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Daño educativo

Durante las últimas décadas, el sistema educativo mexicano ha enfrentado una serie de desafíos que han afectado gravemente la calidad de la enseñanza, y uno de los factores más relevantes ha sido el llamado “parto magisterial”. Esta expresión hace referencia a las divisiones internas, conflictos de liderazgo, y luchas de poder al interior del magisterio, especialmente en secciones sindicales como la CNTE y el SNTE.

Estas disputas han derivado en paros, ausencias prolongadas de los docentes en las aulas, y una politización excesiva de la educación pública, afectando principalmente a los estudiantes de comunidades más vulnerables. Cuando el interés gremial o político se impone al interés educativo, las consecuencias son devastadoras: ciclos escolares incompletos, contenidos académicos rezagados, pérdida de vocación docente y desconfianza generalizada hacia el sistema.

El “parto magisterial” ha generado una cultura de confrontación en vez de colaboración, dejando como víctimas a millones de niñas, niños y adolescentes que ven limitado su derecho a una educación de calidad. Además, esta fragmentación ha debilitado los procesos de evaluación, formación continua y profesionalización del magisterio, pilares fundamentales para elevar el nivel educativo.

En lugar de fortalecer una agenda educativa nacional unificada, los conflictos sindicales han promovido agendas paralelas, muchas veces ajenas a las verdaderas necesidades del aula. Es urgente que tanto autoridades como docentes y sociedad civil reconozcan el daño acumulado de estas pugnas y trabajen por un magisterio unido, con vocación pedagógica, capaz de construir un nuevo pacto educativo. Solo así será posible devolverle a la escuela pública su papel como espacio de transformación y justicia social.

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