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Cuando las palmeras de Huatulco mueran

Las palmeras susurran en la brisa, guardianes de un rincón sagrado, donde el mar besa la arena dorada, y el sol se rinde en un ocaso dorado. En Huatulco, su sombra es refugio, de sueños que flotan en la espuma, son testigos del amor y la calma, en una playa que abraza la luna. Las palmeras que un día bailaron al son del viento, ahora yacen en silencio, sus palmas quebradas como recuerdos marchitos. Testigos mudos de amores que fueron, de risas infantiles que se desvanecen en la brisa, se secan, se apagan, y con ellas se va un trozo del alma de la playa. Su tronco, antes firme, ahora es un eco triste de lo que fue, una sombra olvidada en la arena, donde solo queda la nostalgia de un paraíso que se desvanece.

Dedico estos párrafos con todo respeto a las personas oriundas y avecindadas de Santa María y Santa Cruz Huatulco. Porque todos de buena fe, creyeron en el gobierno federal, unos cuando cedieron sus tierras y otros que llegaron con sus ahorros a invertir y rompieron sus naves, se la jugaron con un pueblo que, como núcleo de población ya tiene mucha historia, pero como polo turístico, es reciente. Cuarenta años para una ciudad, es muy poco, podríamos decir que es un embrión que apenas está en desarrollo.

Sin duda el gobierno federal a través del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y sus expertos, realizaron un trabajo fantástico, porque no es fácil, obligar a la gente a seguir reglas de construcción tan estrictas, como fue el Plan Maestro del CIP Bahías de Huatulco. No faltan aventureros que llegan a querer hacer las cosas a su manera, autoridades municipales sin conocimiento de lo que es un desarrollo urbano turístico. Pero todos se alinearon, conocí de demoliciones a quienes no respetaron las normas urbanas.

He observado, el esfuerzo y el ahínco de propios y extraños. Las autoridades municipales, unas con buena gestión y otras no, pero abiertas a escuchar a la gente y a la gente que sabe. Gobernadores que abusaron y se burlaron con obras fantasma, como es el caso del Centro de Convenciones, que fue inaugurado por un gobernador inconsciente. Para llegar a ser un destino de nivel internacional, con playas certificadas, no es por magia, es por trabajo de todo mundo.

Desde el taxista, el guía de turistas, el comerciante, el artesano, el hotelero, el restaurantero. Todos con una ciudad y playas limpias. Todo parecía brillar, hasta que llegó la penumbra y lo advirtieron, cuando se vaya Fonatur, esto se cae. ¿Por qué?, porque el municipio de Santa María Huatulco, como todos del país, en manos de los partidos políticos, es un desastre para administrar con profesionalismo, aunque paga muy buen dinero, a despachos de políticos o fantasmas, solo lo sangran y no hacen nada por la administración municipal de la altura que amerita un lugar que recibe más vuelos internacionales que la ciudad de Oaxaca, un lugar que genera más de cien millones de pesos de predial, que no se ven claras las cuentas. Ni se traducen en obra municipal, bacheo, administración del agua potable, riego y mantenimientos de sus calles, y bulevares.

Tiene que venir Fonatur o el Fideicomiso para el Desarrollo Logístico (Fidelo) a hacerle la chamba. Y la tragedia, Fidelo por convenio con el municipio de Santa María Huatulco, (no publicado en el Periódico Oficial, para su validez), no le trasmite recursos.

Supongo que le delega facultades el municipio a Fidelo, pero, ¿no le trasmite dinero? Fonatur se fue y no le dejó nada de dinero a Fidelo, pues a dónde se fue esa gran cantidad de dinero, por lo menos de la venta de garage que han hecho de los terrenos que no pudo declarar áreas naturales protegidas el presidente de la república.

Pues, a nuestro presidente, no le interesa el medio ambiente, de lo contrario, jamás habría destrozado 10 millones de árboles de la selva Maya, (por cierto, ¿y esa madera?). El fondo de la desaparición de Fonatur y otros fideicomisos o empresas de participación gubernamental como la denominada “Guerrero Negro”, primer lugar mundial en exportación de sal, (a dos meses de estatizarla, a punto de quiebra, no vende nada), fue sustraer el dinero de estos fideicomisos y de esta empresa. ¿Dónde está ese dinero?, ¿a quién le rinde cuenta?

Pues las palmeras de Huatulco, se están muriendo en peligro de que se expanda la plaga que hoy les afecta y mueran poco a poco. Se imaginan, ¿cómo se va a ver la ciudad? Tienen una plaga que se come el cogollo. No es cosa de fumigar e intoxicar a todo mundo y la plaga seguiría, porque hay que aplicar el insecticida, dicen los que saben, directamente en el cogollo. Una por una. Lo que implica una acción municipal, inmediata, aunque sea temporada de lluvias, porque se aplica directo al cogollo de la palmera y el animalito se muere. Se vale pedir ayuda a la ciudadanía, incluso a los visitantes.

A través de un espacio oficial transparente. Pero hay que hacerlo antes de que esparza más la plaga. Y así habrá mucho trabajo por hacer, con la ciudadanía. Pero hay un divorcio entre gobierno y pueblo. El Gobierno del Estado y el Municipal, no han estado a la altura de los daños que hace el gobierno federal en este lugar. Truncar el crecimiento de Huatulco, recogiendo los terrenos de reserva urbana que tenía Fonatur, por miedo a la corrupción del Gobierno del Estado y Municipio, no es la mejor estrategia. Tan es así, que no aceptó veinte hectáreas que el municipio destinó para áreas naturales protegidas.

Existen controles administrativos y jurídicos para que Huatulco siga desarrollándose. Cierto que la fascinación por el dinero del ser humano, es fuerte, y no solo de los políticos, todo mundo quiere especular. Pero si nos quedamos con esa idea, no haríamos nada para el crecimiento y progreso de un lugar. El gobernador debe solidarizarse con el pueblo de Huatulco, para pedirle al presidente que deje sin efecto todos los decretos de áreas naturales protegidas, que serán desprotegidas totalmente, por falta de recursos. Es más que claro, que son ocurrencias del presidente del País, al no saber qué hacer con los terrenos de Fonatur. Ahí está Fidelo denle dientes. En los convenios oficiales, se deben ceder obligaciones y dinero. Si no, no funciona. ¿Por qué destruir, lo que si funciona?

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