Picadura de alacrán
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Opinión

Comentario Pediátrico

Picadura de alacrán

 


El cuadro de intoxicación por veneno de alacrán, se debe considerar una urgencia médica, por la condición del efecto de las toxinas sobre órganos y/o sistemas variados del paciente que en ocasiones puede causar la muerte o dejar secuelas, de acuerdo con las características del alacrán y específicas del individuo afectado. 

El alacrán por sus diferentes especies puede producir toxinas de grados variables de daño orgánico, y de acuerdo con su distribución geográfica, se conocen en cada país zonas especiales de riesgo. En nuestro país los estados que reportan mayor frecuencia de muertes producidas por esta picadura son: Guerrero, Nayarit, Jalisco y Morelos, con mayor relación en menores de cinco años.

De aproximadamente 260 especies de alacranes registradas para México, se reducen a 16 las que considerando todo el país pueden ubicarse en el rango de problemas de importancia médica. El género más frecuente es el Centruroides que se localiza en el 30.3% del territorio nacional, donde radica el 36.8% de la población. 

En forma anual se registran en promedio dos cientos mil casos por picadura de alacrán, en la mayoría de las ocasiones sin molestias graves. Los accidentes por picadura de alacrán son más frecuentes en los meses de abril a julio (época de lluvias), debido a que los alacranes en estas fechas suelen salir en busca de sus parejas para aparearse, con otro periodo de frecuencia aumentada en agosto a octubre relacionado con la cosecha de maíz y su traslado. Otra temporada especial corresponde a su etapa de multiplicación entre marzo a octubre.  

Los alacranes se alimentan de insectos como cucarachas y arañas capulinas en la ciudad, y de escarabajos y algunos insectos voladores en el campo. Son de vida nocturna, permanecen en el día en sus refugios (espacios debajo de las piedras, corteza de los árboles, etc.) protegiéndose del calor durante el día y resisten malas condiciones físicas.  

Con relación a su forma para fines prácticos, para unos, la característica distintiva es que los alacranes de cola grande y tenazas pequeñas son más venenosos que los de cola chica y tenazas grandes; para otros, la atención la establecen en el pecho del alacrán ya que los venenosos suelen tener forma triangular. 

Su veneno es producido por un par de glándulas contenidas en el extremo final de su cola (telson) que utilizan para cazar, digerir y defenderse. Contiene proteínas y sus fragmentos que alteran el equilibrio de sales en el interior de cada célula, enzimas que dañan estructuras celulares y toxinas variadas que afectan de forma particular a cada uno de los órganos o sistemas viables, considerando que del total de ochenta sustancias que lo forman aproximadamente, unas diez son las que afectan a los seres humanos. 

Una vez que el alacrán utiliza su veneno en alguna picadura, puede requerir hasta tres semanas para reponerlo, tiempo en el que no tendrá suficiente veneno para inyectarle a una persona y es la razón por la cual pueden existir personas que manifiesten haber sufrido la picadura de un alacrán sin mostrar signo o síntoma alguno de envenenamiento, notando también que el alacrán sometido a ambientes variados puede cambiar la composición de sus toxinas.

Las manifestaciones de intoxicación deberán de ser vigiladas con mayor interés en los menores de cinco años, al considerar que, dentro de su volumen circulatorio de menor dimensión, la concentración del veneno del alacrán tendrá una mayor proporción. Por otra parte, también se consideran como pacientes de riesgo aquellos pacientes que tengan alguna enfermedad adicional que pueda ser descompensada por la acción de las toxinas, como enfermedades respiratorias, cardiacas, neurológicas, hormonales. 

Una vez inoculado el veneno por la picadura, las toxinas se encuentran en la circulación sanguínea en menos de dos minutos, llegando a tener una duración media de 36 horas, por lo que las manifestaciones de intoxicación podrán tener una duración hasta de dos días como máximo. En relación con estos factores, se considera que el medicamento antídoto por inoculación en la vena de forma directa, se distribuye de forma inmediata para bloquear el veneno y su tiempo de efecto en vida media es de 124 horas, por lo que es obvio, considerar la utilidad de su empleo inmediato para evitar complicaciones. 

Las manifestaciones para poder clasificar la picadura pueden corresponder a tres tipos de cuadros. En la forma leve solo existe dolor en el sitio de la picadura con sensación de hormigueo o adormecimiento en la zona cercana. A diferencia de picaduras por otros insectos, el dolor permanece localizado en el sitio de la picadura y afecta en forma exclusiva a la extremidad afectada. Por la alteración a la función de los nervios involucrados, se llega a desarrollar la sensación de toques eléctricos que hacen temer al paciente nuevas picaduras o idea de “quedar electrificado” y, se puede considerar como punto particular de sospecha de alacrán el notar que la zona de picadura tiene una temperatura menor al resto de la superficie corporal. 

La forma moderada además de los datos previos, asocia sensación de comezón nasal, carraspeo o malestar faríngeo, lengua rasposa, inquietud manifestada en el niño como movimientos frecuentes y llanto constante sin mejoría a las maniobras habituales familiares, lagrimeo y escurrimiento de saliva.