Adiós al panismo de 30 años
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De Frente y de Perfil

Adiós al panismo de 30 años

 


Enfrascados como están los políticos, analistas y opinólogos sobre el destino de Baja California para los próximos dos o cinco años, según decida la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pocos se han puesto a observar el desastre que provocaron los panistas en esa entidad después de 30 años de gobiernos fallidos.
Hace 30 años en 1989, los bajacalifornianos decidieron dar un golpe de timón a la democracia, votando por un partido de oposición descarrilando a la entonces imbatible maquinaria del PRI.
Los suspicaces vieron lo negativo: una negociación con el panismo para reconocerle el cuestionado triunfo de Carlos Salinas de Gortari, ya que la presentación de una candidata tan débil como lo era Margarita Ortega Villa permitió al alcalde con licencia de Ensenada, Ernesto Ruffo Appel, vencerla en las urnas.
Ese fue un primer peldaño en la construcción de la escalera de la democracia mexicana, aunque la gestión del primer gobierno panista en la historia del país fue tibia y dejó un mal tufo por los líos conyugales del gobernador y los supuestos nexos de uno de sus hermanos con el crimen organizado.
Sin embargo, seis años después, los votantes siguieron la misma ruta y nuevamente el PAN consiguió la victoria con otro militante Héctor Terán, quien no pudo concluir por súbita muerte que provocó que Alejandro González Alcocer terminara el mandato, no tan gris como el de Ruffo Appel.
Le siguió Eugenio Elorduy Walther, tercero en fila que ganaba los votos mayoritarios y daba al PAN su tercer gobierno consecutivo. José Guadalupe Osuna continuó la ruta panista y, finalmente Francisco (Kiko) Vega. Dejó un tiradero que difícilmente se pueda levantar en dos años.
Kiko Vega hizo lo que quiso. Se dio cuenta de que su partido iba en picada, debido a su pésimo gobierno y recurrió a su Congreso para reducir a dos años el siguiente gobierno, sabedor de que su partido perdería.
El gobernador es en gran parte responsable de lo que está sucediendo en Baja california, donde Jaime Bonilla asumirá el gobierno estatal por cinco años, tal y como está actualmente el período de gobierno, con la aprobación del Congreso estatal pasado, el que reformó nuevamente el tiempo de gobierno.
Sin embargo, existe una corriente que no está de acuerdo con esa ampliación de dos a cinco años, aunque ya se demostró que los tribunales electorales actuaron con consigna, negando esa ampliación del mandato dos días antes de los comicios.
El enredo sobre el tiempo de duración de la gestión de Jaime Bonilla manda al olvido los problemas en que deja sumido al estado Kiko Vega, una altísima deuda, corrupción por todos lados, maestros, universidades, salarios y proveedores sin paga, ya que los recursos del erario se terminaron desde hace seis meses.
Baja California inicia hoy una nueva ruta, terminando la hegemonía panista de 30 años que no contribuyó en nada al desarrollo del país, aunque fue el inicio de la vida democrática del país.

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Fuerte el debate en san Lázaro, donde compareció el titular de la secretaría de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, donde la oposición insistió en cambio de estrategia, mientras que el sonorense sostuvo que hay dos visiones para combatir la delincuencia en el país y que al término de la actual gestión presidencial, el país estará pacificado.

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