Vergonzosa cifra de trabajo infantil
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Opinión

BARATARIA

Vergonzosa cifra de trabajo infantil

 


Hay de encuestas a encuestas. Hoy los políticos oaxaqueños están muuuy preocupados sobre si la población los conoce, sabe de su “trabajo” y si tienen posibilidades para, por ejemplo, disputar una senaduría, la presidencia municipal capitalina, curules en el congreso federal o local. Esa es su apuesta, su preocupación.

Pero hay otros sondeos más reales, palpables y datos que en verdad debería quitar el sueño a los políticos, y a nosotros. Va un dato: en Oaxaca 18.5% de las niñas, niños y adolescentes trabajan y, al menos 1 de cada 10, alrededor de 11.8% realiza un trabajo no permitido, peligroso, no adecuados para la infancia, que pone en riesgo su salud, desarrollo e integridad.

¿Lo saben los políticos oaxaqueños, esos que quieren ir al Senado, que buscan reelegirse en los municipios? ¿Lo conocen las diputadas o diputados que han comenzado con el bombardeo en redes sociales, pagando propaganda radiofónica, en youtube; que envían whatsapp con sus “propuestas”?

El porcentaje de la población infantil que realiza un trabajo en Oaxaca está a la par de países africanos como Mali o Costa de Marfil; asiáticos como Nepal o Afganistán o Latinoamericanos como Guatemala, con 19% de menores que trabajan. ¿Lo saben esos políticos?

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI-2022) del Inegi, 187 mil menores de entre 5 y 17 años deben contribuir al gasto familiar porque no alcanza. Los menores deben laborar para cubrir sus estudios, apoyar o reemplazar al padre o la madre proveedores del hogar, comprar medicamentos apoyar en la alimentación familiar, para darse “un lujito”. Para comer.

Es como si tuviéramos trabajando a una cifra muy superior de los 160 mil habitantes de San Juan Bautista Tuxtepec o el 70% del total de la población de Oaxaca de Juárez.

Por la forma en que sonríen para la cámara que tomó la imagen de su propaganda y “viste” a camiones urbanos o “coronan” edificios con espectaculares que violan la ley, dudamos que esos políticos tengan poquita vergüenza y la conozcan, la vergüenza y los datos.

Para que los asesores y los políticos no se vean en la necesidad de desacomodarse de su acogedor sillón o curul, les diremos que en Oaxaca trabajan casi 187 mil de los más de un millón de menores de edad. Acaso cambiaron de posición para preparar un dictamen, presentar una iniciativa o “redactar” un exhorto “a las autoridades correspondientes” para evitar en lo posible el trabajo infantil.

Pero para esos “integrantes de las infancias” que laboran cotidianamente esa infancia no es robada, simplemente no existe pues, según el Inegi, desempeñan trabajos en situación de peligro y riesgo extremos, en la construcción, minas, sector agropecuario, bares, cantinas, limpieza de la vivienda, tareas domésticas peligrosas, cuidado de personas del hogar que no tendrían por qué estar desempeñando, entre otras muchas tareas.

Esos menores se enfrentan a malos tratos, violencia, nula protección social, falta de médicos, muchas veces sin un salario o con sueldos muy alejados a los de un adulto, en condiciones antihigiénicas, con jornadas de trabajo prolongadas, abuso verbal, físico y sexual. Un “exhorto”, discurso, otra oficina de “protección a la infancia” en el aparato burocrático ¿son suficientes?

Solventar esa situación es un reto para los oaxaqueños. Oaxaca es el cuarto lugar nacional por porcentaje de menores que trabajan, apenas por detrás de Guerrero Chiapas y Nayarit; también el deshonroso cuarto lugar en desarrollo de labores no permitidas.

Dejemos el discurso banal de “las infancias”, el de “nuestras niñas y niños; de las adolescencias” y que “son el futuro” y pongámonos a trabajar.  Para ellos no hay mañana, el futuro está cancelado. Tienen que vivir el presente, hoy.

Vergonzoso

 

El puente Chueco, escenario porno

“En diez días no se puede levantar una estructura antiestética”, señalaron en julio de 2016 diputados respecto al llamado de manera rimbombante Puente Peatonal de Interconexión entre el estacionamiento y el auditorio Guelaguetza que da acceso peatonal sobre la carretera al cerro del Fortín.

“Una estructura que rompe con la armonía del entorno y, a pesar de su costosa inversión cercana a los 160 millones de pesos, tendrá una utilización periódica. Eso de por sí ya es síntoma evidente de corrupción”, habría dicho una diputada priista a la obra en el sexenio de Gabino Cué y sobre el cual también Netzahualcóyotl Salvatierra tendría que ofrecer una explicación.

“A la fecha no se sabe con certeza su costo o si cumple con las condiciones de seguridad de una obra de ese tamaño”. Consideraron que “el puente chueco” incumple con las condiciones de seguridad estructural hasta para los propios peatones. Incluso intentaron citar de manera urgente al entonces titular de la Secretaría de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable (SINFRA), Sergio Ubaldo Pimentel Coello, para que explicara sobre el asunto.

Sin embargo, para quienes dudaban de su utilidad, ayer se distribuyó profusamente por redes sociales un video sexual con dos mujeres haciéndose cariñitos en situación rayando en lo pornográfico mientras, abajo, los vehículos transitaban de manera normal.

Los propios usuarios de redes cuestionaron dónde están la autoridad municipal, estatal que no se percataron del “asunto”. ¿Pues que no hay cámaras de vigilancia en la zona? Incluso algunos llegaron a señalar complicidad de la autoridad para la realización de una escena pornográfica en un lugar público “que pagamos con nuestros impuestos”, reclamaba otro usuario.