Apertura de la frontera

El presidente Biden ha decretado abrir la frontera con México a partir de los primeros días de noviembre.

Quizá sea la mejor noticia del año de 2021 para nuestro país y también para los Estados Unidos. 

Viven en territorio mexicano, desde Tijuana, Baja California; hasta Matamoros, Tamaulipas, cientos de miles de paisanos que trabajan del otro lado y acostumbraban cruzar diariamente la frontera, tanto para laborar, como para sus compras diarias a los supermercados.

Con la frontera cerrada durante más de un año, los comercios de aquel lado sufrieron pérdidas incalculables y los mexicanos pasaron las de Caín al verse privados de la oportunidad de acudir a su centro de empleo con la consecuente pérdida de ingresos.

Independientemente, debemos tomar en cuenta que el comercio entre ambos países significa miles de millones de dólares diarios, lo que desde luego que no se interrumpió del todo  gracias al comercio marítimo, de camiones de carga controlados y aéreos.

Ahora bien, para pasar a los Estados Unidos por las decenas de cruces fronterizos para peatones y autos particulares que van a realizar actividades no esenciales, ponen una condición: que el viajero tenga completa su vacuna contra la Covid-19, es decir dosis completa y además que sea de las vacunas aprobadas por la OMS, siglas de la Organización Mundial de la Salud; en ese orden de ideas, al momento no son aceptadas la Sputnik V y la Cansino.

Entonces quienes deseen entra a USA por tierra, deberán llevar consigo el comprobante oficial de estar vacunados y así las cosas, entramos a los problemas burocráticos, porque en México muchos vacunados, como yo por ejemplo, no tenemos el documento de narras y para entrar al país vecino del norte es como si no estuviéramos vacunados.

Menudo problema.

Será necesario que la Secretaría de Salud inicie una campaña de información al respecto y que dé velocidad a la entrega de constancias oficiales de vacunación.

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.