Quinto Informe; Oaxaca, más oscuros que claros
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BARATARIA

Quinto Informe; Oaxaca, más oscuros que claros

 


Es el último alto en el camino antes de las elecciones del año próximo. De hecho, quizá sea uno de los últimos episodios de poder omnívoro, que devora, enguye y que, en muchos casos, deja un desierto a su paso, como en muchos tramos del Tren Maya. Oaxaca no ha quedado fuera de esta figura.

En Oaxaca el primer gobierno morenista ha dejado más oscuros que claros a su paso. El balance en el Quinto Informe de Gobierno no es muy favorable para Oaxaca en los mayores tópicos de la agenda: seguridad, salud, combate a la pobreza, quedan muchas facturas pendientes.

Hay tres proyectos de dudosa concreción, debemos reconocer, ambiciosos para relanzar a la región sur-sureste: el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec con sus 10 polos de desarrollo, pero que ha desencadenado inconformidad de muchas comunidades, promesas y obras sin cumplir, inseguridad, disputas por tierras, e incluso, muertes a causa de las reyertas por el traslado de materiales, abasto de insumos, acarreo de desechos, presencia del crimen organizado en la región y el control de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad.

En el caso de las “obras eternas” tanto la supercarretera al istmo como la vía a la Costa, al igual que en sexenios previos, han ido de aplazamiento a aplazamientos. Una por incumplimiento de contratos y lentitud de las constructoras, la otra, por la permanente inconformidad de comunidades de los Coatlanes por donde transcurre el trazo, a pesar de haber enfrentado la amenaza presidencial de cambiar la ruta en caso de que no se permitieran los trabajos y que tentativamente se abrirá en noviembre. Al Istmo, hasta el año próximo, luego de 15 años de construcción intermitente.

En pobreza, logros relativos. En dos años apenas 86 mil oaxaqueños dejaron la pobreza. Esto representa que 58.4% de los oaxaqueños son pobres, contra el 61.7% de dos años antes, es un “avance” de 3.2 puntos porcentuales en dos años. Coneval indica que hay 2 millones 483 mil 600 personas en situación de pobreza. Si seguimos a ese ritmo, llevaría a Oaxaca al menos 36 años para combatir este flagelo.

Pero hay un segundo indicador al que no se prestó tanta atención: la pobreza extrema, los pobres de los pobres: uno de cada 5 oaxaqueños caen en esta condición y la cifra alcanza a 859 mil 900 que, literalmente, no tienen en qué caerse muertos.

Por porcentaje de población, el 20.2%, Oaxaca es la tercera entidad con más pobreza extrema en el país. Nada, en verdad nada qué celebrar. Entonces, no todo es miel sobre hojuelas; es cierto, hubo un aumento en la masa salarial, el salario mínimo aumentó más de 130% en un lustro, a ello hay que descontar el factor inflacionario, el crecimiento de los precios en conjunto que ha sido más marcado en lo que respecta a los alimentos.

Los oaxaqueños en pobreza extrema pasaron, y ahí están los datos de Coneval, de 860 mil 500 a 859 mil 900 o sea, en dos años ¡sólo 600 oaxaqueños han abandonado la pobreza extrema!. Entonces ¿de qué ha servido las carretadas de recursos traducida en dádivas disfrazadas de “programas sociales”? Pero no ha sido solo eso. De acuerdo con especialistas, además del aumento al salario, las remesas, que año con año, mes con mes rompen marcas, han aliviado un tanto la carga de necesidades que afrontan los más pobres. Y aún así se avanza a paso de tortuga.

 

INSEGURIDAD

En seguridad tampoco hay mucho que festejar en Oaxaca. En 2019, el primer año de gobierno de la 4T, Oaxaca registró 43 mil 788 hechos delictivos, a razón de 120 al día, un delito cada 12 minutos, en promedio. Para este año, cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad pública dan cuenta de 25 mil 746 delitos hasta el 31 de julio, una media de 121.4 delitos al día o uno cada 11 minutos con 40 segundos, ha crecido la frecuencia de violaciones a la ley y afectaciones a la vida, patrimonio y seguridad de los oaxaqueños.

En homicidios totales, en 2019 se registraron 1 mil 853 asesinatos, una media de 5 asesinatos al día o uno cada 4 horas con 28 minutos, en promedio. Ya para este año, al mes de julio, se dan cuenta de 1232 asesinatos en el estado, alrededor de 5.8 al día o un o cada 4 horas con 7 minutos en promedio con lo cual también son más frecuentes las muertes violentas en este año que al inicio del sexenio.

Oaxaca NO es más seguro que al inicio del sexenio de la 4T ni ha bajado la incidencia delictiva, a pesar del discurso oficial que se emite desde Palacio de Gobierno. De acuerdo con cifras del Inegi, 3 de cada 4 oaxaqueños se sienten inseguros en su estado y ese no es asunto menor.

SALUD, DEVASTADA

La salud de los oaxaqueños en un sector, definitivamente, devastado por las políticas de Andrés Manuel López Obrador. La desaparición del Seguro Popular sin haber montado la estructura del Instituto para el Bienestar dejó a los oaxaqueños en el desamparo.

En cuatro años 2 millones 141 mil oaxaqueños quedaron fuera de cualquier esquema de salud. En 2018 quienes carecía de derecho habiencia en salud eran 650 mil 700 personas; dos años después, en 2020, carecían de acceso a la salud 1 millón 538 mil personas, justo al inicio de la pandemia. En lugar de frenar la desaparición del Insabi, el gobierno continúo con su esquema y esto llevó a que hoy en día 2 millones 792 mil 500 oaxaqueños no cuenten con servicios médicos mínimos. Una aberración cuando alimentación, salud, educación, entre otros, son derechos humanos fundamentales.

Nos falta espacio para resumir, además, la carencia de insumos, el desabasto de medicamentos no digamos de especialidad como contra el cáncer, sino del cuadro básico. La carencia de vendas, gasas, hasta de paracetamol; la saturación de unidades hospitalarias, la falta de vacunas para infantes y la irritante e insultante “campaña” de vacunación contra el Covid-19, que colocó a todo el país en calidad de limosneros, formando largas filas por una dosis.

Así que ¿más oscuros que claros con la 4T?