Oaxaca, desastre ambiental
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BARATARIA

Oaxaca, desastre ambiental

 


A 9 meses de iniciado el gobierno jarista, la presente administración estatal no ha dado la más mínima muestra de una medianamente aceptable política ecologista o ambientalista, menos aún de alguna sólida acción o programa para detener e intentar revertir el desastre ambiental urbano que heredó de administraciones anteriores y que cotidianamente padecemos los citadinos al transitar por diversos puntos de la ciudad.

Empeñados como andan en dar golpes espectaculares o para atraer reflectores como el nuevo frente político-social- laboral y jurídico con la expropiación del predio de la Fábrica de Triplay, a los oaxaqueños y los funcionarios se nos olvidan acciones que podrían tomarse para mejorar la calidad de vida cotidiana, esa que, muchas veces, nos queda a la vuelta de la esquina.

En toda la ciudad podemos encontrar elocuentes fuentes de contaminación y de amenaza a la salud como la fuga de aguas negras como la que existe en la avenida Neptuno y fluye hasta la avenida Venus, en la colonia La Cascada.

Y qué decir del “magno” derramamiento de aguas fétidas sobre la avenida camino al Sabino, resultado de un drenaje mal hecho y el apresuramiento por terminar, haiga sido como haiga sido, la funesta obra del Circuito Interior por los rumbos de Santa Cruz Xoxocotlán, justo delante de colegios privados de prestigio y bodegas de una cervecera y azulejera. La porquería, que no es otra cosa, es embarrada por la llanta de los autos que por ahí transitan, esparciendo a varios metros a la redonda esas aguas negras. SOAPA solo acude a medio liberar el tapón, pero el verdadero problema es el taponamiento del drenaje debajo de una gran obra que apenas se “inauguró” en noviembre.

En ambos casos Sinfra y SOAPA han sido omisos, o cómplices, a costa de afectar la salud de quienes transitan por esa parte del sur de la ciudad.

El fin de semana, además, EL IMPARCIAL dio cuenta de dos notas que deberían encender las alarmas de los (i)responsables de la política ecológica del estado: el fracaso e inactividad de las Plantas de Tratamiento que deberían “limpiar” las aguas residuales y el impune depósito de desechos recolectados de fosas sépticas a la red sanitaria del sur de la ciudad y, sin duda, que van a parar al lecho del Río Salado.

En el caso de las plantas de tratamiento, se constituye en un primer paso para el saneamiento de ríos y arroyos no solo de Valles Centrales, sino de todo el estado. Hay obras inservibles en Santo Domingo Barrio Bajo, en San Juan Bautista La Raya, en Puerto Escondido. De 150 PTAR en el estado, solo 17 operaban y 112, de plano, son verdaderos elefantes blancos. A su paso por Valles Centrales, el río Atoyac recibe 58 descargas de aguas residuales y el conocido en la capital como “el río apestoso” el Salado, recibe 19 descargas de los 17 municipios por los que transita.

De este último, además, al asunto se agrava. Durante la crisis de basura sus riberas fueron convertidas en inmenso tiradero a cielo abierto. Los conductores pasaban con sus bolsas y arrojaban los desechos entre la maleza que ahí crece. Pero también cooperaron las “autoridades” con el uso del Cuartel inconcluso como “planta de transferencia” aunque, a decir verdad, hubo complicidad para que ahí colocaran los desechos los vehículos de sindicatos que recolectaban, de forma ilegal, los desechos cobrando por ello en toda la zona metropolitana de la ciudad de Oaxaca.

Si usted se detiene por unas horas en el cruce de la destrozada avenida de La Campiña y ribera del Salado podrá observar el incesante paso de pipas de aguas residuales cuyas empresas se han adueñado de un predio en ese lugar, atrás del encierro de autobuses de primera clase y conectan mangueras a subsuelo para vaciar, en verdad, la porquería que acarrean de otros lugares.

¿Por qué ahí, en plena zona urbana? ¿Quién se los permite? De acuerdo con especialistas consultados por EL IMPARCIAL esos vehículos son de “sindicatos violentos” con lo cual, sin duda ¿se impone la ley del más fuerte?

Sacar esas pipas de vaciado de fosas de la ciudad, regularlas, realizar una revisión periódica es responsabilidad de Semaedeso, de Semarnat, de la Procuraduría Ambiental, Conagua y la Comisión Estatal del Agua, entre otras. Incluso, el hedor que se desprende de ese “depósito” es percibido por la zona de centros comerciales, de agencias automotrices, de Plaza del Valle, Plaza Oaxaca, el campus de ciudad Universitaria y colonias aledañas.

Los oaxaqueños de esa parte de la ciudad, en el punto trino de Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca de Juárez y San Antonio de la Cal son testigos de un verdadero desastre ambiental y, sobre todo, un gran foco de contaminación que amenaza a la salud.

Y no exageramos.

 

LA BASURA Y DESIDIA SALEN CARAS

El municipio conurbado de Santa Lucía del Camino reporta ya, a junio de 2023, un gasto superior a los 11 millones 843 mil pesos del concepto Limpieza y Manejo de desechos. Es esa suma lo que le ha costado la crisis de basura que agobia a los capitalinos.

Mientras el municipio de Oaxaca de Juárez ha empleado 172 millones de pesos por llevar estos desechos a depósitos de otras entidades, la demarcación del morenista Juan Carlos García Márquez literalmente usó 4 millones 345 mil 944 pesos todo el año pasado, con lo que, a dos meses de cumplir un año de esa crisis, habría ya “tirado a la basura más de 16 millones 100 mil pesos.

A Santa Lucía le cuesta, en promedio, 54 mil pesos diarios el manejo de desechos. Un mes antes de comenzada la crisis, de acuerdo con el Reporte Analítico de egresos de 2022, tiraba 484 mil pesos mensuales y en diciembre la suma fue de 813 mil 248 pesos, un aumento de 68% en apenas dos meses.

Sin embargo, en el primer semestre de 2023 prácticamente ha triplicado la cantidad empleada en todo el año pasado y, según el reporte, está destinando la suma de 1 millón 626 mil pesos al mes para los desechos.

Al igual de García Márquez, muchos de los presidentes municipales de Valles Centrales deben aclarar a dónde están llevando esos desechos, las empresas implicadas, el transporte que factura, si se usan en toda la cadena empresas certificadas. Todos están a la espera de la solución que halle el gobierno de Oaxaca de Juárez y el gobierno estatal, nadie ha dicho “esta boca es mía” y, bajo esa abulia e incapacidad, seguirán tirando dinero a la basura que, en el caso de Santa Lucía de Camino y a ese paso terminará dilapidando 9 millones 744 mil pesos para los próximos 6 meses con lo cual cerrará 2023 con un gran total de 20 millones de pesos, solo este año y, sin solucionar el problema.

¿De dónde sale o saldrá el dinero para pagar tanta ineficiencia?