Se vencen resistencias en Veracruz

Las notas melancólicas de las canciones de Agustín Lara ya no resuenan en la mayoría de las casas del estado de Veracruz, ahora se escuchan las notas discordantes de la música de banda, los corridos tumbados que no se asocian tanto con la idiosincrasia de los habitantes de ese estado.

Como todas las entidades del país, la globalización se instaló en Veracruz, estado que pretende gobernar una mujer, de estilo distinto al de los veracruzanos, pero que se encuentra asentada en la entidad desde hace dos décadas.

Rocío Nahle, nacida en Zacatecas y asociada con la música que ahora se escucha en todos los rincones de Veracruz, está empecinada en gobernar la tierra que la acogió cuando llegó a Coatzacoalcos (antiguo Puerto México) por cuestiones de trabajo.

La tarea no es sencilla, compite con José Francisco Yunes, un apellido que se repite constantemente y que ha estado presente en las tres más recientes elecciones para gobernador.

Sin parentesco con los otros Yunes, Miguel Ángel que ya fue gobernador y Héctor (primo de Miguel Ángel) y Miguel Ángel hijo que ya también compitió, sin éxito los dos anteriores. Incluso José Francisco también perdió la elección hace seis años.

Pepe Yunes es muy bien visto en la entidad y a diferencia de sus tocayos de apellido nació en Perote, distante del sitio en que lo hicieron los primos Yunes, Soledad de Doblado.

Rocío y Pepe se enfrentan en una elección que parecía hecha a la medida de Nahle, cercana al Presidente López Obrador de quien fue secretaria de Energía y ejerció como mandamás de la obra magna del actual gobierno, refinería de Dos Bocas. Precisamente su actuar en la refinería le ganó muchos sinsabores, aunque dicen algunos que la hizo millonaria a ella y a su cónyuge, José Luis Peña, por lo que la sociedad veracruzana le exige aclare cómo se hizo de una lujosa propiedad que dista mucho de su pasado de clase media.

Esa riqueza de la que ahora goza, los desplantes de su esposo y su origen zacatecano son los principales inconvenientes que le ven los electores veracruzanos para sufragar por ella.

La nada discreta escolta que la custodia en sus recorridos por el territorio veracruzano, formada por una larga fila de camionetas blindadas exalta la picardía de los jarochos.

Rocío inició la búsqueda del gobierno estatal con una amplia ventaja sobre sus adversarios, uno testimonial (MC) y el otro que ahora le disputa palmo a palmo las simpatías del electorado y que avanzan considerablemente en las preferencias.

Veracruz ha tenido una variación constante en sus preferencias ideológicas desde 2010 en que ganó el PRI, para que seis años después lo hiciera el PAN y en 2018 arribó Morena.

La disputa en Veracruz se concentra en dos personas, una mujer y un varón que llevan el mismo propósito convertirse en gobernador por seis años.

Ahora, la alianza Fuerza y Corazón por México, compuesta por PRI, PAN y PRD podría volver a gobernar la entidad y quitar uno de sus principales bastiones a la coalición formada por Morena, PVEM y PT, propinando una dura derrota a una de las preferidas del Ejecutivo federal, a la que defiende a capa y espada.

Veracruz tiene la cuarta población más grande del país y podría ser factor de decisión en los resultados de la elección presidencial, por lo que está considerado como un apetitoso bocado para quien lo gane.

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Pese a querer ver la normalización del país, la violencia continúa campeando por todo el territorio con una ola de asesinatos y amenazas. En Morelos un atentado en contra de Jesús Corona Damián, candidato de la alianza opositora a la alcaldía de Cuautla, destapó que doce candidatos a diversos cargos de esa alianza se han bajado de la contienda por amenazas de todo tipo.

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