda las pasiones y vivimos, así sea temporalmente, una comedia de artificio y falsedad. México se desangra por la violencia: más de 159 mil muertos; carros-bomba en Guanajuato; secuestro de empleados en Chiapas; explosivos en el crimen de Hipólito Mora en Michoacán y al presidente le provoca hilaridad.

La presencia ineluctable de los cárteles criminales; su poder invisible corrompiendo los procesos electorales, mientras la oligarquía, devenida élite en el poder, busca conservarlo cooptando al electorado. En Oaxaca, entre los aspirantes de Morena los dados están cargados. Ya lo hemos dicho. Marcelo, Adán Augusto -así venga de su castillo de Transilvania- o Monreal, previa encomienda al Santo Niño de Plateros o a la Imagen Guadalupana, ya tienen encima la compactadora de “es Claudia”

3).- Mucho teatro

En sus Discursos sobre la primera década de Tito Livio (Alianza Editorial, Madrid, 2018), Maquiavelo llegó a vislumbrar la relación íntima entre el teatro y la política. En los años 80 del siglo pasado, el antropólogo George Balandier afirmó que el gran actor político es aquel que dirige lo real por medio de lo imaginario. La dramaturgia, la producción de imágenes, la manipulación de los símbolos, a través de la propaganda, los sondeos de opinión y las encuestas.

Una científica, Sheinbaum, nada más no acierta a articular un buen discurso. Menos a pronunciarlo. Pésima oradora. Adán Augusto, más parece el abuelo de The Munsters, que una buena oferta política. Ni en éste ni en aquélla existe lo que uno de los grandes sociólogos, Max Weber, anticipó como requisito sine qua non para hacer política: el carisma. Marcelo y Monreal tienen que caminar a marchas forzadas. Empero, ya tienen su futuro asegurado. Nada más que no hagan olas. Y como el cuche —decimos aquí—: caminando y meando para no hacer hoyo.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Con orgullo, mi Alma Mater, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), volvió al top de las mejores universidades del mundo. Ofendida, estigmatizada y minimizada por fósiles que vegetaron en sus aulas durante 14 años, como AMLO, deberían sentir algo de pudor. Mi apoyo incondicional al rector Enrique Graue y a la Junta de Gobierno.

— A 49 meses del asesinato de su hijo, el doctor Miguel Ángel Martínez Cruz, mis amigos Pedro Martínez Noriega y Minerva Cruz Bohórquez, siguen pidiendo que se haga justicia y caigan los asesinos.

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PIE DE FOTO:

En general, somos un pueblo fiel servidor a la ideología dominante. Ya estamos vacunados contra la crítica y el exceso de pudor.