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Llegó el día tan esperado por millones de mexicanos, al menos treinta que votaron por un cambio radical el pasado primero de julio, no hay fecha que no se cumpla y el primero de diciembre ya está aquí, con él el relevo presidencial; la corrupción y los abusos de la clase gobernante habían hartado al pueblo mexicano y decidió que no más, fue más el hartazgo que la publicidad que se hizo masivamente asegurando que AMLO era un peligro para la nación.

Pocos presidentes electos empezaron a gobernar con tanta anticipación como lo hizo López Obrador y por lo tanto se expuso al escrutinio público, fue analizada con lupa su toma de decisiones, no hay que olvidar que dos terceras partes del pueblo mexicano no votó por él y de este total, al menos la mitad definitivamente no está de acuerdo con sus políticas públicas propuestas.

Muchas fueron las promesas de campaña que se hicieron y pocas las que se van a poder cumplir, algunas sinceramente eran más simbólicas que de profundidad económica para sacar adelante a este país, por ejemplo quitar las pensiones de los presidentes, es algo justo ya que no requieren ese sueldo para vivir o para comer, simplemente es lo correcto.

Bajar los sueldos de todos los funcionarios públicos si era una medida importante, tampoco sería un dineral lo que se va a recuperar, me parece que sería mucho más productivo que exigiera que desquiten su sueldo todos los burócratas sindicalizados de México, eso sí que cambiaría al país, tener una plaza en el sindicato es cobrar sin tener que trabajar por el resto de su vida hasta que llegue la jubilación, no hay país que aguante eso improductividad con ese costo.

Ninguna otra nación tiene tal cantidad de gente dedicada a funciones sindicales como comisionados, cobrando sin trabajar, cada dirección de gobierno de cada secretaría, en todos los estados y a nivel federal, tienen una oficina, un espacio físico completamente equipado, dedicado a labores sindicales con al menos dos personas que ya no mueven un dedo en labores de esa oficina, exclusivamente se dedican a representar a los sindicalizados.

La suma total de personas en esta circunstancia llega a miles y miles, ningún otro país tiene esta pereza productiva, el disminuir esta cantidad de gentes “comisionadas” y hacer que los que cobran invariablemente a pesar de su improductividad, ese sí sería un extraordinario logro para el actual presidente, adicionalmente, habría que disminuir la absurda y abusiva lista de logros sindicales en el paso del tiempo, no hay un país que aguante ese gasto.

Quitar el fuero, aunque es importante ya que algunos funcionarios abusan de sobremanera sabiendo que tienen inmunidad, es nada en comparación con hacer productivo esta nación, el problema es que nadie quiere trabajar ni perder privilegios, la promesa de campaña de eliminar el fuero no pudo concretarse, la votación no alcanzó, debían obtenerse dos terceras partes de los sufragios de los diputados.

De los 500 votos totales habría que conseguir a favor 334, solo respaldaron la propuesta 280 diputados, por cierto que uno de Morena votó en contra, precisamente Fernández Noroña, quien es una piedra en el zapato hasta para sus propios compañeros de bancada, en fin, que en esta ocasión no se pudo eliminar el que los diputados tengan inmunidad sin límite.

Vergonzoso fue oír después de la votación a los diputados priistas y panistas gritar “sí se puso, sí se pudo”, ¿pues qué no escuchan a los ciudadanos que supuestamente representan? En una consulta de las que se acostumbran últimamente, el 100% de los votos irían en favor de la eliminación del fuero, porque no hacen una encuesta de este tipo donde no se requiere ser experto en un tema para contestar.

El populismo con el que inició el sexenio no se veía desde los tiempos de Luis Echeverría Álvarez y la historia nos demostró que México sufrió un retroceso que se fue agudizando con todos los presidentes que le sucedieron, como sea los tiempos han cambiado y nada es lo mismo, ni en México ni en el mundo, desde entonces.

Lo que sí es posible comparar es la actuación de otros países con gobiernos de izquierda en el mundo, sobre todo de América Latina, hay que aclarar que no es algo definitivo ya que las economías son diferentes, sin embargo en general el resultado no ha sido una mejora sustancial en el modus vivendi para sus ciudadanos, más bien viven o sufren un retroceso, ha bajado el producto interno bruto, se disminuye la productividad y se cierran las puertas a las importaciones.

Esto está empezando y tiene el beneficio de la duda, hasta los más escépticos esperan equivocarse y que este país salga adelante, que se termine la corrupción, la impunidad, la opacidad, que se castigue a quienes han saqueado las arcas del país y que nunca más se vuelva a permitir, que se terminen las diferencias entre chairos y fifís, en fin, el tiempo nos dará la respuesta.

Los comentarios continuarán la próxima semana.

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