Presupuesto, un grillete
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Opinión

BARATARIA

Presupuesto, un grillete

 


En estos días la discusión en la Cámara de Diputados se ha centrado en el Paquete Fiscal 2024, con brochazos en torno a los machetazos propuestos al presupuesto de organismos autónomos como el INE, con lo que se pondría en peligro la limpieza, vigilancia de la elección presidencial de 2024 y que en algunos casos ya se ha visto reflejada en mayor tiempo en el trámite de la credencial de elector.

Además, el repunte del gasto “social” en época electoral; descuido en financiamiento energético y ambiental; pero, sobre todo, el mayor endeudamiento por parte del gobierno de la 4T que, igual que administraciones previas, dejará literalmente la casa empeñada. Y eso que no son iguales.

Descuidados, atolondrados, los mexicanos seguimos con atención los jaloneos entre las corcholatas y si Ebrard se va o se queda o Xóchitl sube o baja, temas sin duda de vital importancia para el país, pero descuidados cuando por detrás literalmente “nos están bolseando”.

A estas alturas en años previos ya se vislumbraba el monto de recursos a destinar a Oaxaca. Hoy falta de comunicación con diputados o personajes del gobierno que no están haciendo su trabajo en las secretarias de Finanzas o Administración o no entienden de qué se trata su chamba.

En automático sin duda la actual administración estatal se frota las manos ante el alud financiero que espera “recibir”, pero sin duda en muchos casos se quedará “colgado de la brocha”, pues la gran mayoría de dichos recursos se aplicarán de manera directa por la Federación en el Corredor Transístmico, carreteras artesanales a cabeceras municipales, la inconmensurable nómina educativa que, con la amenaza de la Sección 22 se hace cada vez más obesa, la transferencia del sector salud al IMSS-Bienestar, entre otros.

Entonces el gasto responderá a los intereses económicos, políticos, sociales y, por qué no, electorales del gobierno federal que en pocas ocasiones coincide con la necesidad de los oaxaqueños.

Basta recordar un hecho que es piedra angular: la dependencia de Oaxaca y que muchas decisiones económicas y de gobierno no se toman en Palacio de Gobierno, sino en la casona de Bucareli, Palacio Nacional, la Secretaría de Hacienda o San Lázaro.

Hoy el estado de Oaxaca recibe el 96% de sus recursos de la federación, la segunda mayor dependencia financiera del país detrás de Guerrero, cuyos recursos, el 97.6% son federales. Las instancias para “pelear” o gestionar los dineros a favor del estado están muy cómodas en sus oficinas “chuleando” la repartición de cheques por aquí o por allá, pero sin armar un gran proyecto financiero o administrativo para el Estado.

Y esos proyectos no consisten en estirar la mano para pedir, sino proponer de qué manera se pretende incentivar y mejorar los ingresos. Oaxaca apenas genera el 4% de los recursos que requiere. La derrama que se obtendría en los siguientes años como presupuesto está atada a la captación y de fórmulas de distribución. Hasta hoy Gubernatura, Administración, Finanzas o a “quien corresponda” no han presentado un proyecto para incrementar los ingresos. Y no nos referimos a la salida fácil de crear impuestos a diestra y siniestra.

El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) identificó que tanto la dependencia de ingresos provenientes de la Federación como el estancamiento o la falta de recaudación de ingresos propios en las entidades federativas pueden limitar las capacidades de los estados para: 1) Proveer bienes y servicios de calidad, 2) Tener disponibilidad de recursos para los sectores más vulnerables de la población y, 3) Enfrentar choques externos.

¿Sabrán esto en Gubernatura, Palacio de Gobierno o Ciudad administrativa? ¿Se prepararon para negociar presupuesto, generar recursos propios o cuentan con una sólida arquitectura financiera para que los oaxaqueños descansemos tranquilos porque nos garantizan captación de ingresos y una mejor distribución?

Sin embargo, un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria da cuenta que, a pesar de la disminución de la generación de recursos propios por parte de los estados, se proponen mayores montos para pensiones, salud y educación, se incrementa el endeudamiento, pero advierte “se requiere reforzar las fuentes de ingreso, de lo contrario, se pueden enfrentar serios problemas para el financiamiento de programas en los tres niveles de gobierno”.

En el caso de Oaxaca, hay una subordinación muy alta de los recursos federales, a lo que se suma los “apoyos” de las familias y la población y se tiene la llave abierta de los programas federales “para aliviar la pobreza”. Sin embargo, la fuente de financiamiento no es eterna y “alguien” o en algún lugar es necesario que se genere riqueza para distribuirla. Si no se produce “algo”, poco o nada habrá por repartir y en algún momento esta fuente finita podría pasar la factura al gobierno y a los oaxaqueños. Hoy se cubrirá con deuda, pero en algún momento ésta se tendrá que pagar.

 

ENSAYO SOBRE LA LUCIDEZ

“Quien no vote, que no se queje”, indicó el pirruris Gerardo Gutiérrez Candiani, expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). En una brillante novela, Ensayo sobre la Lucidez, el Premio Nobel de Literatura 1998, el portugués José Saramago cuestionaba “si el 83% de la población vota en blanco, ¿quién gana las elecciones? Desde luego, quien pierde es esto que llamamos democracia”.

Sabemos que con ello, como diría es maestro Saramago se provoca “una polémica del diablo”, pero un gobierno con elevada abstención pierde legitimidad; es la respuesta ciudadana a la pobreza política, intelectual, económica y social de la oferta electoral. Es una forma de “rebelión”, discutible, cuestionable, sin duda.

No, no es un llamado a un voto en blanco. No, pero es opción contra sufragar por marrón o azul, por tachar la boleta o abstenerse.

 

UN FLORERO LLAMADO SEP

Ninguna sorpresa. El IEEPO y la nómina magisterial siguen siendo un barril sin fondo. Los titulares solo unos malos administradores, Emilio Montero oficina de partes y la Secretaría de Educación Pública un inútil invento para el florero Delfina Elizabeth Guzmán Díaz.